Un grupo de distribuidores de la multinacional Herbalife ha interpuesto en un tribunal de Miami (EE.UU.) una demanda de US$1.000 millones contra la compañía por supuesto engaño en la promesa de ganar sumas de dinero, algo que no se cumplió, informaron hoy medios locales.
La demanda fue presentada por Patricia y Jeff Rodgers, dos distribuidores que, aseguran, asistieron a todas las convenciones y eventos denominados “Círculo del éxito”, actos en los que se les prometía ganar mucho dinero vendiendo sus productos nutricionales pero que sólo les reportó pérdidas.
De hecho, no sólo no se enriquecieron, sino que Patricia Rodgers estima que tuvieron pérdidas por unos US$100.000, incluidos US$20.000 utilizados en asistir a los eventos de Herbalife, multinacional que tuvo un beneficio neto en 2017 de unos US$4.400 millones, recogió el diario Miami Herald.
Ahora, los Rodgers y otros ex distribuidores de Herbalife han presentado una demanda por US$1.000 millones por daños en un tribunal de Miami que podría implicar a más de 100.000 personas que se encuentran en una situación similar.
“Hicimos todo lo que nos dijeron que hiciéramos. Asistimos a todos los eventos. Viajamos y gastamos dinero. Y no tuvimos éxito como dijeron que lo tendríamos”, dijo Rodgers en una entrevista con el citado medio.
“Te involucras en ello hasta tal punto que es casi una mentalidad de culto”, aseveró.
Uno de los puntos que diferencia esta demanda en Miami de otras contra Herbalife es que apunta al sistema de eventos conocido como “Círculo del éxito”, que persuade a los distribuidores de la conveniencia de asistir a todos los actos que se celebran en el país con los gastos por cuenta propia, señaló a este rotativo el abogado de la pareja, Etan Mark.
A los distribuidores “se les promociona” con el gancho de cómo “aprender a hacerse rico” y al mismo tiempo “contratar a más personas para convertirse en distribuidores en lo que se denomina la ‘línea descendente'”, agregó.
“Tomé el dinero que tenía. Seguí el sueño que me vendieron. Era adictivo. Era casi como si te hipnotizaran y estuvieras en una especie de trance”, se lamentó Rodgers.
“Entonces te das cuenta de que realmente me engañaron”, se quejó la ex distribuidora de esta compañía vendedora de suplementos vitamínicos y para la pérdida de peso a través de una red de distribuidores independientes.
Herbalife, con sede en Los Ángeles, cuenta con 8.300 empleados en todo el mundo y cerca de 2,3 millones de distribuidores independientes, con su mercado principal en Norteamérica, China y Asia.
En 2016, la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos obligó a Herbalife a pagar 200 millones de dólares de indemnización a los consumidores/distribuidores a los que engañó con promesas de ganar sumas de dinero que nunca llegaron.
La compañía vendedora de suplementos vitamínicos y para la pérdida de peso aceptó reembolsar esa cantidad de dinero y reestructurar su sistema comercial para zanjar las demandas de la FTC.
No sé porque esto me recuerda a la educación universitaria, en una escala masiva. Vengan a nuestras reuniones, costeadas por supuesto por ustedes. Les vamos a enseñar a ser exitosos y generar ingresos extraordinarios, pero tienen que comprar nuestro producto (probablemente van a tener que endeudarse), pero después lo van a poder vender con gran ganancia y recuperarse de esas pérdidas.
Porqué Herbalife es una estafa piramidal, y las universidades hoy en día no???.
Hmmm…
El problema en realidad no es el producto, que en el caso de Herbalife son los suplementos alimenticios, y en el caso de la universidad los contenidos educacionales. Es la promesa de que el uso y promoción de esos productos te van a hacer rico, o van a elevar tu estándar de vida. Porque los estudiantes venden su título de distribuidores de conocimiento en el mercado laboral. Esa es la promesa. Igual que los vendedores de Herbalife con sus packs.
Y el problema es el mismo. Los productos no tienen nada de especial. Y los que los venden son inducidos de que este es el caso.
Un pack de Herbalife de $150.000 puede ser reemplazado fácilmente con cerrar la boca por unas horas más diarias. Y un universitario puede ser reemplazado con un técnico o incluso sin educación universitaria en una gran parte de los casos.
No son esquemas piramidales en rigor (ya habrían sido prohibidos si lo fueran), pero la promesa de ganar dinero vendiendo un producto mediocre como si fuera extraordinario tiene al menos el espíritu de aquellos.
Te pasan McDonalds para que los comercialices como si tuvieran la calidad de Shake Schacks. No es de extrañar que no te vaya muy bien. Imprimir artículo
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