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“Hacerlo por una segunda vez”. Esa es la consigna con la que el empresario Francisco Guerrero, fundador de Integramédica, trabaja para posicionar a Sanasalud como una red de atención médica relevante dentro del país.
En 2014 partieron desde cero con esta empresa enfocada en la atención dental y de laboratorios. Ahora el plan estratégico plantea crecer vía adquisiciones y, para ello, están analizando activos que sean atractivos por su potencial.
Guerrero tiene experiencia en este tipo de tareas. En 1990 creó, juanto a socios, Integramédica, compañía que vendió en 2010 a Cruz Blanca por US$ 200 millones.
Debido a que firmó un contrato de no competencia por dos años, buscó oportunidades en Perú y es así como se asoció con el grupo Brescia, a través de su empresa de seguros Rimac.
Cumplida la cláusula, comenta Guerrero, empezó a estudiar la opción de emprender nuevamente en Chile y en el rubro que conoce. “En Chile, pasado el período de no competencia, empezamos a mirar qué podíamos hacer y estudiamos sobre todo el área dental, en donde todavía falta por desarrollar, está muy atomizada. La idea es la misma con la que partió Integramédica: llevar calidad a la clase media”, sostiene.
Recalca que empezaron desde cero con los centros dentales y ya cuentan con diez en operación, siete de ellos en Santiago, dos en la Región de Valparaíso y uno en la de O’Higgins.
Lo que vino después fue la compra de activos. Así se hicieron de la Clínica San Antonio y el centro médico Santa Catalina en Buin.
Pero ese es sólo el puntapié inicial de la fase de adquisiciones. “La mirada nuestra hoy día no está en crecer como lo hicimos en dental, nuestro foco está en crecer a través de adquisiciones”, enfatiza el médico de profesión (ver recuadro).
“Estamos mirando de todo, el área dental, laboratorios, centros médicos, analizamos todas las opciones. Tenemos instalados sistemas y administración central, por lo que hoy perseguimos tratar de adquirir empresas en marcha, con números conocidos, y nosotros entregar valor a través de la gestión y ordenar los negocios”, comenta.
Agrega que tienen la capacidad de administrar una empresa mucho más grande, que tenga cobertura nacional. “Cuando partimos esta compañía, hace dos años, la diseñamos para manejarla como una gran empresa. La idea es que esta sea nuestra segunda vuelta, hacerlo de nuevo, queremos formar una nueva red”, sostiene.
¿Cuánto gastarán en compras? “Cada negocio lo analizamos en su mérito, hemos analizado clínicas grandes en el sur, otras en Santiago, hemos visto centros médicos. El monto no es un tema, sino que nos permitan sinergias”.
Explica que están dispuestos a invertir en estos centros para ordenarlos por unos dos o tres años, “porque tenemos una mirada de largo plazo, pero que tengan hoy día actividad, un potencial de crecimiento, relativamente ordenados y que tengan oferta médica”, apunta.
Asociación con Walmart
Parte del negocio actual de la empresa es una red de toma de muestras, por eso firmaron un acuerdo con Walmart para instalar casetas en los supermercados Lider. “Esa es una mirada de crecimiento lento, pero creemos que debemos acercar la salud a la gente”, opina.
Comenta que parte de la estrategia de la empresa es elegir ubicaciones con gran flujo de público para posicionar la marca.
Sobre el acuerdo con la supermercadistaestadounidense indica que “ya estamos instalados, pero seguiremos invirtiendo en estas ubicaciones porque todavía falta un tiempo para llegar al punto de equilibrio”.
Los pasos en Perú
No sólo en Chile esperan crecer. En la sociedad que tienen con los Brescia, en la que tienen el 30% de la propiedad, cuentan que el grupo peruano hizo un plan estratégico “que apunta a aprovechar, en caso de que avance, la experiencia que tenemos nosotros en dental y laboratorios. Por el momento estamos en conversaciones, si se concreta o no sólo el tiempo lo dirá”.
De todas formas, actualmente operan en Lima y provincias, aunque el foco será crecer en la capital peruana.
DE MÉDICO A EMPRESARIO
Francisco Guerrero es médico de profesión, con especialidad de broncopulmonar, y aunque invirtió doce años de su vida en los estudios de edicina, finalmente optó por los negocios.
Cuenta que desde niño tuvo habilidades matemáticas, pero a los 18 años se casó lo que lo obligó a emprender para generar ingresos mientras estudiaba.
Ya recibido de médico, con socios, partió instalando un centro médico en Gran Avenida, luego en Providencia. Así fueron creciendo hasta que en 1990 establecieron Integramédica, con su primera ubicación en la calle Barcelona, en Providencia. Les fue bien y optaron por crecer, así se expandieron hacia el Alto Las Condes y Santiago Centro.
"El modelo de Integramédica fue súper aceptado por los pacientes y yo no podía ser médico y al mismo tiempo estar en la presidencia ejecutiva.
Era lo uno o lo otro, porque soy un convencido de que no se pueden hacer dos cosas bien a la vez y opté por dedicarme a los negocios", comenta Guerrero.
Este es exactamente el problema con la medicina y los tratamientos médicos en el mundo.
Es un negocio.
Y muy aceitado. Desde la solicitud de horas, pasando por los exámenes requeridos y los tratamientos, que nunca curan nada de raíz, sino que alivian los síntomas haciendo dependientes a los pacientes casi de por vida a medicamentos y consultas y exámenes.
Se supone que la medicina debería ser orientada hacia la cura definitiva de enfermedades, y principalmente a evitarlas.
Algo, o en realidad mucho, de ese espíritu se ha perdido. Tal vez inconsientemente. Al menos en las generaciones más jóvenes, que solo ven cuanto dinero han ganado por día de atenciones y el estatus que eso genera.
El problema es que, como en todas las cosas relacionada con la sociedad y la economía, cuando una clase de activo se dispara en precio, nace la oportunidad para aquellos activos sustitutos que no habían tenido el incentivo para la investigación y desarrollo.
Y bien puede ser el caso para la medicina tradicional, que está llegando, en el caso de los países occidentales, a precios de espanto lo que hace a la gente buscar alternativas.
Cuando se juntan precios elevados y niveles de servicio o resultados malos, es una pésima combinación que llama a gritos a alternativas más económicas y eficientes. Y la medicina occidental no ha podido tener un peor track record en términos del aumento de enfermedades como diabetes, cáncer y cardiopulmonares. Sin contar con la obesidad, que no es una enfermedad per se, pero es el preludio de muchas.
Creo que estamos llegando a un punto de inflexión en la medicina tradicional. Cuando ya no puedes pagar algo, estas obligado a sustituirlo o simplemente cortar ese gasto. Y como sociedad, estamos en ese predicamente desde hace ya algún tiempo, caracterizado como la división entre salud pública y privada. En algún momento, volveremos al convencimiento general de que el cuerpo humano es capaz de ser su propio médico, y con las debidas condiciones es capaz de recuperar casi cualquier condición. Tal como monjes tibetanos y culturas orientales lo saben desde siempre. O los grandes filósfos griegos, fundadores de hecho, de la medicina occidental.
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