29 enero, 2019

Presidente de la Fed se enfrenta anticipadamente a la pregunta de los US$4 billones


@pulso

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, tiene un problema: cómo explicar que la Fed pronto comenzará a disminuir sus operaciones para reducir activos sin que parezca que se está preparando para una próxima recesión o cede a la presión del presidente estadounidense Donald Trump.

No hace mucho, Powell esperaba enfrentar esta delicada prueba de comunicación más adelante en 2019, en lugar de en la conferencia de prensa del miércoles tras la primera reunión política monetaria del año.

Sin embargo, una escasez inesperada de reservas en las profundidades de Wall Street, la presión pública manifiesta de inversionistas y la Casa Blanca, y la decisión de la Fed de reconsiderar sus alzas en las tasas de interés, obligan al banco central de Estados Unidos a enfrentar la realidad y mantener más bonos de lo previsto.

“No se puede detener el ciclo de alzas de tasas sin hablar del balance general”, dijo Thomas Costerg, economista senior de Pictet Wealth Management en Ginebra, Suiza.

Un balance general más grande podría provocar una disminución generalizada de los costos de endeudamiento en los mercados y reducir el valor del dólar en moneda extranjera, aliviando las tensiones en los mercados emergentes.

Además, podría afectar el apetito de la Reserva Federal por la compra de bonos si hay una recesión en Estados Unidos.

Durante más de un año, la Fed ha recortado metódicamente su balance desde casi US$4,5 billones a unos US$4,1 billones, casi sin que se notara.

El mundo, en cambio, ha mantenido sus ojos puestos en una serie de alzas de las tasas de interés que -según los cuidadosos mensajes en las últimas semanas de los funcionarios de la Fed- podría haber llegado a su fin.

Sin embargo, a fines del año pasado, conocidos inversionistas comenzaron a culpar al drenaje del balance de la Fed de la volatilidad del mercado, al que calificaron de ajuste cuantitativo, en contraposición a la flexibilización cuantitativa que emprendió la Fed durante la crisis financiera para reactivar la economía comprando bonos.

En diciembre, Trump insistió en el asunto tuiteando que el banco central no debería cometer otro error y terminar con los 50 B, en una referencia al máximo de US$50.000 millones mensuales en bonos en que la Fed ha estado reduciendo su cartera, según un plan que comenzó en 2017.

El día siguiente al tuit de Trump, Powell dijo que la disminución seguía en piloto automático, tras lo cual el índice de acciones de Standard & Poor’s 500 tuvo su peor caída en 60 minutos en al menos un año.

Dos semanas después, cuando Powell enfatizó en que el plan era flexible, el índice anotó sus mejores 60 minutos en al menos un año.

El tuit de Trump expuso un dilema para la Reserva Federal: Su plan de 2017 divorciaba la política monetaria del balance, pero los mercados ven una conexión fuerte.

Si la Reserva Federal se apega a su posición de evitar que el balance se convierta en una herramienta inmediata contra los altibajos económicos, Powell debe mantener el divorcio.

“No creo que vayan a detenerse”, dijo Chuck Self, director de inversiones de iSectors LLC. “Quieren bajarlo lo más posible sin complicar a la economía”, añadió.

El banco central se está acercando al punto en el que necesita ajustar el plan para su balance, no por el estado de la economía estadounidense, que se ve sólida, sino por los ajustes en los mercados a corto plazo.

A medida que la cartera ha disminuido, los bancos han recortado las reservas que mantienen en la Reserva Federal en cantidades aún mayores, lo que ejerce presión sobre la capacidad de la Fed para controlar la tasa de corto plazo, que usa para manejar su política monetaria.

En un posible anticipo del mensaje de Powell, el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, dijo el 18 de enero: “Si las circunstancias cambian, revisaré nuestras opciones de política monetaria, incluido el camino de normalización del balance. La dependencia de los datos se aplica a todo lo que hacemos”.


Toda la teoría del QE de la FED se basa en aumentar el stock de dinero de los bancos descargando de estos los instrumentos de menos calidad o menos líquidos, y con ello incentivar a que los bancos creen créditos en la economía real. La falla del QE es que en realidad los bancos no prestaron más dinero a la economía, sino que estancaron los excesos de reservas en la misma FED que paga intereses por ellos, y el resto lo invirtieron de manera propia.

Y como la mayoría de los bonos están en manos de extranjeros, en realidad alta emisión de deuda no resulta en mayor flujo de dinero en la economía americana.

Por eso ha fallado el QE donde se probó.

Y ahora la FED entiende eso y quiere corregir dos cosas. Tasas extremadamente bajas que están destruyendo a los fondos de pensiones, y su balance estructural que tiene mucho inventario de deuda. Porque la FED funciona igual que un banco. Emite dinero contra deuda. Y ahora quiere mantener un inventario mínimo de deuda en cartera. Pero eso no disminuye para nada la liquidez. Porque la deuda americana federal es equivalente a dinero (por ahora).

Que es algo que me escapa de los comentarios. Nada de lo que hace hoy la FED disminuye la liquidez del mercado, una vez que ya dejó hace años de comprar deuda larga.

Lo único que hace es disminuir el spread de ganancia entre el costo de fondo FED y la deuda americana para los bancos locales que pueden acceder a estas tasas. Y eso solo beneficia a la banca, no se esparce a la economía. Tal vez con ese excedente de flujo puedan invertir en acciones, pero igualmente es discutible si esto influye o no en la valoración, dado que los mercados americanos igualmente son considerados refugios, especialmente el DOW.

De hecho probablemente la FED está bajo un intenso lobby por parte del mundo, porque si sigue subiendo las tasas, todo el mundo debe seguirlo, tal como lo está recomendando el nuestro. Y eso va a aumentar el pago de intereses de la deuda soberana y corporativa.

Veremos.

Pero lo dicho en anteriores posts. La FED no tiene alternativas buenas. Y si tiene que elegir, que se pudra el mundo entero menos USA. Su misión es local, no mundial. Y quiere salvar los fondos de pensiones, porque si no lo hace, a los primeros que van a ir a linchar cuando caigan en default van a ser a ellos. Tal como en el siglo XIX.

Así es que mi apuesta es que las alzas siguen, igual que la descarga de deuda de su balance. Con todas las menudencias diplomáticas necesarias para calmar a los mercados (y Trump)hasta la siguiente reunión. Imprimir artículo

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