@latercera
“En lo personal, con mis socios, sin duda, ha sido lejos la situación más grave que hemos vivido”. Las palabras son de Antonio Cruz, socio fundador y presidente de Aurus, la gestora de inversiones que esta semana remeció al mercado al informar un “presunto fraude” por US$ 25 millones ocurrido en los fondos Insignia y Global. El autor sería el ahora ex gerente de Inversiones y socio de la empresa, Mauricio Peña, quien habría adulterado la valorización de operaciones con el objetivo de mostrar mejores resultados.
Aún afectado por la situación, en la siguiente entrevista Cruz detalla el sofisticado esquema con que operó Peña desde al menos inicios de 2015, reconoce que fallaron los controles y hace un mea culpa por el exceso de poder que le entregaron al ejecutivo. También adelanta que investigan indicios que apuntarían a un posible traspaso de dineros a una cuenta de terceros.
¿Cómo y cuándo se dieron cuenta de lo que estaba pasando?
Esto surgió como parte de un programa de desarrollo de procedimientos y procesos de auditoría y control. Hace un tiempo contratamos a una profesional nueva, Ximena Hernández, que fue gerenta de Control Financiero del Banco Internacional. Lo hicimos para que nos asesorara en temas de riesgo.
¿Hace cuánto tiempo?
A comienzos de este año.
¿Precaución o indicios de algo?
Este negocio de por sí requiere controles. Estamos conscientes de eso y esta medida fue parte de un mejoramiento de la organización.
¿Los controles eran insuficientes?
Lo que pasa es que Aurus ha ido creciendo, y en la medida en que tiene más activos administrados, más fondos, tiene que reforzar las estructuras. Y eso fue lo que hicimos.
¿A qué se abocó Hernández?
A estos dos fondos, Insignia y Global. Le pedimos que se dedicara a esta área, porque es la que invierte en valores más complejos, sofisticados y requiere dedicación especial. Ella, en su función de control y auditoría, detectó cosas que no le cuadraban y nos lo informó. Se referían a los fondos que manejaba Mauricio Peña, que era socio nuestro y, por lo mismo, las incongruencias eran relativamente difíciles de presentar. Le decíamos: qué pasa con esto, y él nos daba siempre una explicación razonable, porque es muy inteligente. No fue que descubrimos una irregularidad y saltó altiro. Fue un proceso largo.
¿Cuándo fue la primera vez que lo confrontaron?
Hace un mes, yo estaba de viaje y me llamaron para informarme que habían descubierto esta irregularidad. Yo dije ‘véanlo con Mauricio’, que tenía plena confianza nuestra, que partió con los fondos desde cero, que desarrolló todos los procedimientos y sistemas. Personalmente, no me calzaba que estuviera haciendo nada malo. Lo conversaron con él y daba muy buenas respuestas, muy razonables. Ahí partieron las inquietudes, siempre en el ánimo de que era un error.
¿En qué momento advierten que no es un simple error?
Realmente, explotó el martes en la tarde. Nos encontramos con un reporte mensual de un fondo peruano en el que habíamos invertido indirectamente, que había sido adulterado. A raíz de las sospechas, les habíamos pedido a los peruanos que nos enviaran directamente el informe mensual y lo comparamos con el que nos había entregado Mauricio para justificar la determinación del precio de la cartera. Ahí descubrimos que eran distintos.
¿Qué cosa estaba adulterada?
La evolución de los precios.
¿Qué tanto diferían las cifras del informe peruano con el de Peña?
Era una diferencia importante, el precio que nos reportaba era casi nueve veces el precio real. Ahora, no representaba un porcentaje del fondo que le hiciera salirse de los límites de inversión que tenía. Era muy difícil de detectar, porque no se salía de los márgenes de las atribuciones que él tenía.
¿En qué invertía el fondo peruano?
