La presidenta Michelle Bachelet, asegura en una entrevista exclusiva con Efe que las reformas que emprendió durante su segundo mandato han puesto punto final al sistema neoliberal en el país que lo aplicó por primera vez.
"Había algunos vestigios del modelo neoliberal con los que hemos ido terminando a través de las reformas. La educación era tal vez el más potente", señala la mandataria, quien reconoce que "nos falta un sentimiento más solidario".
A mediados de los 70 Milton Friedman y sus discípulos de la Escuela de Chicago desmantelaron el modelo desarrollista de Chile y lo sustituyeron por otro en el que el mercado imponía sus leyes sin restricción alguna.
40 años después, Michelle Bachelet fue reelegida como presidenta con un ambicioso programa que tenía como ejes principales la transformación del modelo educativo, la reforma tributaria y una nueva Constitución.
"En Chile se avanzó mucho, pero seguía habiendo una gran desigualdad. La nueva etapa requería hacerse cargo de las demandas ciudadanas", recalca la mandataria, quien cerró su primer gobierno, en marzo de 2010, con una aprobación del 84 % y hoy apenas supera el 25 %.
Bachelet recibe a Efe en el Palacio de la Moneda, sede del Gobierno. Aún no son las diez de la mañana y su agenda ya registra tres actividades. Mañana jueves se trasladará a la sede del Congreso, en Valparaíso, para rendir su último informe presidencial.
Además de anunciar los proyectos que impulsará en los próximos diez meses, la jefa de Estado hará balance de su gestión.
"Chile tenía el sistema de educación más discriminatorio y segregado". Hoy, eso está desapareciendo, asegura la presidenta, quien se refiere a la gratuidad de la educación como uno de sus principales logros, aunque por el momento sólo beneficie a un grupo minoritario.
Bachelet recuerda que la reforma tributaria, que elevó la tasa del impuesto a las utilidades empresariales del 20 % al 25 % con el objetivo (no alcanzado) de recaudar 8.200 millones de dólares adicionales "fue aprobada con el respaldo unánime del Parlamento".
Además, se siente orgullosa de que casi 225.000 personas hayan participado en el proceso de discusión de una nueva Constitución para reemplazar a la actual, promulgada durante la dictadura.
Este esfuerzo "no va a caer en saco roto", asegura la presidenta, porque antes de que finalice su mandato enviará al Congreso un proyecto de ley apoyado en estos debates ciudadanos.
"Yo voy a cumplir con lo que me comprometí. Espero que también los candidatos presidenciales clarifiquen cuál va a ser su postura en este tema", comenta a continuación.
Bachelet habla de los avances que ha supuesto la reforma laboral, que fortalece el rol de los sindicatos, y "de otra reforma que no estaba prevista", la que surgió a raíz de los casos de corrupción que han salpicado la vida política del país.
"Yo decidí enfrentar abiertamente las situaciones que nos tocó vivir", explica la mandataria, quien asegura que todas las recomendaciones de la comisión presidencial que creó para atajar el problema ya están plasmadas en la ley.
Los partidos políticos, la clase empresarial, la Iglesia católica, las Fuerzas Armadas y hasta la policía han perdido el favor de los ciudadanos a medida que han ido salido a la luz casos en los que se veían involucrados miembros relevantes.
"No se puede tolerar la corrupción. Todos los casos están siendo investigados por la Justicia", enfatiza la mandataria.
Para que los chilenos recuperen la confianza, "hay que separar el dinero de la política y adoptar leyes estrictas. Los ciudadanos no están en contra de la democracia; al revés, quieren más democracia", apostilla.
En las próximas elecciones presidenciales, el exmandatario Sebastián Piñera encabeza las encuestas, que auguran una baja participación. La coalición oficialista Nueva Mayoría se presenta dividida, algo que preocupa a Bachelet.
"Ir con dos candidatos (el independiente Alejandro Guillier y la democristiana Carolina Goic) es completamente inédito en nuestra experiencia", reconoce.
