Tras 55 años de haber ingresado a las Juventudes Comunistas, Lautaro Carmona —administrador público, 71 años— fue confirmado como presidente del PC en el comité central del pasado fin de semana, al menos, hasta marzo próximo, cuando finalice el congreso partidario. Camilo Contreras —como se llamaba en la clandestinidad durante los años 80— hizo una larga carrera en la colectividad. Llegó a la comisión política en 1980 y en 2005 se convirtió en secretario general, cuando Guillermo Teillier —fallecido el mes pasado— asumió la presidencia, la que ejerció por 18 años.
—¿Qué lineamientos fundamentales ve para el PC en los próximos meses en que le tocará ser su presidente?
—Los sellos los van a poner, y lo han hecho siempre, los desafíos de la política, que no son fáciles. Estamos en un plano de avance que tienen las ideas de ultraderecha. Entonces, una cosa es batallar para develar estos planteamientos, que son de dura derecha, con argumentos, para demostrar que eso sería un revés para las inmensas mayorías. Y eso no se hace solo con un partido; por tanto, un segundo desafío es un esfuerzo de unidad, con los partidos que formamos el Gobierno, pero también con otros como la DC. Unidad de acción frente a una conclusión similar. Y la tercera dimensión de este desafío la va a poner activar a un rol protagónico al movimiento popular, particularmente al movimiento sindical, territorial y poblacional, juvenil, estudiantil, de los derechos humanos, de los pueblos originarios, de la cultura. Para que protagonicen también opinión y no se reduzca esto a un tema de debate entre parlamentarios, Gobierno u otros espacios institucionales, sino también el pueblo llano.
—¿No pueden provocar las movilizaciones dificultades o roces para el Gobierno?
—Que opine la gente es un factor democrático, nadie puede temerlo. Su ausencia es factor que debilita el ejercicio de una mejor política democrática. Por tanto, así sea que las demandas recaigan y tengan expectativas en la gestión de este Gobierno, el actual, otra vez será de otro; que el Gobierno la vea como un mecanismo que lo fortalece, que no lo debilita. No va a competir, no va a haber un cogobierno. No. Cada uno en lo propio, pero tampoco va a haber una subordinación de los alcances del movimiento social y sindical a lo que al Gobierno le parezca.
Críticas a Zelenski
—El PC ha tenido varias diferencias con el Presidente en las últimas semanas. Hubo quejas por no invitar a los gobernantes de Cuba y Venezuela a la conmemoración del Golpe; críticas por la cita del mandatario con Volodimir Zelenski o por la calificación de “demócrata” que hizo de Sebastián Piñera.
—De lo último, no sé si alguien de nuestra militancia, sea un liderazgo autorizado, no lo voy a descalificar, haya cuestionado la condición de demócrata de Piñera. Tenemos diferencias profundas. Él defiende el gran capital, al gran empresariado; nosotros, al trabajador golpeado, vulnerado, pero es parte del espacio de las posiciones que tiene una sociedad democrática.
—¿Y respecto de Zelenski?
—Zelenski porta la representación de un régimen de abierta característica y rasgos fascistoides. Ellos asesinaron quemando vivos a sindicalistas. Ellos reivindican en su ADN homenajes a quienes fueron los mejores contribuyentes a las tareas del Ejército nazi en la ocupación de ese territorio.
—En la Segunda Guerra.
—Pero reivindican eso hoy.
—¿Lo complica que Boric se junte con Zelenski y le haya reiterado su apoyo?
—Nosotros tenemos una posición pública que es la que yo he expuesto, que es evidente que tiene diferencias con la que tienen otros partidos del Gobierno y con la que tiene el Gobierno. Sin embargo, tenemos coincidencia con el Gobierno en otras materias que son más que suficientes para no dudar de nuestra pertenencia a él.
Cambio generacional
—En marzo el nuevo comité central debe elegir presidente. ¿A usted le gustaría seguir?
—Como se diría en el partido, estoy pensando desde Recabarren hasta Corvalán, cada tiempo tiene sus obligaciones. Lo que vale es la intensidad con que los comunistas cumplan sus misiones en el espacio político o histórico y no lo que un militante, por más importante que se crea, incluyendo el que está hablando, pretenda.
—¿Está de acuerdo con un recambio generacional?