Es un fondo que invierte en acciones y donde habíamos invertido a través del fondo Insignia. Esa inversión estaba desde fines de 2014. Originalmente, eran US$ 500 mil. Es un fondo privado.
Tras detectar la adulteración, ¿qué ocurrió?
Esa fue la gota que rebasó el vaso, llamamos a Mauricio, juntamos al directorio y lo enfrentamos.
¿Cómo reaccionó él?
Confesó y dijo que iba asumir todas las responsabilidades, aunque eso significara ir a la cárcel.
Concretamente, ¿cómo operaba para adulterar esos valores?
No tenemos certeza de todo lo que hizo. Si nos remitimos al fondo peruano, lo que hizo fue, a inicios de 2015, empezar a falsificar el precio que informaba a nuestro back office del fondo, que lo lleva Compass. Partió con un precio un poco más alto, de manera de reflejar una utilidad y de a poco lo fue subiendo. Siempre con cuidado de no hacer cambios que prendieran luces rojas. Cuando confesó, dijo que partió a inicios de 2015, pero estamos investigando si hay algo hacia atrás.
¿Admitió haberlo hecho antes?
No, lo que sí descubrimos fue que operaba así con el fondo peruano y con otros dos fondos que invierten en papeles muy sofisticados: en Alemania y en Estados Unidos. Son fondos que invierten en volatilidad, que usaba para cubrir los riesgos de la cartera, y utilizaba también opciones sobre el índice de S&P 500.
¿Qué otro detalle encontraron en su modus operandis?
Él tenía un conocimiento profundo de cómo manejar Bloomberg. Utilizaba una función que se llama CIX, que permite fabricar fórmulas y presentar sus resultados con el mismo formato con que sale el precio de una acción o de un valor que se transa normalmente. Ahora, la característica de esta función es que en el nombre que le pones, en el nemotécnico que usas, viene con un punto antes, por ejemplo “.NAB”. Lo que hacía Mauricio era que fabricaba su fórmula, le ponía el punto y el mismo nombre que la opción que él tenía en su cartera. Luego tomaba la pantalla y la mandaba como una foto por mail, pero antes se preocupaba de cortarle el margen a la foto, de manera que el punto no aparecía. Entonces, veías y pensabas que efectivamente ese era el precio de cierre.
Era un mecanismo sofisticado…
Por política, el fondo puede invertir en bonos, acciones acá y afuera. Lo que invierte afuera lo hace preferentemente vía ETF, fondos de inversión que se transan en Bolsa. Y tiene la posibilidad, además, de poder ocupar estrategias activas de coberturas de riesgo a través de derivados. Es un fondo que opera normalmente en derivados para cubrir riesgos. Lo que fue pasando, según la composición de escena que tenemos, fue que él partió con un fondo peruano, ilíquido, cerrado, privado, que no tenía precio de mercado, y fue sofisticándose a otros fondos, pero que mantenían la característica de ser ilíquidos y difíciles de valorizar.
¿Peña tenía plenas atribuciones para manejar esos fondos?
Manejar un fondo de este tipo requiere distintas funciones. Una de ellas es el portfolio manager, que decide las inversiones, qué comprar, qué vender y arma la cartera. Eso era Mauricio, pero, además, para administrar bien el fondo requieres un buen back office y reporting, y eso lo teníamos tercerizado en Compass. Mauricio actuaba bastante solo, hace tres años contratamos un analista que lo ayudaba, pero él tuvo la habilidad de mantenerlo al margen. El equipo era él y tenía el apoyo de Compass. En el fondo, lo que hacía era comprar y vender, y para eso no se necesita mucha gente, al contrario, mientras más centralizado, mejor.
¿Compass nunca alertó o tuvo indicio de algo raro?
Entiendo que hubo algunas comunicaciones informales, llamados por teléfono diciendo que había un precio que no cuadraba; no me consta a quién, eso es parte de la investigación. Entonces, la reacción era, preguntémosle a Mauricio cómo se justifica ese precio y él siempre tenía una explicación razonable.
