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La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) dio a conocer un documento que indica que la región cumplió con las metas de reducción de la desnutrición y hambre. No obstante, la cifras que inquietan son las de Chile, que indican que es el segundo país con niños más obesos.
El informe “Panorama de la Inseguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe”, señala que en los últimos 20 años el porcentaje de niños afectados por la desnutrición se ha reducido en más de dos puntos porcentuales, ubicándose en el 1, 8% de la población. Si bien es un gran avance, el país presenta una de las tasas más altas con niños obesos, llegando al 10% de la población. Según la FAO, el desafío ahora es bajar esos niveles.
El presidente del Colegio de Nutricionistas de Chile, Samuel Durán, señaló en entrevista con Publimetro, que existen varias causas que explican estos altos índices: Chile es el cuarto país que consume alimentos procesados y envasados, tenemos el tercer lugar en consumo de bebidas azucaradas, somos el segundo país con mayor consumo de pan en el mundo, los niños gastas entre 500 y 1.000 pesos en los colegios comprando comida chatarra, somos una sociedad altamente sedentaria, los niños no se mueven, no hacen educación física y consumen básicamente comida chatarra, no duermen lo suficiente.
Además, Samuel Durán, afirmó que falta que se invierta en la educación de las personas, se ha plantado desde la rehabilitación o el tratamiento, pero no desde la promoción en salud, ni la prevención. "Las platas están enfocadas a lo tratamientos. Es decir, estamos gastando dinero en cirugías variáticas, en operaciones, pero no en tener nutricionistas en las escuelas, tener más educación física, en mejorar la alimentación en los colegios, que es pobre en frutas y ensaladas", explicó.
"Tenemos un reglamento que aún no puede sacar porque la industria ha puesto frenos importantes para que no salga esta normativa. Eso explica el por qué Chile en los últimos 20 años, la obesidad infantil se ha cuadruplicado", agregó.
No obstante, Valentina Uauy, nutricionista Red Salud UC CHRISTUS, indicó el tema nutricional debe ser parte de la conciencia familiar y de sus prácticas "ya no va por el colegio, o el ministerio de Salud o las nutricionistas, es un tema multisectorial, tiene que partir de la familia, debe haber un cambio de cultura a partir de las madres. Hay que incentivar a preparar comidas saludables en la casa. La gente con poco tiempo, prefiere comprar cualquier cosa antes de cocinar, en el fondo si uno quiere tomar medidas y evitar estos altos índices de obesidad, la mejor recomendación es volver a cocinar en familia".
Hace algún tiempo tiempo tuve algunos dolores pectorales, muy agudos. Por supuesto lo que primero se viene a la mente son problemas cardiacos, aún cuando no tenía ni tengo ninguno de los factores de riesgo que comúnmente se invocan para sufrir de ellos. Después de 3 consultas médicas, una de emergencia, con múltiples testeos y exámenes varios, llegaron a la conclusión de que todo estaba perfecto y solo era un tendón muy forzado por una mala postura al dormir y que reflejaba en todo el sector izquierdo la molestia.
Pero por supuesto en el proceso, nace la inquietud respecto del gran problema del mundo desarrollado y los wannabe´s como Chile. Los problemas cardiacos y su asociación con la alimentación.
Después de ver algunos documentales (en Netflix muy convenientemente) respecto de la epidemia global que es la obesidad y la calidad de la alimentación, hay algo que no entiendo.
30 años de las mismas recetas para combatir la obesidad y las enfermedades asociadas a la mala alimentación solo han resultado en más obesidad y problemas de salud.
Comer menos de lo que se gasta y más sano, hacer más deporte. No saltarse comidas, no comer grasas saturadas. Hacer deportes, no a la vida sedentaria. Comer con menos azúcares. Comer con menos alimentos procesados. Comer más frutas y verduras… etc, etc.