—El cambio generacional está caminando a full.
—¿A nivel de conducción?
—La conducción es colectiva y están todos los tiempos políticos presentes. Incluyendo el último tiempo las Juventudes Comunistas, que son parte de los órganos de dirección. El partido tiene una sabiduría que le ha permitido existir con vitalidad 111 años. No funciona en torno a un caudillo, sino en base a colectivos, y en el actual, que se llama comité central, la composición etaria creo que, en promedio, debe ser una de las más vitales y con más proyección. Y así es, continuidad y cambio. Entonces, no está en juego el recambio generacional, como algunos quieren indicar, porque no es nuestra cultura hacerlo así.
—¿Es difícil heredar el cargo de Teillier, luego que él lograra que el PC tenga tres ministros, dos senadores y 12 diputados?
—Son desafíos para el colectivo. Teillier lo logró como presidente, yo como secretario general, otros como miembros de la comisión política; o sea, no hay una persona que logra cosas. A Gladys o Volodia les tocó no elegir a ninguno, pero sí mantener la existencia del partido, y sin eso no habría partido para tener candidatos comunistas, así de simple.
—Se ha criticado que el PC no elija a su presidente por voto universal y se ha mencionado que usted salió en el lugar 84° en la votación de 2020 para el comité central y, sin embargo, llegó a la presidencia.
—Primero, el partido elige un cuerpo colectivo en votación directa y universal. Eso lo hicimos obligados por la ley, porque un proyecto así dificulta al menos conocido y le da más espacio al que tiene más visibilidad pública. Altera una política de cuadros de un partido revolucionario. Luego, constituido el comité central, el partido elige entre los electos, quienes van a tener una tarea unipersonal. Lo segundo, no se ordena por votación la directiva porque tú no haces una política de cuadros. Yo creo que fulana de tal debe estar en el central, sí o sí. ¿Y si logra más votos debe ser presidenta? ¿Tiene capacidad para eso per se? Es un sistema de conducción, no es nuevo, es histórico, que es lo que explica la existencia del PC.
Interesante saber lo que piensa el heredero al trono…
En esencia, un pie en el gobierno, un pie en la calle con las consignas sesenteras pendejas orientados a un nicho muy específico de gente que los hace sacar representación como para existir y ser MUY influyentes, hasta ahora.
Pero ya se pasó su tiempo revolucionario.
El combustible de la revolución rusa de 1917 y otras similares es muy diferente al de nuestro estallido flaite.
El de la rusa era de 1000 octanos. Estaban luchando por sacarse la servidumbre que los convertía para todos los efectos en muebles de una propiedad, y la miseria real de no tener absolutamente nada de acceso a nada propio, y hambre, real, en buena parte. Problemas de miseria. Ni siquiera pobreza.
El de la nuestra de 10 octanos. Estábamos luchando porque no llegábamos a fin de mes por las reventadas de tarjetas de crédito y pago de servicios de cable e infraestructura vial de primer nivel. Problemas de ingresos medios.
Ese combustible ya se consumió y no aprovecharon el máximo potencial energético que podía entregar. No existe combustible para un nuevo estallido revolucionario marxista. Hicieron lo que hizo Allende. La vía pacífica. Y esa no funciona para intentar imponer ideas huevonas. En democracia siempre van a ser removidos del poder. Es cosa de experimentar un periodo de tiempo sus huevadas para saber que son un asco. Lo vimos con Bachelet y matices comunistas, ahora a full despliegue.
Corrió su curso.
Por eso los comunistas se asociaron con todas las minorías posibles. No existe el combustible del proletariado. Tenían que usar otros. De mucho menor calidad por supuesto. El hambre no tiene nada que ver en capacidad energética con derechos reproductivos peloazulados.
Ahora que vieron que esas agendas minoritarias no tienen absolutamente ninguna popularidad, van a volver a las pendejadas sesenteras proletarias, y con ello a la representación que siempre han tenido.
Van a dejarle las minorías a Boric & Co. Ellos se van a ir con los proletarios y los trabajadores vulnerados y golpeados. Es explícito en ello.
La pregunta es como va enfrentar el ataque ahora inmisericorde que van a recibir de todos lados al estar asociados a los narcisos.
Porque lo de que el partido no depende de sus líderes es BS. Es cosa de mirar a la DC y el PPD.