Según datos del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, sólo cinco regiones del país no registran uno de estos delitos. El primero ocurrió el 3 de enero y el más reciente hace una semana. En este 18° Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, revisa en Emol dónde ocurrieron estos hechos.
Algo que no entiendo de todo esto, y como demuestran las estadísticas, es que estos son crímenes emocionales, esto es, son reacciones violentas incontroladas, e incontrolables, que detonan un acción violenta fatal. Y el hecho de que gran parte de los que cometieron el homicidio intenten suicidarse, con muchos de ellos lográndolo, es clara cuenta de que no estaba en la intención el provocar un daño, fatal al menos.
Por lo tanto, no son evitables. Son inherentes a una relación particular entre dos personas y el como llevan esa relación. Se me ocurren cosas que desatan emociones incontrolables como infidelidades, y que difícilmente cuenten con antecedente de violencia previos como lo demuestra el hecho de que solo el 40% tuviera antecedentes anteriores.
Tratar esto, como intentan hacerlo las feministas, como un problema asociado al sexo (o género) y no a relaciones individuales, es ridículo e inconducente a nada más que seguir la trayectoria de no investigar las causas reales de los crímenes y tener una pre sentencia de lo que ocurre.
De hecho, antes se conocían como crímenes pasionales. Y era claro que se producían en el fragor de una discusión que sube de tono, y no como un plan para asesinar al cónyuge. Eso es otra cosa diferente ante la ley. Imprimir artículo
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