Los riesgos que existen para la perspectiva inflacionaria y una actividad económica que todavía no afianza su repunte son razones suficientes para mantener una política monetaria flexible, según Rosanna Costa.
En una presentación en el Ciclo de Encuentros ASIPLA 2018, organizado por la Asociación de Industriales del Plástico, la consejera del Banco Central aseguró que los antecedentes de los últimos meses revelan un punto de inflexión en el ciclo económico, que se ha traducido en una corrección al alza de las estimaciones de crecimiento para este año y ha dado paso a menores riesgos para la actividad y la inflación.
“Después de un período de bajo crecimiento, la economía comienza ahora a recuperar su dinamismo”, señaló en su exposición.
La autoridad estima que los riesgos para la economía “están sesgados al alza”, mientras que para la inflación “están equilibrados”.
A su juicio, la mayor expansión implicará un cierre de la brecha de actividad respecto de su potencial, “lo que ayudará a que la inflación converja a la meta de política, a pesar de la presión que ejerce actualmente la apreciación del peso”.
Sin embargo, advirtió que “la presencia de los riesgos para la inflación y una economía que aún debe consolidar su mayor dinamismo hacen necesaria una mayor persistencia del estímulo monetario”.
En esa línea, Costa precisó que la tasa de política monetaria “comenzará a aumentar en la medida que haya seguridad de que el proceso de convergencia de la inflación a 3% se vaya consolidando”.
La funcionaria del organismo emisor agregó que “el análisis de riesgos externos nos recuerda la importancia del tipo de cambio como amortiguador de los shocks externos, haciendo que la economía responda a través de cambios en precios relativos antes que con variaciones en los niveles de demanda y actividad”.
Lo dicho en anteriores post. La tendencia a pensar que la inflación tiene una razón única, al igual que el crecimiento y que ésta se relaciona con las tasas y políticas monetarias en correlación 1 después de años de demostración en contra en los países que las han implementado desde 2008 y Japón desde los 90’s es increíble.
Por cierto, tal vez el banco central podría explicar el cuadro de abajo en vez de tratar de realizar correlaciones de una sola variable de kindergarden con la inflación, crecimiento y la TPM.
En Agosto del año pasado, algo así como USD 20 billones pasaron de deuda corta de menos de un año plazo a deuda de más de un año…
WTF….
Deben ser deudas comerciales porque las de viviendas son deudas largas, al menos las porciones relevantes, y de consumo, no existe la cantidad de deuda para justificar esto, menos en un solo mes.
Que pasó o que vieron los participantes (grandes) en el mercado en Agosto que pensaron que las deudas de menos de un año no eran convenientes de mantener en esta gigantesca cantidad??.
No encuentro nada relevante en Agosto que justifique esto. Podría haberlo pensado en la primera vuelta presidencial con la votación grande que sacó BEA, pero nada en el mes que se produce. Ni siquiera en la crisis de 2008 o Asiática pasó algo como esto.
Existen dos razones para cambiar deuda corta o el tramo corto de la deuda a largo plazo.
Piensas que no podrás pagarla (o será difícil) y la renegocias. O crees que existen condiciones mejores a largo plazo y la oportunidad de hacerlo por condiciones bancarias más holgadas. En ambos casos solo empresas muy consolidadas y grandes pueden hacer esto en la magnitud y plazo presentada.
Claramente, al menos hasta donde se pueda ver de estadísticas monetarias, no existen condiciones diferentes de mercado que justifiquen este cambio en un solo mes.
Y no son uno o dos participantes del mercado los que provocan esto. Hay que considerar que Cencosud tiene una deuda de USD 4 billones, y la mayoría en largo plazo y en bonos, no créditos de la banca que es otro instrumento.
Increíblemente extraño sin duda.
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