10 febrero, 2011

Salud - La salud pública

Una de las misiones del gobierno es (debería ser?) promover las condiciones necesarias para que la ciudadanía disfrute de una salud acorde al progreso y bienestar de la nación en su conjunto. En éste sentido, que significa estar sano? es un estado continuo de bienestar debido a que las condiciones generales permiten una alimentación y actividades saludables y acordes a éste estatus?, es la capacidad técnica de recuperar condiciones graves de salud, promovidas por actividades riesgosas o no compatibles con un estado saludable?. Una combinación?. Lo cierto es que, desde un punto de vista económico, cada vez que un problema sobrepasa un estado de gravedad, su costo aumenta exponencialmente, en el caso de la salud, en términos de costos sociales, por ejemplo, un desorden alimenticio tiene un costo mínimo (si existe) al principio, un infarto debido a éstos desordenes tiene un costo exponencial, en términos de dinero y de capacidad productiva perdida por éste evento. Entonces resulta curioso que en lugar de promover y alentar la prevención y diagnóstico temprano, vía exámenes gratuitos o de bajo costo (aunque sean subvencionados), y solución temprana de las raíces de los problemas de salud, como desalentar (vía impuestos, rebaja en los orgánicos, aumento en los procesados, o mejor aún, ambos) alimentación altamente procesada, la falta de actividades físicas, la concentración masiva de las actividades en ciudades que cada vez cuentan con menos espacios (públicos y privados) para desarrollar actividades al aire libre, se promocionen planes auges, cuando la tarea del gobierno debería ser el generar las instancias y condiciones para evitar que la gente se enferme, en lugar de promover instalaciones para la recuperación, cada vez más caras y especializadas. Cuando hay instancias económicas que rentan de la salud (de la enfermedad en realidad), es importantísimo que el estado establezca claramente que su misión es evitar en el máximo posible de sus esfuerzos la enfermedad, no la promoción y subvención del tratamiento, ya que ésto genera mayor rentabilidad en las instituciones destinadas a los tratatmientos (clínicas privadas en general), o existe alguna duda de que a mayor cantidad de enfermos y a mayor gravedad, las rentabilidades de éstas clínicas aumentan?, sin considerar que suben las primas de las isapres, incluso a aquellos de nosotros que casi no utilizamos médicos. En resumen, el Estado debe constitucionalmente promover el manteniento de un estado saludable, no el tratamiento de las enfermedades, independiente que existan las áreas especializadas para ésto. Es más sencillo y económico mantener en buenas condiciones las maquinarias de una empresa vía utilización correcta, mantenimientos e inspecciones periódicas, que abusar de ellas hasta que fallen para tener que repararlas. Funciona igual para la salud, con la diferencia que no podemos comprar un cuerpo nuevo si arruinamos el que ya tenemos... Imprimir artículo

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