@DF
Tras un 2017 de récords y perspectivas positivas para los mercados, entre los analistas reinaba el optimismo para este año. Y con un enero brillante, parecía que esas estimaciones estaban más que corroboradas.
Todo esto hasta el lunes pasado.
Tras la negra jornada, que dejó cifras rojas tanto para Wall Street, como en el resto del mundo, sembró la duda.
Hay dos cosas en las que los analistas consultados coinciden. En primer lugar, que de ninguna manera este año será tan alcista como lo fue 2017 y, segundo, que los retrocesos de los índices alrededor del mundo son algo pasajero.
“Lo que observamos estos días debiese de ser una corrección temporal más que el comienzo de una tendencia bajista de largo plazo”, comenta Axel Christensen, director de estrategia de inversiones para América Latina e Iberia de BlackRock.
“Más que una tendencia para lo que queda del año, esto debería ser algo más pasajero”, coincide Nicolás Grage, jefe portafolio manager de Bci Asset Manager.
Y los datos parecen avalar tal situación, pues ayer, si bien todos los índices relevantes de Asia y Europa cerraron en rojo, Wall Street y Latinoamérica fueron de pérdidas a ganancias, terminando al alza.
La plaza neoyorquina avanzó en promedio más de un 2%.
¿Renta fija o variable?
Sin embargo, todo esto no es suficiente para erradicar las dudas.
¿Significó este derrumbe de las bolsas una oportunidad para que la renta fija se alce como el nuevo instrumento de inversión predilecto?
“Son clases de activos diferentes, tienen perfiles de riesgo y retorno distintos, no son comparables”, precisa desde Nevasa el subgerente asset management, Jorge García.
Nuevamente, los analistas concuerdan en señalar que la presión de un alza de tasas en los bancos centrales del mundo no solo ha afectado a la renta variable, sino que su principal víctima es la renta fija, la cual pierde gran parte de su atractivo al no rendir de la misma manera que lo hacía con tasas más bajas.
Y es que tan solo ayer, las tasas de los bonos del Tesoro estadounidense subieron nueve puntos base, alcanzando el 2,80%.
“El alza de tasas por el que atravesamos, le va a afectar negativamente a la renta fija ”, señala el gerente de estrategia de Tanner Investments, Joaquín Aguirre.
No obstante, las peores perspectivas para los instrumentos de deuda, no significa que la renta variable se imponga indiscutiblemente como mejor.
“Desde el punto de vista de rentabilidad, en el largo plazo las acciones cuentan con los mejores desempeños, pero es solo una dimensión del análisis”, advierte García.
“No estamos considerando que la renta variable sea más atractiva que la renta fija este año como lo fue el 2017”, afirma Andrés Vicencio, gerente de portafolios de inversión de LarrainVial Estrategia.
“No recomendamos una cartera 100% renta variable: incluso el Fondo A (de las AFP) tiene 20% de renta fija”, concluye Christensen, instando a tener portafolios diversos.
Las estrategias institucionales de diversificación se basan en perder controladamente en aquellos sectores en los que no han apuntado bien o simplemente no saben. Y re balanceos de cartera y todo ese tipo de estrategia tienen relación con esto.
Esto es, las bajadas son compensadas con las subidas y se espera que las subidas vayan a mayor velocidad que las caídas, dado que en cada subida de una clase de activo “rebalanceas” liquidando lo que ha subido para comprar lo que ha bajado y mantener los mismos porcentajes por clase de activo que definiste antes.
Es una estrategia que se puede seguir de manera personal también.
50% activos, 50% dinero.
Cada vez que uno de los dos sube su porcentaje, por ejemplo a 60%, se liquida el % de exceso para comprar la otra parte hasta volver a la proporción 50% y 50%.
Probablemente no es una estrategia muy ganadora, pero preserva el capital y eventualmente bien manejado en la parte de activos puede dar ganancias decentes superiores a los depósitos. Que es lo que hacen los grandes gestores como las AFP´s.
Están aquellos que no diversifican, sino que apuntan a los sectores y los movimientos que creen se producirán y van con todos a ellos. Probablemente las mayores ganancias (y pérdidas) se producen en estas condiciones.
Todo tiene que ver con la confianza en los conocimientos. Los mejores traders de la historia no diversifican. “Saben” (o apuestan, como se quiera ver) que cierta clase de activo se comportará de tal o cual manera y colocan todo en el.
Que es diferente de lo que hacen los institucionales, con diversificación y creación de sintéticos que sacan todo el riesgo (inmediato) y venden estos instrumentos.
En el caso de “apostar” por renta fija, depende. Lo que se verá afectado no es la renta fija per se, es la renta fija de gobierno la que se verá presionada en los próximos meses/años.
Hay que hacer esa diferencia necesariamente.
Y en el caso de los privados, aquellos que están muy endeudados en USD´s probablemente sean los que más sufran en sus márgenes y por lo tanto sus primas de riesgo tenderán a subir.
Uno debería preferir entonces si se va a colocar dinero en renta fija a aquellos privados que no tienen demasiada deuda, y de preferencia que la mantienen en moneda local y no en USD. Y en el caso de gobierno, si es que se opta por ello, igualmente a aquellos que no tienen demasiada deuda en relación al PIB y que esté en moneda local.
En una crisis de deuda, los que la tienen sufren y los que no prosperan. Lo mismo en una recesión o depresión.
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