Ues Estatales lanzan video en contra del CAE

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@emol

Las 18 universidades que conforman el Consorcio de Universidades Estatales publicaron las razones de por qué consideran que se están “mal utilizando los fondos públicos” al destinarse más recursos a los bancos por la garantía de sus deudores que a la gratuidad. El video señala que desde la implementación del CAE, el 2005, se han masificado instituciones privadas que son poco selectivas y de baja calidad. Así también, se explica que desde su inicio al 2016, la matrícula total de pregrado tuvo un aumento de un 82%. El problema, aseguran, es que entre las instituciones que presentan la mayor cantidad de CAE, algunas cuentan con una tasa de deserción académica de un 50% al primer año lo que, según dicen, solo genera estudiantes endeudados y sin posibilidad de movilidad social. “Desmercantilizar la educación y avanzar hacia una reforma que impacte realmente a sus estudiantes y a sus familias es el camino que como universidades estatales proponemos”, es parte del llamado con el que termina el video.

No podría estar más de acuerdo con eliminar el CAE. Pero todo. No solo para las universidades privadas.

La calidad (y estándares) de la educación universitaria hoy es paupérrima. Habiendo estudiado ingeniería civil en la PUC, puedo decir con conocimiento de causa que este tema del CAE afecta la calidad directa no solo de las instituciones privadas, también las públicas que expanden la matrícula en carreras sin ninguna proyección de mercado actualmente o que relajan los estándares de entrada o de permanencia en aquellas clásicas.

Se supone que:

O la educación universitaria está diseñada para potenciar y pulir aquellos mejores talentos académicos del país y formar a los futuros líderes nacionales. Por ende la misión como país es identificar estos talentos lo antes posible y en todos los segmentos y tratar de obtener todo su potencial en beneficio de la sociedad como un todo. Esto significa que la educación universitaria está diseñada para una élite intelectual y moral, y como sociedad estamos dispuestos a pagar por la formación de esta élite para que nos guíe en el camino hacia un mejor destino.

O la educación universitaria o terciaria es un peldaño más es la escala de formación y por lo tanto se supone que se debe ampliar la matrícula para abarcar a la mayor cantidad posible, entendiendo que es solo un paso adicional común o deseable para todos y por lo tanto no es un diferenciador relevante en términos de movilidad social ya que todos, o una gran cantidad están encaminados a  obtener esta formación.

El problema es que con las políticas actuales, se hace creer a los niños, y padres, que teniendo una matrícula tan amplia como 1.200.000 estudiantes, estos representan a la élite y por ende van a poder afrontar las deudas adquiridas con los ingresos posteriores, habiendo pagado por una educación pésima que en algunos casos iguala e incluso supera el costo de una carrera de élite en una universidad de élite.

Esta ilusión no solo ocurre en Chile. En USA es una pandemia. PhD´s trabajando por comida en algunas de las mayores ciudades no es algo raro.

Esto es una transferencia directa de dinero a los bancos sin ningún riesgo. Es uno de los mejores negocios bancarios. Un crédito al 5% real sin riesgos de ninguna clase. Por supuesto que a la banca le interesa ampliar la matrícula lo que más se pueda. Sea pública o privada.

La versión en USA es que un crédito bancario universitario no puede ser eliminado vía bancarrota, que es la única deuda que cuenta con esta condición.

O es completamente privado el financiamiento, o completamente público y por ende gratis.

Que es diferente del apoyo estatal al estilo de los colegios particulares subvencionados. Bien administrado esto es una buena herramienta de expansión de la matrícula y de la mejora de la calidad y de la búsqueda de estándares más personalizados que no pueden ser generados en una educación completamente pública.

Lo que debería pasar en la educación universitaria es que las universidades estatales debería ser gratis, pero con altos estándares de selección, calidad y rigurosidad respecto de la retribución social sobre la inversión incurrida en la formación.

Y la educación privada, lo que se quiera, pero sin el apoyo del estado bajo ninguna condición.

Hemos bajado los estándares para darle la ilusión a la generación copo de nieve que pueden ser lo más brillantes que quieran solo con desearlo mucho, porque es justo que así sea.

Condenamos a nuestros niños a una realidad virtual durante gran parte de su niñez y adolescencia, para después abandonarlos al desierto de la realidad.

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