Comunidad LGBT respalda a Bachelet tras Te Deum Evangélico: "Aplaudimos el coraje para hacer frente a estos abusos"

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@emol

SANTIAGO.- La participación de la Presidenta Michelle Bachelet en el Te Deum Evangélico se vio marcada por las fuertes críticas a la ley de aborto en tres causales, recientemente aprobada por el Congreso, y la de matrimonio igualitario, enviada hace pocos días. Algunas de las consignas que manifestantes le dedicaron fueron "asesina" y "vergüenza nacional". NOTICIAS RELACIONADAS Te Deum Evangélico estuvo marcado por agenda valórica y emplazamientos a Presidenta Bachelet 259 Las reacciones de los presidenciables tras el controvertido Te Deum Evangélico 217 Ante esto, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) manifestó su "solidaridad y respaldo" a la Presidenta, considerando que el momento que vivió fue "difícil y a todas luces injusto". "Festejamos y aplaudimos el coraje de la Mandataria para hacer frente a estos abusos y no tolerarlos", afirmaron. Además, consideraron que la decisión de la Presidenta de abandonar la ceremonia poco antes de que terminara, cuando se entonaba el himno nacional, fue "una señal sin precedentes a favor del Estado laico". Además, el Movilh consideró un "accionar misógino y homobófico" las actuaciones del director nacional de relaciones públicas del concilio nacional de Iglesias Evangélicas y Catedral Evangélica de Chile, Eduardo Salinas Durán, quien expresó que "movimientos minoritarios han logrado instalar una agenda que ni siquiera cuenta con el respaldo mayoritario de la ciudadanía", y del presidente del Concilio de Iglesias Evangélicas de Valparaíso, Dino Hormaechea. Además, hicieron un llamado al mundo evangélico a "informarse y a no dejarse manipular por pastores que en nada representan la religión que dicen defender y que, por el contrario, usan y abusan de la incitación al odio contra otros seres humanos por intereses personales y electorales espurios y deleznables". A juicio del organismo, el Te Deum "se transformó en un espacio de odio y violencia" que, consideran, "ningún chileno o chilena puede tolerar por el bien de nuestro propio país". La opinión del Movilh coincide con lo expresado por Fundación Iguales, cuyo presidente ejecutivo, Juan Enrique Pi, consideró "lamentable" que "en una ceremonia que debería ser de unidad, se entreguen mensajes que buscan perpetuar situaciones de discriminación". "Estas fechas deberían ser una ocasión para promover un Chile más justo e inclusivo, y no al revés", aseguró. Lo ocurrido fue rechazado también por el Gobierno y por los abanderados oficialistas, Alejandro Guillier y Carolina Goic, mientras que las cartas de oposición Sebastián Piñera y José Antonio Kast destacaron la defensa de los evangélicos a ciertos valores.

A ver.

Puedes decir lo que quieras a quienes no están de acuerdo contigo, incluso en términos bastante ofensivos. Pero cuando alguien expresa una opinión en un contexto formal y de respeto contraria te sientes ofendido e incluso violentado.

Esto no está relacionado con quien tenga o no la razón en términos de temas que son bastante subjetivos o sujetos a la interpretación en la mayoría de los casos, como el tema trans por ejemplo.

Está relacionado con la real tolerancia.

Y con las reales libertades que traen asociadas responsabilidades.

El problema con las reivindicaciones actuales es que están acercándose a un límite muy peligroso de cruzar. Y es el límite de la violencia. No puedes insultar a medio mundo y no esperar que en algún momento eso no estalle en violencia. Por supuesto no puedes actuar violentamente contra grupos que representan la mayoría y esperar que eso no reviente en el algún momento en violencia igualmente. Los grupos más radicales suelen irrumpir en eventos privados y básicamente insultar y violentar a todos. De verdad, no va a terminar bien eso.

No puedes hacer lo que te de la regalada gana en sociedad sin ninguna responsabilidad sobre tus acciones.

Las feministas originales luchaban porque las dejaran salir sin restricciones después de cierta hora en la noche desde los campus universitarios y afrontar los riesgos de ello, sin la protección paternalista contra un mundo peligroso real (y que todavía existe). Obviamente uno adhiere a eso, igualmente extensible a todo el resto de grupos sociales.

Pero hoy en día nos devolvemos conceptualmente. Las minorías quieren todas las libertades de hacer lo que ellos quieran, y que no existan responsabilidades o consecuencias por ello. Es decir, el proteccionismo paternalista sobre el que comenzaron todas las reivindicaciones modernas de las minorías y mujeres en primer lugar.

Particularmente respecto de las opiniones.

…Los copos de nieve…

Y justicieros sociales…

Y sus espacios seguros…

Que desastre.

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