@latercera
La semana más agitada de la candidatura de Carolina Goic terminó con buenas noticias para ella en los sondeos.
Esto porque la encuesta Cadem revelada este domingo en el programa “En Buen Chileno” de Canal 13 la marca con un alza relevante, comparado con su desempeño en la semana previa: duplicó su desempeño comparado con la semana pasada, y alcanzó al 6% en la medición del “votante probable”.
Además, el 59% de los consultados apoyó su decisión de seguir en la carrera presidencial.
La otra novedad que muestra el sondeo es en la lucha entre Beatriz Sánchez y Alejandro Guillier: la abanderada del Frente Amplio recupera terreno en la metodología del “votante probable” y empata en 20% con el candidato de la Nueva Mayoría, que este viernes recién pasado inscribió su postulación presidencial ante el Servel. Guillier, en tanto, baja dos puntos comparado con la semana previa.
Con todo, el sondeo sigue siendo liderado con amplia ventaja por el ex presidente Sebastián Piñera, quien bajó dos puntos hasta 40%.
Cuesta tener en la memoria un bloque de centro izquierda más débil que este, al menos ya en la etapa final. Recuerdo que en la anterior elección la situación de la concertación hasta ese momento era igual que la de hoy, hasta que llegó Bachelet y cambió casi en la recta final el resultado por su sola influencia e imagen (o recuerdo o expectativa de ella).
Hoy por supuesto ya es tarde. No existen candidatos en la izquierda que tengan ese carisma. El que podría haberlo tenido fue descartado por su propio partido, increíblemente.
Lo que no es bueno.
Que se desmorone ante la vista de todos la coalición que lideró el periodo más exitoso de la economía y sociedad chilena de su historia es preocupante.
Porque da paso al surgimiento de posiciones radicales que no tienen ningún filtro.
Como Mayol o Sánchez. O Marcel Claude que tenía un programa que era casi la copia exacta del que presentó Allende.
Una de las premisas básicas de las sociedades es que se debe mantener la estabilidad de reglas y expectativas. No pueden existir cambios revolucionarios cuando se está en un periodo de crecimiento o prosperidad, bajo la amenaza de derrumbar la confianza que en primer lugar llevó a ese crecimiento.
El problema con estos demagogos es que su discurso, de gratuidad y prosperidad para todos y todo y con unicornios y cofres de oro al final del arco iris gubernamental que van a liderar, vende muy bien desde siempre.
El que te digan que tu prosperidad económica y social dependerá o será proporcional a tu esfuerzo y en algunos casos tendrá que existir incluso un sobre esfuerzo cuando las cartas de la vida no fueron muy generosas no vende.
Los últimos 30 años han sido prósperos debido a que se liberó el potencial individual del pueblo chileno, el que había estado amarrado, sea por temas políticos, sea por oportunidades en los mercados internacionales.
Cuando desvirtúas esos valores de responsabilidad individual hacia el estado benefactor que te debe dar todo a cargo de los “ricos” surgen los Venezuela´s.
Ese es el peligro hoy. Que las nuevas generaciones depositen, gracias al discurso de los populistas de la izquierda más radical, el resultado de la prosperidad propia y de su familia en otros y no en el esfuerzo propio.
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