Alfonso Swett, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), está preocupado y ocupado con los efectos de la cuarta revolución industrial en Chile. “Esta es una realidad que no está golpeando la puerta de tu casa, ya entró a tu casa, y estamos haciendo las cosas tarde”, advierte.
Hoy las probabilidades apuntan a que este cambio será violento y una evidencia de ello sería la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que a juicio del dirigente es más bien una guerra digital. “Cuando miras el top 20 de las compañías de internet en términos de valor de mercado ves que hay once norteamericanas y nueve chinas. Aquí hay una guerra digital por ver quién será la potencia en 2050”, señala y agrega que Chile no está ajeno.
“Hoy todo el tráfico de internet de China pasa por EEUU y los chinos quieren saltarlo construyendo un cable que pasaría por el Pacífico y eso llegaría a Chile. Se ha hablado poco, pero tiene que ver con esto”, añade.
Así, continúa, esta cuarta revolución industrial cambia el petróleo por la data, después los trabajares por robots.
- ¿En Chile ve evidencia de este cambio?
- En los supermercados, si no compras por internet, ves cómo día a día las máquinas están reemplazando a las cajeras. Lo mismo pasa con los peajes. El ministro Juan Andrés Fontaine anunció que iban a cambiar los cajeros de peajes de la salida sur y también los de la ruta a Valparaíso. La minería es la más avanzada. En la mina Gaby se terminaron los joysticks y la pregunta es dónde se están yendo esos trabajadores. Esa pregunta no la estamos haciendo en la política pública y tenemos un problema súper grande.
- ¿Qué está fallando?
- El 43% de nuestra fuerza de trabajo no ha terminado cuarto medio. Tenemos un sistema de capacitación fallido y un sistema educacional que es un desastre. En el ranking del WEF estamos en el lugar 33, pero en pensamiento crítico estamos en el 81 entre poco más de 130 países. Seguimos con un sistema educacional basado en la memoria, pero eso ya quedó obsoleto en la tercera revolución industrial. Lo más lamentable es que en Chile tenemos un Código del Trabajo de 1931 que es masculino, industrial y urbano donde ni siquiera existe la palabra internet, como tampoco existe en la reforma a la educación. No nos hemos dado cuenta de lo que viene.
- ¿Y cuáles serán los efectos en Chile?
- Las empresas se pueden beneficiar de cambiar robots por trabajadores, pero lo que se está incubando es una desigualdad mucho mayor que la que hemos soportado en el pasado. La desigualdad entre el capital y el trabajo ahora será la desigualdad entre la tecnología muy alta con el capital y mucho más alta aun con los trabajadores. Se van a producir quiebres sociales que es lo que ya estamos viendo en el mundo. Si no lo enfrentamos, vamos a tener conflictos sociales.
- Pero da la sensación que todo eso se ve lejano.
- La gente lo ve como distante, pero recordemos que todo el conflicto en educación partió por el pase escolar. Hay una sociedad que viene incubando angustia, cada día cuesta más encontrar empleos de calidad, las remuneraciones crecen poco en todas partes del mundo y los países no se están ocupando de cómo transformar esos empleos -que sabemos que ya han desaparecido- en nuevos puestos de trabajo.
Estamos llenos de diagnósticos y lo que tenemos que hacer es ocuparnos. Le hemos puesto presión pública y privadamente al tema de la capacitación que es una vergüenza y todavía no se hace nada.
- Eso en lo negativo, pero así como se pierden empleos, también han surgido nuevas formas de ocupación…
- Lógico. Porque si el 60% de nuestro PIB es servicio, sólo exportamos el 3,7% de éstos. Si la guerra comercial es subir los aranceles, entonces, exportemos servicios. Tenemos una tremenda oportunidad. Sabemos que la economía digital ya está aquí, entonces, desarrollemos las variables blandas, la creatividad, ahí están nuestras oportunidades.
Coincido en que vienen grandes cambios que van a dejar a muchos sin trabajos ni posibilidades de ellos. Pero eso es inevitable en el gran esquema de cosas. En la revolución del motor a combustión, todo el mundo agrario pasó de ocupar un 60%+ de la población a solo un 3%. Que coincide con la gran depresión. Antes de eso, el ferrocarril igualmente dejó sin trabajo a muchos negocios locales (equivalente a Amazon o Ali Express hoy).
Y no tiene que ver con la educación, que desde siempre ha sido basada en la memoria. No conozco ningún lugar del mundo que sea diferente. El pensamiento crítico es individual, no se puede enseñar. Si se pueden entregar las herramientas para investigar y crecer por tu cuenta, que es lo que hace en general la educación, o solía hacerlo.
Hacia que lado van a girar los trabajos??? Difícil saberlo. Pero se me ocurre pensar que el nivel actual de tecnología y uso requiere mucha energía. Que es un área que de todas maneras va a crecer. Igualmente en electrónica y automatización. Cada vez los equipos y maquinarias son más complejos y se requiere gente especialista en ello. El nivel de intercambio igualmente requiere gente especialista en logística y distribución.
Y los que van a bajar??
Todos los que requieren capacidad de asociación de información para dar un diagnóstico o reconocer patrones. Abogados, médicos, contadores, marketing y publicidad tiendo a pensar que van a sufrir mucho contra inteligencias artificiales que procesan millones de veces más rápido trillones de datos disponibles.
Brave new world. Imprimir artículo
Que iteresante lo que dice este caballero. El 60% del pib es servicios y solo exportamos el 3%. Como a nadie aun se le ha ocurrido que el futuro exportador de chile es vender servicios al mundo imaginen solo exportaramos 10%....chile seria riquisimo.
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