Paradójicamente, los inicios de la vida política de Yerko Ljubetic (62) fue en la antesala del Plebiscito constitucional de 1980, durante la dictadura. Como reciente militante de la Democracia Cristiana y miembro del ala "chascona" de la falange, el ex ministro del Trabajo (2005-2006) llamaba a no participar de un proceso que él consideraba "fraudulento". 43 años después de esos comicios, que instauró la actual Carta Magna, Ljubetic se presenta como candidato de Convergencia Social al Consejo Constitucional por la Región Metropolitana, una de las contiendas más duras por los nombres que figuran en la papeleta. Esta será su tercera aventura eleccionaria. En 2009, fue pretendiente a diputado de la DC por el antiguo Distrito 31, que circunscribe las comunas de Talagante, Melipilla, Peñaflor, entre otras. Resultó cuarto lugar con el 10,29% de los votos, no alcanzando un escaño. En su época universitaria, a mediados de los 80, fue elegido como el primer presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH). Yerko Ljubetic en su época como presidente de la FECH. Su título de abogado lo ha congeniado con la política. Fue asesor jurídico del Colegio de Profesores y de la CUT. También fue jefe del Departamento de Organizaciones Sindicales y del Departamento de Fiscalización de la Dirección del Trabajo. Esta experiencia lo llevó a la subsecretaría del Trabajo, donde estuvo cinco años, y luego a liderar dicha cartera. En conversación con Emol, Yerko Ljubetic habló sobre su paso como figura concertacioncita a su metamorfosis hacia el Frente Amplio, además de sus expectativas en este segundo proceso constituyente. ¿Considera que fue un error del PPD y el PR ir en una lista separada al resto del oficialismo? - Yo hubiese preferido una lista unitaria. No solo por la necesidad de la contingencia. Mi trayectoria política ha estado marcada por la idea de que la unidad de los sectores progresistas es un valor, y siempre he impulsado las perspectivas políticas en esa línea. Me parece que hubiese sido más conveniente una lista unitaria de los partidos políticos que apoyamos al Presidente Boric. Pero no me parece que esto vaya a afectar el desempeño que debemos tener en el Consejo Constitucional. Estoy absolutamente convencido de que, pasadas las elecciones, quienes sean electos y electas por sectores progresistas, van asumir una perspectiva común para encarar este trabajo. Tenemos claro que el adversario no está al lado, sino al frente, que son aquellos que pretenden petrificar el marco constitucional chileno, mantenerlo ligado a una perspectiva autoritaria y excluyente, y que no asumen ni están dispuestos a abrir paso a que la Constitución se haga cargo de canalizar las demandas de la sociedad chilena. No que las resuelva de inmediato, pero sí que esté orientado hacia una perspectiva que habilite proyectos de transformación. - Usted fue figura de la Concertación y hoy es parte del Frente Amplio ¿Hay similitudes? - Yo diría que la semejanza más evidente es que la Concertación nació como un intento de respuesta a la necesidad de unidad de los sectores progresistas en su época. En su origen, fue coalición muy variopinta de partidos unidos con la necesidad de terminar con la dictadura y de encarar la transición. Hay una semejanza fundamental con un Frente Amplio que nace con la vocación, en otra época, de cambios y transformación. El Frente Amplio retoma banderas y actitudes, que con el paso del tiempo, la Concertación fue abandonando. Me refiero a una perspectiva de inconformidad frente a un estado de cosas que tienen que cambiar porque el país encierra elementos de injusticia y desigualdad. La Concertación, en sentido como proyecto, que fue muy exitoso y al que Chile le debe mucho, comenzó a conformarse y no a empeñarse en los cambios. Hoy el Frente Amplio busca retomar esa actitud de inconformidad. Nosotros no estamos conformes, ni tranquilos con el país que tenemos, podemos hacer más, debemos hacer más para que sea un país más justo e inclusivo. El ex ministro del Trabajo hoy se presenta como candidato al Consejo por la RM Una vez conocida las candidaturas, surgió la crítica hacia los partidos por la poca renovación de nombres ¿Qué opinión le surge a raíz de esas críticas? - El hecho de que haya gente con experiencia, siente la obligación y el imperativo de mirar hacia el futuro, por los que vienen, creo que puede ser una contribución importante al proceso constituyente. ¿Qué expectativas tiene de este proceso constitucional? - Soy bastante crítico del diseño que se definió para el proceso. La existencia de bordes, diversidad de equipos, supuestamente, técnicos, que pretenden acotar el debate dentro de un marco establecido, vamos a tener que encararlo con mucha responsabilidad. Lo central es que todas