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En los últimos meses, diversos analistas han planteado que luego de una década de auge, el superciclo de las materias primas está llegando a su fin. En la mayoría de los casos, los expertos han hecho referencia a productos como el cobre, el oro y la plata, que han registrado bruscas caídas en sus precios.
Sin embargo, este fenómeno no es exclusivo de los metales. Los productos agrícolas también estarían experimentando el término del período de bonanza de los últimos trece años.
Desde comienzos de la década pasada, los países emergentes han registrado un fuerte crecimiento de la clase media. Los mayores niveles de ingreso de la población han significado una mejora en las dietas y una mayor ingesta de proteínas.
De hecho, el consumo de carne de los denominados BRIC –Brasil, Rusia, India y China– se elevó a un ritmo anual de 2% entre 2002-2012, mientras que la tasa en América del Norte descendió 0,9%.
El salto en la demanda por granos y ganado en los últimos años ha provocado que los precios de los productos suban, ya que la producción mantuvo un ritmo de expansión constante.
De acuerdo con David Kohl, doctorado en economía agrícola de la Universidad de Cornell, “la rápida mejora económica y de los estándares de vida en las naciones emergentes desde el año 2000, el crecimiento de los biocombustibles y la política flexible de la Reserva Federal de Estados Unidos que ha mantenido en niveles bajos las tasas de interés y el valor del dólar han sido la receta para el mayor superciclo de la historia”.
Mayores cosechas y reservas
Sin embargo, esta fase podría estar acercándose a su fin debido a los niveles históricos de producción global.
Hace unos días, el Sistema de Información del Mercado Agrícola (AMIS, su sigla en inglés) informó que la producción mundial de trigo, que ya se veía llegando a máximos, será mayor a lo previsto el mes pasado por las buenas perspectivas en casi todos los mayores productores, con excepción de Estados Unidos.
Los agricultores cosecharán 704 millones de toneladas métricas de granos en la temporada 2013-2014 desde 659 millones de toneladas en 2012-2013, según la organización formada por los países del G20. El pronóstico fue elevado en 2 millones de toneladas.
“Se espera que las mayores cosechas resulten en un aumento significativo en las reservas mundiales de cereal”, escribió el grupo. “Ofertas más abundantes podrían resultar en precios menores y más estables en 2013-2014 comparado con 2012-2013”, agregó.
Rabobank estima que el trigo y el maíz volverán a los superávit a medida que la producción estadounidense se recupera luego de la severa sequía del año pasado. Las ofertas de soya, café, azúcar y aceite de palma también superarán la demanda.
Una de las razones detrás de esta recuperación en la producción es que los principales fabricantes de maquinaria agrícola han aumentado la capacidad agresivamente tanto domésticamente como en los mercados emergentes. Si bien el panorama a largo plazo para la mecanización es favorable, el exceso de capacidad podría desafiar los precios y la rentabilidad de la industria en el corto plazo, según los analistas de Bloomberg.
La desaceleración de China también podría estar jugando un rol clave en la caída de los precios. Los más de 300 millones de ciudadanos chinos que se consideran de clase media han convertido a la segunda economía del mundo en el mayor importador de algodón, caucho y soya, entre otras materias primas agrícolas, y en un importante comprador de azúcar y aceite de palma.
Si las importaciones de productos agrícolas por parte del gigante asiático disminuyen, la brecha entre la oferta y la demanda mundial de los alimentos seguirá estrechándose, lo que producirá una tendencia a la baja en los precios.
Los golpes simplemente no paran.
Este es el índice CRB, que está compuesto de 19 materias primas representativas transadas en las bolsas de futuro y caja de USA. No es necesario hacer notar la similitud con la curva del cobre (y el oro). Todos los commodities sufrieron el efecto China en la última década, y ahora también lo sufren en la vereda opuesta. Este tipo de movimientos tan acelerados nunca son sostenibles, y el problema es que la producción en el margen siempre entra con un costo mayor, por lo tanto cuando la demanda o el precio ceden, esa capacidad adicional en el margen es destruida, proceso fundamental para poder volver a la recuperación del precio nuevamente. Ahora nos encontramos en el periodo en que nuevos actores recién están entrando. Queda aún mucho tiempo para que una baja en los precios destruya esa capacidad productiva nueva. En el caso de Chile, en lo que nos importa que es nuestro mercado de materias primas, los proyectos de cobre han sido aprobados con estimación de precios cada vez más altas, producciones que entraran en poco tiempo, no solo en Chile sino en todo el mundo, elevando la oferta ante una demanda cada vez más deprimida. Mismo ciclo que el expresado en el reportaje. Igual que las frutas y salmones, que adicionalmente cuentan con mucha deuda como fuente de financiamiento de esta nueva capacidad productiva calculada en los precios actuales.
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