Sin embargo, a cada persona que he conocido que sigue estos “mandamientos”, después de un breve periodo de baja de peso, lo vuelve a recuperar, con creces. Incluso manteniendo supuestamente el estilo de vida y comida sano, pero sin la restricción calórica inicial para bajar de peso.
Dado que se acerca la temporada de verano, pero más críticamente un periodo en el cual todos nuestros centros médicos estarán saturados por atender a gente que padece síntomas relacionados a la alimentación, no sería pertinente, no solo a nivel local sino a nivel global, que verdaderos científicos tomen cartas en el asunto, en vez de infinitos seudo especialistas de infomerciales que venden la última maravilla de reducción de peso/grasa por un módico precio. Particularmente aquellos programas de entrenamiento que después de un tiempo generan múltiples visitas a médicos por problemas articulares y musculares varios.
Porque el gran mantra que se predica en todo el tema de alimentación y acumulación de grasa, y que implica probables problemas cardiacos y de insulina asociados, es que todo el problema es una simple ecuación termodinámica de más energía que entra versus la que sale, igual a acumulación de grasa, y por lo tanto hay que revertir esa ecuación para solucionar todos los dramas mundiales de salud.
El gran problema es que el organismo humano no es un sistema termodinámico cerrado. El organismo humano, y animal en general, es un sistema abierto y altamente adaptativo. Si ingresan más calorías de lo normal, lo que el organismo hace es trabajar con todo el cilindraje posible para deshacerse del exceso. Cuando se restringe la energía, lo hace con menos pistones andando. O alguien no puede decir que se siente en extremo miserable comiendo solo ensaladas y agua como dieta de preparación antes del verano??…Y que se siente increíble después de un desayuno con huevos revueltos y tocino, café con crema y una ensalada de frutas con miel??… o de un almuerzo con pastel de choclo y un vaso de cerveza o vino???…
Calorías que entran y Calorías que salen son variables dependientes. Por lo tanto, variar una no implica que la otra se comporta de manera constante.
Estoy convencido de que hacer lo mismo y esperar resultados diferente, que es la definición Einsteniana de locura, es justo lo que hemos hecho por décadas respecto de la obesidad y problemas de salud relacionados con la alimentación.
Tal vez es tiempo de probar otro enfoque más científico y no tan chapucero o simplista.
Como por ejemplo el tema de las grasas saturadas. Alguien me podría explicar como las grasas saturadas pueden ser malas, si la forma en que el organismo humano y animal almacena energía para tiempos difíciles es precisamente grasa saturada, para la cual está perfectamente adaptado a usar como combustible de alta calidad en tiempos de mayor requerimiento (cazar, recolectar) y escasez???…
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Que bueno tenerte de vuelta.
ResponderEliminarSobre las grasas saturadas, siguen con mala fama siendo que desde hace años se conoce la "paradoja francesa", debe ser por los grupos que venden "alimentos saludables".
Creo que la receta para controlar el peso es bajar la ingesta de carbohidratos, no de grasa. Y aumentar la cantidad de veces (no de alimento) al día que se come, de otra forma pasas hambre.
Los problemas son varios. Primero, la comida sana es carísima en Chile. no se puede esperar que la gente de clase trabajadora y clase media consuma frutas y verduras y otros alimentos de calidad (lácteos y pescados por ejemplo) si los precios están a niveles de Europa occidental y los salarios son solo un poco más altos que el promedio latinoamericano.
ResponderEliminarSegundo, este problema también tiene que ver mucho con los patrones de consumo impuestos por la publicidad y con la cultura que impera hoy en Chile, que es básicamente la cultura blanca norteamericana. Se incita al consumo regular de golosinas y bebidas de fantasía con mucha azúcar. Se ha dejado de lado la tradición chilena, que tenia una dieta bastante equilibrada.
y tercero, La gente tiene horarios de trabajos extensos y el tiempo no sobra como para ejercitarse regularmente. se llega cansado del trabajo y es difícil conciliar esas actividades, más aun en Santiago.