El pasado 3 de abril, el Ministerio de Educación retiró el proyecto de ley que presentó el gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet para reemplazar el actual Crédito con Aval del Estado (CAE) y se comprometió a presentar una nueva iniciativa en un plazo autoimpuesto de 90 días.
Hoy, en el ex Congreso, sesionó la comisión encargada de investigar actos relativos a los créditos de financiamiento en educación superior, la misma que deberá legislar cuando se presente el nuevo proyecto.
En la instancia, Tomás Bayón, director ejecutivo de la Comisión Ingresa, órgano fiscal encargado de administrar los créditos para la educación superior, entregó datos respecto del pago y endeudamiento de los más de 870 mil estudiantes que han solicitado el CAE desde su implementación en 2006.
De acuerdo a sus registros, a diciembre del año pasado, de un total de 390.220 beneficiados del CAE, un 42% mantenía cuotas morosas por un total de $ 842 mil millones. Estas, van desde una cuota hasta la totalidad del monto, es decir, superan los 12 meses sin ejercer ningún pago. En esta última situación se encuentran 56.319 desertores de sus carreras y 58.106 egresados (ver tablas).
Para Marco Kremerman, director de Fundación Sol, estos datos no dan cuenta de personas que simplemente no quieren pagar su deuda, sino que tienen otras razones de fondo: “Nosotros hicimos un análisis de los deudores según la comuna de procedencia y justamente son los sectores con mayor pobreza los que presentan más morosidad. Esto lo atribuimos a ingresos bajos o a ingresos discontinuos, aún más en el caso de los desertores”.
Durante la sesión, Bayón realizó un análisis que causó sorpresa en varios de los asistentes. “Si el dinero del CAE se hubiese utilizado en política de gratuidad, se habrían financiado 533 mil carreras y no 800 mil como se ha hecho”, señaló.
Para la diputada del Frente Amplio (FA) Camila Rojas, ambas cifras no se condicen. “Se pudo haber cubierto 533 mil carreras en desmedro de 800 mil personas que hoy están endeudadas. El director no magnifica eso. Hoy esas personas endeudadas no pueden tener una línea telefónica ni acceder a un crédito hipotecario”, argumentó.
Asimismo, se desprendió información del valor de las cuotas que deben pagar los actuales deudores. Mientras 179.175 beneficiarios deben cancelar mensualmente menos de 1 UF ($ 27.070 aproximadamente), hay otras 192 personas que pagan en promedio 11,87 UF, es decir, un valor cercano a los $ 300 mil.
Estos datos causaron reacciones divididas. Para Ariel Ramos, investigador de política educativa de la fundación Educación 2020, el monto no sería irracional. “Pensando en todas las modificaciones que se la han hecho al CAE, el crédito tiene una cuota contingente al ingreso. Y desde esa lógica, uno podría decir y concordar con que existe disparidad en los sueldos. No es ilógico pensar que estas personas puedan estar ganando sobre $ 4 millones”.
Distinta es la opinión del director de Fundación Sol: “Aunque sea un grupo pequeño de personas, es una muestra del nivel de compromiso que pueden llegar a tener los ingresos futuros o presentes. Esta política de financiamiento termina coartando las libertades para, por ejemplo, desarrollar un proyecto de vida”.
Nuevo crédito
A poco más de un mes para que se cumpla el plazo impuesto por el gobierno, todos los consultados concuerdan con que la nueva iniciativa debe tener un piso mínimo: no contemplar la participación de la banca e incluir a los miles de endeudados actuales: “No basta con que pensemos cómo vamos a endeudar a los futuros estudiantes, sino que tenemos que pensar en todos quienes se vieron perjudicados por una política de endeudamiento que lleva más de una década”, sostuvo la diputada del FA.
Esto no es nuevo ni exclusivo del Chile. Este esquema de financiamiento es el mismo que existe en países de habla inglesa como USA y UK. Y las consecuencias son exactamente las mismas. Una generación endeudada en un producto que no entrega ni remotamente lo que promete y con imposibilidad de salir de esa deuda porque es el gobierno quien mantiene la garantía de pago.
Una de las cosas más subestimadas o vilipendiadas es la capacidad de los bancos de entregar créditos cuando se centran en ese negocio, y no como la mayoría actualmente dedicadas más bien al trading propio.
Los bancos son especialistas en riesgo. Y cuando entregan crédito, lo hacen evaluando este. Es por eso que se suele decir que los bancos prestan a quien no lo necesita. Que en parte es cierto. Porque su negocio es recuperar lo que prestan obviamente.
Cuando, le quitas el riesgo al crédito, que es lo que es el CAE, los bancos entregan a quien se los pida sin restricciones. Independiente de la calidad del negocio que se presenta y los flujos de caja futuro, que es lo que es la educación. Una inversión actual en tiempo y capital a cambio de flujos futuros.
Y por lo tanto nadie en realidad evalúa la calidad de esa inversión y terminan invirtiendo capital (enorme) y tiempo en cosas que no generan flujo y si deuda.
La educación universitaria es una de las cosas que no puede hacerse a medias. O la dejas completamente privada en términos del riesgo individual y por ende la banca cuando entregue crédito va a decirle al candidato si su carrera y universidad es predictor de mejores ingresos o no, o la dejas pública y quien tiene que evaluar los méritos para entrar gratuitamente a una carrera es una entidad pública.
Si haces cosas a medias como hoy en día, terminas con estudiantes que no tienen el mérito ni las aptitudes para estudiar una carrera universitaria ni menos para sacar provecho de ella, y con una deuda que los va a acompañar por gran parte de su vida adulta. Y universidades absolutamente desastrosas que solo se fijan en la rentabilidad por estudiante bajando sus estándares a niveles idiotas para que la mayor cantidad de deudores puedan dejar su contribución al EBITDA de la universidad.
Sin considerar que un acceso al crédito casi sin restricciones es como se forman las burbujas, y en el caso del precio de las carreras universitarias eso es lo que tenemos hoy en día.
Se supone que la universidad es donde las mejores mentes académicas de un país son llevadas a sus límites para entregar a la sociedad los mejores líderes posibles. No a taxistas y recepcionistas de Mc Donalds o Starbucks mejor educados.
Lo dicho en anteriores post al respecto. Salvo carreras de Ingeniería Civil u orientadas al ámbito tecnológico, Agronomía o Minería en las universidades de prestigio, o Medicina igualmente, no veo la ventaja hoy de estudiar CON DEUDA en una universidad a diferencia de lo que ocurría hace 20 o 30 años donde si era un diferenciador importante.
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Exacto. Estudiar es un proyecto de inversion como cualquier otro. Muchos creen en ilusiones y creen que es un derecho.
ResponderEliminarAhora con el mercado laboral hecho mierda no hay carrera que se salve de la cesantia..ergo los retornos de la inversion educativas son cada dia peores.