EyN
miércoles, 19 de febrero de 2014
Director de Edmond de Rothschild Asset Management para América Latina y España
Eduardo Ruiz-Moreno
Los que estuvieron la primera quincena de Febrero en los lagos del sur, saben a lo que me refiero, el viento “puelche” fue uno de los más fuertes en años y llegó de madrugada cuando casi todos dormían.
Los prevenidos estuvieron atentos a la información del tiempo y sacaron anticipadamente sus embarcaciones del lago. Los menos prevenidos no nos preocupamos tanto y si no fuese por la acción temeraria de un amigo, pierdo mi lancha.
Esta lección sirve también para los inversionistas: si los mercados están turbulentos y las volatilidades en alza, la decisión más acertada debiera ser siempre “sacar las lanchas del lago” y esperar a que el viento amaine para luego disfrutar una vez llegada la calma.
Experiencias de acciones osadas y ganancias abultadas son pocas, sin embargo son muchos más los casos de temerarios o desinformados que han terminado con sus botes en las rocas o bajo el agua.
Aprendí del “puelche”:
Los que estuvieron la primera quincena de Febrero en los lagos del sur, saben a lo que me refiero con este titular. El viento “puelche” que azotó la zona fue uno de los más fuertes en años y llegó de madrugada cuando casi todos dormían.
Los prevenidos estuvieron atentos a la información del tiempo y sacaron anticipadamente sus embarcaciones del lago. Los menos prevenidos no nos preocupamos tanto y si no fuese por la acción temeraria de un amigo, pierdo mi lancha.
Esta lección sirve también para los inversionistas: si los mercados están turbulentos y las volatilidades en alza, la decisión más acertada debiera ser siempre “sacar las lanchas del lago” y esperar a que el viento amaine para luego disfrutar una vez llegada la calma.
Experiencias de acciones osadas que traen como consecuencia ganancias considerables, son contadas con los dedos de una mano, sin embargo son muchos los casos de inversionistas que han hecho oídos sordos de las condiciones “meteorológicas” y tomando riesgos innecesarios han incurrido en pérdidas que en muchas de las ocasiones, se vuelven irrecuperables.
La ambición forma parte de la naturaleza humana y así como en la parábola de los talentos se nos pide multiplicar los bienes recibidos y no ser perezosos dejando el ahorro en una cuenta de banco. También forma parte de la astucia del inversionista, saber retirarse a tiempo y esperar a que las condiciones sean más favorables para invertir.
Dos fuertes ajustes bursátiles hemos vivido desde el año 2000 a la fecha, la primera fue la burbuja “punto com” y la segunda la crisis sub prime en los EEUU. Muchos de los inversionistas teníamos la información en nuestras manos que podían darnos las señales de que un ajuste podría producirse.
En la primera crisis, veíamos empresas con elevadísimas valoraciones sin mostrar resultados y en la más reciente, la crisis sub prime, veíamos una fuerte alza en las especulaciones inmobiliarias y exceso de creación de instrumentos financieros para dar crédito al “comprador” de viviendas.
Toda la información estaba sobre la mesa, sin embargo, muchos hicieron oídos sordos y prefirieron jugar hasta el límite. Los resultados son por todos conocidos y no vale la pena hacer referencia de ellos en esta columna. Pero si es importante destacar que el inversionista solitario que no hace caso de la información que está disponible y que trata de jugar según su propio instinto, tiente altísimas probabilidades que de madrugada y cuando esté durmiendo, llegue un viento tipo “puelche” y lo deje varado sobre las rocas si tiene suerte o en el peor de los casos, bajo el agua.
Afortunadamente las instituciones y especialistas nos advirtieron de estos problemas y pudimos evitarlos…
Imprimir artículo
Lancha? Jajajajajjaaa... pero si a mi con cuea me alcanza para arrendar un bote a remos !!!
ResponderEliminar