26 julio, 2013

Diversificar un poco a renta variable nos da un retorno mayor a un riesgo muy acotado

 

@DF

En una de las oficinas del piso 12 del Ministerio de Hacienda, el presidente del Comité Financiero de los Fondos Soberanos, Klaus 
Schmidt-Hebbel, junto al asesor de Finanzas Internacionales de dicha cartera, Francisco Vergara, recibieron a Diario Financiero para explicar en detalle los cambios que aplicarán al Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) y, en ese marco, las razones de las pérdidas de capital y rentabilidad negativa que se han registrado durante el presente año.
Las modificaciones se aplicarán en dos períodos, agosto y octubre, meses en que se liquidarán cerca de 
US$ 500 millones, equivalente al 7,5% del total de dicho fondo. “Diversificar un poco a renta variable nos da un retorno mayor a un riesgo muy acotado”, recalca el economista.
Otra de las novedades es que desde el próximo año será el Ministerio de Hacienda la entidad encargada del monitoreo de la gestión de los administradores externos en tiempo real.
Durante 2012 se llevó parte de la cartera del Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) a acciones, lo cual le ha entregado un resultado positivo que le ha permitido diferenciarse de la rentabilidad más débil del FEES. Schmidt-Hebbel reconoce que si bien los cambios a la política de inversiones del FEES se vienen trabajando desde hace mucho tiempo, los resultados más favorables del FRP tras el cambio impulsaron y dieron un mayor sustento para ir hacia un portafolio de acciones. 

Ahora bien, aclaran que las ganancias o pérdidas de capital que han anotado ambos fondos no son relevantes, ya que tienen que ver con efectos en contra que se están dando por las alzas de tasa a nivel internacional y, principalmente, con un efecto monetario. Agrega que lo importante es el interés devengado que se acumula, ya que siempre da positivo y en el peor de los casos es igual a cero. “En el FEES las ganancias o pérdidas de capital son súper fluctuantes porque dependen hoy día de si las tasas de mercado bajan o suben respecto de las tasas que pagan los papeles que tenemos nosotros en cartera (renta fija), en el FRP depende más de las acciones”, explica Schmidt-Hebbel.
Respecto al efecto monetario, detalla que el hecho de tener la cartera diversificada en monedas distintas pega muy fuertemente, pues todas las rentabilidades están expresadas en dólares. “Nos pegan las apreciaciones o depreciaciones de la otras monedas donde tenemos invertido respecto del dólar. Así, por ejemplo, si se deprecia el yen y el euro, eso le pega negativamente a la cartera total del FEES. Durante 2013, las pérdidas de capital de dicho fondo estuvieron asociadas a la depreciación de 2% del euro y, especialmente, al yen que se depreció 14%. Vale decir, el 2,4% de rentabilidad negativa de este año se explica en 1,4% por el yen y en 0,8% del euro. Entonces, no es efectivo que el alza de tasas nos golpeó significativamente, porque el 90% de la caída es por la depreciación de las monedas antes señaladas”, explica el presidente del Comité Financiero.
En definitiva, deja en claro que las que son pérdidas un mes, un semestre o un año, pueden ser ganancias el próximo. “Una cosa son los intereses devengados y pagados que entran como caja, y otra distinta son las ganancias o pérdidas de capital, ya que sólo se realizan y significan pérdidas de verdad si el papel se liquida, se vende. Lo que importa es el cash, el flujo de caja que nos envíen en materia de intereses”, destaca Schmidt-Hebbel.
En la actualidad existen países como Noruega, Australia, Nueva Zelanda, entre otros, que están con rentabilidades mayores a la de los fondos chilenos. La diferencia es que dichas naciones tienen un mayor componente de acciones en su cartera, lo que les ha significado pérdidas importantes en el pasado, pero retornos altos en los últimos años.
Ante la idea de seguir 
este tipo de directrices, Schmidt-Hebbel sostiene que “es muy mala idea para un país pequeño y abierto como Chile, que quiere asegurar fondos para épocas de vacas flacas, tomar una posición especulativa que se separa de la posición dominante, mayoritaria o que refleja lo que cree y hace el mercado mundial de capitales en materia de renta fija y de renta variable”.
Finalmente, el experto reconoce que dos años de retorno negativo de los fondos chilenos le preocuparía, pero explica que “cuando uno se diversifica de renta fija pura, como ha sido el caso del FEES, a fija y variable, y esa renta variable es pequeña en nuestro caso de 7,5% 
en un fondo (FEES) y 15% 
en el FRP a diferencia de Noruega, Canadá, Australia y otros que tienen porcentajes muchísimo más alto en renta variable, en caso de una recesión, un crush de bolsa mundial eso afecta la renta variable uno a uno, pero la renta fija típicamente se ve beneficiada”.
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¿Es factible un tercer fondo?
Si de fondos conservadores se trata, el FEES se compara con los soberanos de Timor Oriental o Trinidad Tobago. Es decir, alta inversión en renta fija y menor en acciones. En el otro extremo, está Noruega con más de 50% de su portafolio en renta variable. No obstante, Smichdt Hebbel hace el punto: los noruegos están ahorrando para cuando se les acabe el petróleo en 30 años más. Quieren que las generaciones futuras se vean beneficiadas de esta bonanza y, por lo tanto, tienen más años para tomar riesgo, sufrir pérdidas y luego recuperarse. El FEES, en cambio, "lo podemos usar hoy, mañana o en muchos años más".
- ¿Y nos dará para pensar en un tercer fondo pensando en cuando a nosotros se nos acabe el cobre?
- Es una muy buena pregunta que varios economistas se han planteado ya. Y es algo que deberíamos mirar muy de cerca. Ahora, cobre tenemos para rato en la medida que tengamos energía y eso es otro gran reto macroeconómico y microeconómico (...) El horizonte para el cobre, por las prospecciones y las reservas comprobadas del metal que hay en Chile, es mucho mayor en años, décadas que el petróleo en Noruega.
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“El FEES es para cubrir al país de shocks adversos”