¿Qué ganaba Peña: que al fondo que le iba mal le fuera bien?
Es una incógnita que tenemos. Hasta aquí, la conjetura es que esto era un tema de ego personal, para mejorar la rentabilidad del fondo.
¿Había un esquema de bonos, una política de incentivos…?
Quiero ser bien enfático. Él sólo tuvo bono el año pasado y fue discrecional, algo que no le cambiaba la vida, fueron dos sueldos. No había ninguna fórmula que fijara un bono por resultado. El directorio opinó que lo había hecho bien en el año y decidió premiarlo.
¿Qué explicación les dio cuando lo encararon?
Se desarmó y se quedó mudo. Mi composición de escena de lo que pasó es que él partió haciendo esto para mejorar los resultados del fondo, no sé por qué motivo, sigue siendo una incógnita. Hemos empezado a descubrir que quizá hay algún filtro de platas que han salido a una cuenta de un tercero que no conocemos, un traspaso de fondos, pero eso está en investigación. Es lo que ha surgido últimamente.
¿Se trataría de un desfalco?
No sabemos, pero hay indicios.
¿Dónde estaría esa cuenta?
En Chile, donde irían a parar los vueltos. Lo que pasa es que los vueltos para este tamaño de negocios son muy grandes. Pero es materia de investigación.
¿Qué falló para que un ejecutivo de confianza, socio, hiciera eso?
Hubo un exceso de confianza, llegó a ser socio después de un pololeo de tres años, lo conocíamos de antes, mostró una conducta intachable, una persona querible. La verdad es que esto, además de las aristas financieras y económicas, tiene aristas afectivas. Pero también creo que es redifícil detectar un fraude de una persona inteligente, que conoce perfectamente cómo funcionan los sistemas, incluso los sistemas de control diseñados por él y con mala intención, porque hay un trabajo de falsificación muy acucioso. Uno asume responsabilidad y culpa, hubo cosas que fallaron, sin duda. De lo contrario, no habría pasado esto.
¿Qué falló?
Fallaron los controles. Mirando hacia atrás, hemos evolucionado en tener más controles y, claro, fallaron. Pero también fue gracias a la estructura de control que hemos creado que detectamos esto.
No lo pudieron descubrir antes…
Él hacia una función y el back office otra. Lo que pasa es que él utilizó el único agujero que tenía esa división de funciones, que era la fijación de precios de los activos que no tenían precios de mercado.
¿Hay certeza de que actuaba solo?
No hay certeza de nada, pero a nuestro entender estaba actuando solo.
La magnitud del daño
¿Los socios aportan a esos fondos?
Sí.
¿En qué magnitud?
Los socios, sus relacionados, parientes y lo que se entiende por relacionados en la ley, tenemos un 12% del fondo Insignia y un 16% del fondo Global. Esto nos pega a todos.
¿Cuál es la magnitud del daño?
El daño aún no lo conocemos. El concepto de daño no tenemos claro cuál es y tampoco el daño a los aportantes. Lo estamos calculando, es parte de la auditoría que estamos contratando con Deloitte.
¿Menos que el daño patrimonial de US$ 25 millones?
La diferencia en el valor de los fondos hoy es que, en realidad, tu cuota no vale 100, sino que vale 80. Entonces, quien entró hace dos semanas y pagó 100, hoy tiene un pago de 80, ya perdió 20. Pero quien entró hace cinco años y pagó 45, hoy tiene 80. No está claro cuál es el daño.
¿Y ustedes están dispuestos a responder con su patrimonio?
Los socios vamos a responder a los aportantes. Para saber lo que eso significa, primero debemos cuantificar el daño y tenemos que ver la forma de hacerlo.
Desde que estalló el caso, ¿cuántas solicitudes para liquidar cuotas han recibido de los aportantes?
No son más de 10 las que han pedido y no son montos significativos.
