28 octubre, 2011

El fascismo llega a Latinoamérica, primero Argentina después...


Una de las primeras medidas de la re electa presidenta Argentina es el control de capitales, en la forma de imposición de repatriación de utilidades de las compañias de petróleo y de gas entre otras, adicionalmente a la obligación de compra por parte de los fondos de pensiones de los bonos soberanos. La historia tiende a repetirse, lamentablemente en algunos casos más rapidamente de lo que permite recuperarse a los ciudadanos la última incursión gubernamental en el robo de capitales nacionales, que en Argentina se concretó el 2001. Cuando los gobiermos comienzan a tener problemas en pagar los compromisos adquiridos tanto con inversionistas extranjeros como con ciudadanos, sea por promesas políticas de asistencialismo socialista o por la administración de fondos de jubilación y salud que son aportados por los trabajadores y que obviamente son extinguidos de inmediato pasanado a la cuenta de haberes del gobierno para un futuro lejano, empiezan sistemáticamente las medidas tendientes a elevar los ingresos que son esencialmente impuestos, por lo tanto se trata de hacer que la mayor cantidad de capitales estén afectos a ellos. Es por esta razón que los gobiernos odian los metales preciosos, que representan un seguro contra las políticas de gobierno, ya que es prácticamente imposible cobrar algún impuesto sobre las transacciones que se realicen con ellos, motivo por el cual en las fases finales de las crisis de deudas viene la confiscación, encubierta o no, para privar a la ciudadanía de la alternativa a las políticas monetarias que intente el gobierno. Argentina sólo es un ejemplo cercano de lo que se atisba será el camino para las economías desarrolladas, si alguien piensa que las últimas medidas en Europa solucionan algo, piensenlo de nuevo, lo único que han echo los eurocrtas es alargar la agonía a costa de quitar el único respaldo que quedaba a los bonos soberanos, que era la certeza del apoyo europeo a los bonos de los países integrantes, que con el último recorte se ve claramente que ya no existe y por lo tanto los inversionistas exigirán mucho mayor premio por riesgo, al tampoco tener la posibilidad de realizar cobertura, por lo tanto los gastos se irán a las nubes, obligando las medidas de control de capital.
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Compramos mierda que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a gente que no conocemos...Ni nos importan....