las fuerzas políticas entiendan que lo determinante de este proceso va a ser el debate y los acuerdos que puedan lograr. Hay que ser muy responsable de dar muestras de que esto será un proceso constituyente serio. Requerirá mucha tolerancia, paciencia y conversación. Pero tengo la sensación de que podemos salir con un buen resultado. ¿Cuáles son sus principales temas que buscará poner en tabla en el Consejo si fuera electo? - Un Estado social de derechos, que ponga por delante y como prioridad su obligación de resolver y asegurar los problemas que tienen que ver con las condiciones materiales para una vida digna. Los mínimos sociales y económicos que el Estado debe asegurar de quienes viven en el territorio. Lo segundo es incorporar la perspectiva de los derechos humanos como un marco dentro del cual podamos llegar a acuerdos importantes en esta materia. Adicionalmente, la perspectiva de los derechos humanos, permite hacernos cargos de cuestiones que se han hecho evidente y que tenemos que asumir, y que son los nuevos temas que el debate constitucional tiene que incorporar. Uno tiene que ver con neuro derechos, avanzando en cuál es la relación con la tecnología ¿Cómo desarrollará su campaña? - Tengo la suerte de estar en un partido. Creo que debemos dirigirnos a las personas que se sintieron frustradas después del 4 de septiembre, y que, de alguna manera tiraron la toalla o se resignaron. Hay que volver a entusiasmar a esas personas y decirles que aquí hay una oportunidad de seguir adelante. También tenemos la convicción de que entre la gente que votó Rechazo hay muchos que tienen una vocación de transformación, pero que no compartían los contenidos de la propuesta. Seguramente estarán disponibles en apoyarnos en esta oportunidad.
El viernes en la tarde nos fuimos caminando por Providencia hasta el barrio Lastarria. Fue una buena caminata.
Y podías ver el cambio increíble a medida que te ibas acercando.
De hecho, cada vez que nos íbamos acercando, sentías menos confianza en la seguridad. Pero es una sensación, obviamente. Y probablemente se debía a que cada vez había menos gente.
Es realmente un zoológico de weirdos. Pero, peor aún, un chiquero. No podía creer la cantidad de hermosos edificios, construcciones e infraestructura hechas mierda. Había una vieja flaite con una jumbo Cristal gritándole a los carabineros de Plaza Italia, y sería. Pero a medida que avanzabas por Providencia, donde estaba lleno de gente en los parques, llegando a Plaza Italia, podías ver que ya no había mucha transitando. Recuerdo que esa parte de la ciudad era incaminable un viernes en la tarde, previo al estallido flaite. Ahora no había casi nadie.
En Lastarria, igualmente, era intransitable. Ahora estaba básicamente vacía. Especialmente la parte de los restaurante más cuicos. Al menos en comparación a como recuerdo que era un viernes en la noche.
No había hecho ese trayecto en mucho rato.
Es un asco.
Y estoy comparándolo consigo mismo. No estoy comparando Providencia, Las Condes o Vitacura con Santiago Centro. Comparo mi recuerdo de Santiago Centro con lo que ves ahora.
Especialmente alrededor del Metro UC. Era sin duda más artístico, diverso y weirdo de lo que me podría gustar para vivir. Pero bonito. Simpático. Bien cuidado. Me imaginaba que así debe verse el Tokio otaku.
Ahora…especialmente alrededor. Lastarria sigue estando bonito y bien cuidado.
La pregunta obvia para esta gente…
Ese es el país que quieren para cambiar por el que existía antes?…
Porque la traducción de sus huevadas no son palabras bonitas. Son acciones. Y esas acciones están reflejadas en el antes y después de los sectores que fueron destruidos por los que apoyaron en la agenda transformadora que dicen querer.
Ese es el mejor país que dicen querer?
Destruyeron SUS lugares. Supuestamente. Donde los progres y la izquierda artística se junta a conversar sus huevadas. Lastarria, Plaza Italia, Bellavista…
Eso para mi es increíble. Que pontifiquen sobre el que quieren un mejor país y sin embargo SUS lugares, donde se juntan sus propios adeptos, dejaron que fueran destruidos. El café literario, el barrio Lastarria, Plaza Italia…
Que confianza tienes en gente que destruye su propio ambiente?…
O les gustará ese chiquero lleno de “arte”?…
Entiendo el resentimiento a la belleza de antisociales que no tienen acceso a ella, y es un GRAN debe como sociedad el no habernos ocupado de eso en espacios públicos de grandes ciudades que es lo que crea mucho de la sensación de desigualdad.
Lo que no entiendo es que los supuestos líderes de la izquierda celebren eso.
En fin.
Van a ser masacrados, así es que da exactamente lo mismo lo que quieran o no a esta altura.
NO ONE GIVES A SHIT…
amen! por lo ultimo :)
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