¿Temen de que se masifique? ¿Se han reunido con los aportantes?
Nos hemos reunido con muchos aportantes; han sido jornadas de 16 horas, todo el día aquí. Algunos han venido, otros han llamado. Nos habría gustado contactarlos a todos, pero es imposible. Estamos en eso y la preocupación de ellos es que si piden la plata, se les vas a pagar o no. Lo que hemos dicho es: ‘No se apuren, no tienen necesidad de pedir su rescate hoy, nuestro compromiso es que vamos a tratar a todo el mundo por igual, esperen, decidan con más información’.
¿Las platas están en el fondo?
Las platas están. Los activos están.
¿Cuán importantes son esos fondos para Aurus?
Los dos fondos representan un 20% del total administrado por la sociedad. El fondo más grande es el inmobiliario, luego hay tres fondos de capital de riesgo que tenemos certeza no tienen contaminación con lo que pasó en el Insignia y Global. Son formas de operar totalmente distintas. En el fondo inmobiliario tenemos un back office interno, son otros activos, menos complejos. Tenemos equipos grandes, así que la probabilidad de que uno se arranque con los tarros es baja, porque lo vigila el resto.
¿Cuál es la responsabilidad del directorio y su deber de cuidado?
Lo que dicen la norma y las buenas prácticas es que la responsabilidad de un director es la que tendría un padre de familia al manejar su propio patrimonio. La mayor evidencia respecto de que el directorio cumplió ese rol y que tenía los incentivos para hacerlo es que era dueño del 12% de un fondo y del 16% del otro. Claramente, estaba custodiando su patrimonio.
¿No faltó cuidado, entonces?
Se fueron tomando todas las medidas necesarias para que se cumplieran todas las funciones. El directorio fue el primer engañado. Siempre hubo preocupación por los controles. Por eso, nos duele tanto lo que ha pasado y tendremos que hacer nuestra revisión, mea culpa y aprender de los errores.
¿Y qué responsabilidad le cabe a E &Y, la auditora de Aurus?
Uno de los compromisos que uno asume al contratar una auditora es que le va a entregar una información veraz, y yo no sé, porque no conozco los procedimientos exactos de ellos, si ellos chequean o no la información que uno les manda. Pero si a nosotros Peña nos engañó mandándonos información que pensábamos era verdadera y en rigor era falsa, los auditores no tenían cómo saberlo tampoco.
¿La gran lección es no depositar todo el poder de administración de un fondo en una sola persona?
Sin duda. Es mejor tener equipos que personas con mucho poder.
Sólo por ego…
oh boy…
Falsificar valores de cuota de fondos en USD 25 millones quebrando todas las leyes de responsabilidad de custodia de valores de clientes, sin considerar que si/cuando se descubre destruyes tu carrera y probablemente la confianza en la empresa que trabajas y en gran parte de la industria de securities en Chile. solo por ego…
Demás. Muy creíble.
No se como funcionarán estos fondos internamente, pero debe ser bastante fácil decirle a un tercero que compre el fondo en 80, hacerlo subir ficticiamente a 100, liquidar en 100, y ganar en la pasada 20. Investigaría quien adquirió los fondos o sus partes antes del aumento de valoración y quien liquidó participaciones en los últimos días, semanas.
Hay una regla clara. Quid pro quo. Quien se beneficia. Y existen USD 25 millones de sobrevaloración.
Bastante ingenuas, al menos, las declaraciones del socio. Aunque conozco casos así de primera fuente, en otros rubros. El beneficio de la duda siempre está, pero me parece increíble que un fondo que maneje esa cantidad de dineros no tenga una contraparte que reciba las informaciones de las fuentes oficiales para la valoración de cuotas. Hasta diría que es parte de las regulaciones que debe cumplir un ente regulado, y si no lo es, debería.
Esperemos que esto genere en la industria mejores regulaciones. Y sanciones. A nadie le beneficia que exista desconfianza en los mercados financieros.
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