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La comprensión del origen de los dos fondos soberanos que nutren las arcas fiscales de Chile y de su propio funcionamiento están en el centro de la preocupación del economista Klaus Schmidt-Hebbel, quien preside el Comité Financiero que asesora en esta materia al Ministerio de Hacienda.
Desde el principio subraya que se trata de dos instrumentos distintos -ya su nombre lo plantea- y con objetivos diferentes que de todas formas son coherentes y se encuadran en la política fiscal del Estado chileno y que tuvo un hito en 2000 con el establecimiento de la regla de balance estructural. ¿De qué se trató el cambio? De ajustar el nivel del gasto a una estimación de los ingresos permanentes o de largo plazo tanto de cobre como de ingresos tributarios no cobre. O, dicho de otra forma: se trata de ahorrar en años de vacas gordas y desahorrar -si se requiere- en aquellos de vacas flacas. Y el colchón que permite este ajuste es el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES). Precisamente, su política de inversión -que hasta ahora sólo consideraba renta fija en el exterior- busca maximizar el valor acumulado para cubrir parcialmente las caídas cíclicas en los ingresos, siempre sujeto a un bajo nivel de riesgo, o sea, es de carácter conservador.
"El FEES es como un seguro y la composición de los activos es para cubrirnos y protegernos de shocks económicos adversos", dice Schmidt-Hebbel. Es decir, en un año de crisis internacional, que implica una depreciación del peso chileno y una recesión interna, se puede recurrir a fondos adicionales y defender el gasto, como lo hizo el ministro Velasco en 2009, fecha del único retiro registrado.
En momentos de crisis, explica el economista, "los bancos centrales que hacen política monetaria reducen sus tasas de interés, con lo cual nuestra inversión en renta fija en esos países se ve beneficiada en dólares porque las tasas caen (...) Y ¿qué significa esto? Que tenemos ganancias de capital".
Y esto implica que precisamente se liquidan dólares y hay un beneficio por la depreciación del peso.
El otro resguardo ideado por Chile es el Fondo de Reserva de Pensiones (FRP), cuyo principal objetivo es generar recursos que permitan financiar parte de las obligaciones fiscales en pensiones. Esto, bajo una lógica de inversión -como dice Schmidt-Hebbel- que permita obtener una cierta rentabilidad en el largo plazo pero con una tolerancia baja al riesgo. De hecho, se definió una pérdida máxima del 10% en un año con probabilidad de 95% de que sea menor a esa cifra. Similar al fondo D de AFP, está invertido en bonos soberanos (65%), bonos corporativos (20%) y acciones (15%). La diferencia es que está todo afuera.

Pero como?, también el gobierno de Chile adscribe a una política de inversión de principios del siglo XX. Que vergüenza…

Como sea, la forma en que enfocan la colocación de estos masivos recursos (para Chile), como generadora de flujo de caja es la manera estándar en el mundo para estas cantidades y tipos de fondos y perfil de riesgo. Por supuesto el rendimiento sobre las inversiones no ha sido estelar, pero tampoco es el objetivo, sino la protección del capital primero, y ganancia de capital después si ello es posible.

Ese no es el problema.

El problema es la presunción de que las tasas de interés sobre los bonos americanos, y en general, van a mantenerse relativamente estables. Pero, como los fondos no necesitan liquidar los bonos sino hasta la maduración, tampoco es algo que probablemente preocupe demasiado a los gestores. Por supuesto eso cambia si los bonos de hecho caen en cesación de pagos. Pero probablemente ahí estaríamos hablando de otra clase de crisis.

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4 comentarios:

  1. Tremendo tópico lo de la preservación del capital.
    Cualquier cosa tangible que entrego a un tercero contra la promesa de devolución está sujeta a sufrir una pérdida. La probabilidad de reembolso es proporcional in fine al poder de negociación/persuasión. En tiempos normales, las instituciones funcionan sobre la base de no arriesgar su credibilidad y cumplen sus promesas a los grandes y a los chicos. En tiempos difíciles, se sacrifican a los chicos para preservar a los grandes y en tiempos extremos, solo cuenta quien tiene la pistola sobre el pecho de quien, las fuerzas de orden contra el pueblo, el perro grande contra en perro chico y finalmente un misil nuclear contra una ciudad.
    Al parecer, tener o detener y luego preservar siempre es y será un tema de fuerza, por mas que se disfrace esa realidad.

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    1. Si, complejo, la civilización occidental se basa en la confianza en los acuerdos privados, y que las disputas se solucionan legalmente. Pero, a fin de cuentas, quien tiene la pistola más grande, en el límite, o exige el pago, o aniquila al acreedor.

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  2. "se definió pérdida máxima del 10% al año con probabilidad de 95"

    Phd usando value at risk, asumiendo:
    distribuciones normales
    correlaciones fijas
    volatilidades fijas

    Viene un cisne negro y te vas a la mierda

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    1. Yep, es el problema de todos los modelos matemáticos de trading, en particular los de coberturas. Alguien tiene que pagar, si todos los que podían hacerlo están quebrados, bye bye...LTCM capital es un ejemplo de modelos matemáticos de inversiones diseñados por premios nobel que se fueron al diablo.

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