"Ojalá haya una única lista parlamentaria. Eso demostraría que la Nueva Mayoría puede asegurar la gobernabilidad en el futuro y seguir profundizando en las reformas", considera Bachelet.
Respecto al Frente Amplio, "una izquierda situada a la izquierda", la presidenta considera que "todavía es pronto" para medir el impacto de esta nueva fuerza política.
El complicado panorama internacional y los bajos niveles de consumo e inversión han llevado a la economía chilena a un crecimiento promedio del 1,9 % en los últimos tres años.
Según la mandataria, esto se debe a su fuerte dependencia del precio del cobre, el principal producto de exportación.
"La situación va a ir mejorando a lo largo del año. La minería está volviendo a ritmos de inversión históricos, y hay otras áreas que están mostrándose muy activas".
En los últimos meses cientos de miles de chilenos se han echado a la calle para exigir el fin de sistema privado de pensiones. A pesar de ello, la mandataria no cree factible desmantelar por completo el actual sistema.
"Volver al modelo de los años sesenta es imposible" y por ello anuncia que en julio enviará al Parlamento un proyecto que incorpora la aportación del empleador.
Bachelet confiesa que aún no ha pensado que hará una vez que deje la presidencia, pero tiene claro que no se dedicará a la política activa en Chile.
"Creo que me quedaré en la retaguardia, por si en algún momento me llaman a un consejo de ancianos en el que pueda ayudar", bromea.
Yep, se ha desmantelado el modelo neo liberal. Nadie trabaja hoy en Chile por beneficio propio sino por el beneficio del conjunto social.
Esa es la razón por la cual alguien que tiene las competencias de una abuelita del siglo XIX regaloneando a los nietos no debería estar a cargo de las políticas del país.
El libre mercado siempre, siempre, siempre gana. A pesar de que pasen 80 años como en el caso del comunismo en Rusia o China, o 1000 años como en el caso de la edad media en occidente.
Porqué???
Porque la naturaleza del ser humano es individualista. Y las pasiones y emociones de esa naturaleza no han cambiado ni van a cambiar.
Todos buscan el beneficio personal, a pesar de que no lo parezca. Un sistema que niega ese hecho va contra la naturaleza humana. No puedes hacer eso y pensar que vas a tener éxito.
La forma en que puedes aprovechar eso para el beneficio del todo es desatar el talento de los mejores, o más productivos en beneficio del resto no tan talentoso. Y eso se logra, en la inmensa mayoría de los casos, proveyendo la posibilidad de obtener ganancias en relación a su aporte. No hay atajos a eso. Si quitas ese incentivo, en la mayoría de los casos, no vas a desatar el talento. Y por ende te estancas.
Lo llaman chorreo. Y efectivamente lo es. Los más talentosos lideran los cambios, generalmente hacia mejores lugares, aunque no siempre.
El resto sigue. Siempre ha sido de esa manera.
Nuestra tarea como sociedad es proveer las condiciones para que se puedan desarrollar esos talentos, con las mejores condiciones posibles. Que genera una contradicción vital. Lo que hace que la gente supere sus posibilidades y se transforme en extraordinario es la capacidad única de vencer barreras y problemas. Si no las tienen, nunca desatas tu potencial completo.
Y como sociedad es justo lo que estamos probando hacer con nuestros niños y jóvenes. Quitar las barreras y problemas y los incentivos para superarlas. O intentarlo. Cualquiera debe ser un ganador por el solo hecho de existir. Cualquiera debe entrar a una universidad de élite. Cualquiera debe tener el trabajo de sus sueños y el sueldo de sus sueños.
Eso es el socialismo. La ilusión a las masas de que pueden ser todos extraordinarios y que tienen derecho a eso y no es justo de otra manera.
Citando a Dash. Si todos son especiales, entonces nadie es especial. Imprimir artículo
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