Una encuesta realizada por Imagen de Chile, cuyo desarrollo técnico estuvo a cargo de la Dirección de Estudios Sociales de la Universidad Católica, entregó cifras, entre otras cosas, de la valoración del país luego del estallido social. El estudio, titulado “Orgullo chileno”, comenzó su trabajo el 11 de octubre y terminó el 9 de diciembre, teniendo una pausa entremedio debido al estallido social. En total se encuestó a 1.503 personas: el 27,6% de la muestra se levantó antes del 18/10 y el 72,4% se levantó post estallido social.
De acuerdo al informe, un 24% de los encuestados señaló sentir un bajo orgullo por Chile. De los consultados antes del 18/10, un 12% se inclinó por esta alternativa, mientras que de los sondeados tras el estallido, un 27% se considera poco orgulloso del país. En el estudio se pidió a las personas evaluar de 1 a 7 este sentimiento hacia el país, considerándose de 1 a 3 bajo, de 4 a 5 mediano y de 6 a 7 mucho. Según el informe, además el 45% manifestó sentirse “medianamente orgulloso” de Chile y el 31% señaló estar muy orgulloso, dando un promedio de 4,6.
La directora ejecutiva de Imagen Chile, Constanza Cea, señaló que “no es una buena nota. Esta es una nota que es post estallido, porque antes era un 5. Es bien difícil tomarla sin compararla con la nota que se le pone al orgullo de ser chileno. Lo que nos dice esto es que hoy día importan mucho más los chilenos que la cifra macro.
Por otro lado, en una pregunta con cierta similitudes, el 71% manifestó estar muy orgullos de “ser chileno”. En esa pregunta, el 8% dijo estar “nada orgulloso de ello”. Sobre esto, Cea hace la distinción entre las preguntas. “Cuando tú hablas del orgullo de ser chileno tú estás pensando en personas, tú piensas en la gente con quienes estás trabajando, estás pensando en la familia con la que te vas a encontrar en tu casa, estás pensando en tus amigos, estás pensando en ti también. Cuando hablas de Chile es un concepto más externo a uno. Entonces hay un factor ahí que tiene que ver con cuando tú miras en un concepto general a cuando tú estás pensando en un sector más íntimo. En ese sentido, es natural que sea más alto el orgullo que te genera ser chileno”.
“Nosotros podríamos hacer un paralelo que cuando estamos hablando de Chile, en realidad estamos hablando de algo más parecido a las instituciones, entonces en un contexto en que las instituciones están bastante cuestionadas no es raro ver que Chile genera menor orgullo que los chilenos”, añadió.
El estudio, ante la pregunta, “¿qué es lo principal que le gustaría que pensaran sobre los chilenos en el exterior?, el 24% señaló que esperaría que se pensara “que los chilenos son esforzados trabajan duro”. A su vez, el 27% le gustaría que en el exterior pensaran que Chile es un país confiable.
Con todo, un 60% señaló que es muy probable que utilice una camiseta que represente que es chileno.El 39% sostuvo que no era nada probable que eso sucediera.
Ante la pregunta abierta de si existe algún evento ocurrido en Chile o protagonizado por un chileno que le genere orgullo, el 10% sostuvo que el Nobel de Literatura a Gabriela Mistral y Pablo Neruda. El mismo procentaje señaló que el rescate a los 33 mineros en 2010 y el 9% el retorno a la democracia. El movimiento social post 18 de octubre cuenta con un 6%.
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Se nota.
Un país orgulloso no permitiría que hicieran mierda lo que construyeron las generaciones anteriores.
En infraestructura, historia y todo.
Es parte de esta crisis de occidente. No hay visión común de sociedad, unos quieren cambiar todas las reglas sociales por tendencias temporales y otros quieren escribirlas en piedra.
Y esto es por culpa, o responsabilidad del gobierno o estado, en principio de la izquierda actual que cambió las reglas del juego anteriores para siempre. Antes, había acuerdos, era muy rara una acusación constitucional, se aprobaban leyes que tenían sentido y todos lo entendíamos así y seguíamos con nuestras vidas tranquilos, y por supuesto la gente que se sentía calificada y lo era, no tenía problemas en ejercer cargos públicos y sentir orgullo de ello.
Hoy no creo que exista nadie que tomaría un cargo de responsabilidad en el gobierno y que sea competente para el puesto después de ver la masacre que se ha producido. Y que es una copia idiota de lo que está haciendo el partido demócrata en USA con Trump.
El problema de esto es que como la izquierda cambió las reglas del juego, cuando la derecha se encuentre en la oposición, va a hacer exactamente lo mismo, y por ende la función del gobierno dejó de existir, y polariza a todos los ciudadanos como lo vemos hoy en día.
Creo que ya vivimos eso en el 73 aunque no me consta. Está pasando exactamente lo mismo que se supone pasó esa vez.
Un sector imponiendo por la fuerza, o intentándolo, su voluntad al otro, lo que detona la vuelta de mano obviamente cuando las cosas cambian de sentido.
Ahora tenemos a la izquierda con los pendejos revolucionarios queriendo imponer su agenda. Cuando ese curso de acción se agote, la derecha va a intentar imponer el suyo y esto se va a transformar en un desmadre ingobernable.
No creo que eso cambie. Los políticos que tenemos ahora son un asco, por ambos lados.
Vamos encaminados a una guerra civil. Ya los pendejos que se supone cultos que son los universitarios al parecer están preparando todo para dejar la cagada en Marzo.
No va a terminar bien esto. Imprimir artículo
Hubo falla de parte de las élites. Se dedicaron a llenarse los bolsillos.
ResponderEliminarRecuerdo mi viaje a Isla de Pascua donde ser chileno, del konti era equivalente de ser perkin.
Siempre se resaltó lo bueno de países desarrollados pero nunca se habló de lo malo del vecindario.
Me gusta lo de gringolandia donde el weon mas cagado con el acento que no entendí nada te responde a la pregunta where are u from? From States! Y después te empieza con el cuento de originale I am from Pakistan.
A la elite nunca le ha afectado la crisis elloos viven en santa maria manquehue, la dehesa, las condes. Ni saben que existe despuesde plaza italia para abajo.
EliminarEl problema es que como muchos chilenos no se han dado vuelta por LA se han comprado todo el discurso de la izquierda de que estamos mal. El peor problema es que no se le hizo un parale a la destruccion y por tanto tenemos destruccion para rato.