@laterecera
El primer ministro japonés Shinzo Abe descubre que hay que ir despacio cuando se tiene prisa.
El intento de duplicar el impuesto a las ventas de su país y llevarlo a 10% en un período de 18 meses ha derivado en la cuarta recesión desde 2008 y en la necesidad de postergar la segunda parte del aumento, que estaba prevista para octubre de 2015. Ante la proximidad de una elección, ahora el gravamen podría mantenerse en 8% hasta 2017.
La lección es que los incrementos fueron demasiado en muy poco tiempo y que habría sido más prudente avanzar a pasos más cortos, con un aumento inicial de 3 puntos porcentuales equivalente a 60% del nivel original. En Gran Bretaña, en cambio, un incremento de 2,5 puntos porcentuales en 2011 constituyó un aumento mucho menor de 14% y no generó recesión.
“En términos proporcionales, el aumento es mucho mayor en Japón, donde la gente está habituada a pagar un impuesto al consumo bajo”, dijo Julian Jessop, economista internacional jefe de la firma de análisis Capital Economics Ltd. en Londres. “En el plano psicológico es una medida mucho más fuerte porque se trata de una importante cantidad de dinero”.
En realidad, el incremento planeado casi no tendría precedentes entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos desde que empezaron a instrumentarse impuestos a las ventas a fines de la década de 1960, en momentos en que los gobiernos buscaban expandir su base impositiva a través de medidas de recaudación difíciles de eludir.
Ajustes recientes del impuesto a las ventas en otros países han sido, en comparación, modestos. Desde 2010, España aumentó su gravamen del 16% al 21%, pero lo hizo en dos tramos con una diferencia de tres años. Italia ha elevado su impuesto a 22%, mientras que era de 20%en 2011, pero también lo hizo en dos etapas.
El único cambio que puede rivalizar con el de Japón es la decisión que tomó el gobierno británico en 1979 de subir su impuesto al valor agregado de 8% a 15% de una sola vez. Si bien tenía por objeto contener la inflación en lugar de limitar los excesos fiscales, contribuyó de todos modos a llevar la economía británica a una recesión.
Japón esperó hasta 1989 para seguir los pasos de sus pares internacionales e impuso un gravamen de 3%. En 1997, en un lección que es probable que ahora haya entendido Abe, un aumento a 5% le costó el puesto al entonces primer ministro Ryutaro Hashimoto al deprimirse la economía.
El Fondo Monetario Internacional dijo el mes pasado que el segundo aumento del impuesto al consumo era “vital para sentar las bases de la disciplina fiscal.”
Gran Bretaña ha demostrado hace poco que es posible incrementar el impuesto sin causar una recesión. Si bien el gasto en consumo se contrajo en el primer trimestre y se mantuvo plano en el segundo luego de subirse el impuesto al valor agregado a 20% en enero de 2011, el consumo volvió luego a crecer en todos los períodos desde entonces.
Ahora Abe tendrá que esperar para ajustar su impuesto a pesar de que busca formas de controlar una deuda que los asesores de su gobierno pronostican que llegará a 264% del Producto Interno Bruto para 2030, mientras que fue de 227% en 2013.
Los gobiernos y políticos descubrieron que aumentar los impuestos reduce la actividad económica?? guau. Al menos es un avance.
La diferencia es que los impuestos en Japón son directos, esto es, la gente los siente de inmediato, a diferencia de los impuestos a la renta, que no se “perciben” salvo en las subidas indirectas de precios de los productos de manera más lenta (no tanto tampoco como deben saber los consumidores de cigarros y licores).
Aún recuerdo cuando los japoneses estaban contentos porque la actividad había subido, no dándose cuenta que la gente había adelantado las compras anticipando el aumento. Y una vez realizado este…booom shakalaka…
Que es lo mismo que pasará acá cuando estén a punto de entrar en vigencia los nuevos impuestos. Mayor actividad económica para evitar los nuevos gravámenes.
Por lo tanto lo más probable es que existan algunas señales “prometedoras” antes de que entren en vigencia. Lo que pase después…
Si la gente anticipa inflación, gasta ahora, si anticipa deflación posterga el gasto, para que comprar ahora si después va a costar menos??. Lo mismo con las tasas de interés. Si anticipa alzas se endeuda ahora, si anticipa bajas lo posterga. Y también con los nuevos impuestos.
Aunque no lo crean los gobiernos, la gente es bastante más racional de lo que creen. Solo hay que saber leer lo que está haciendo con sus dineros.
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Es una prueba más de la nunca bien ponderada Parábola de la Rana Hervida: en Japón echaron la rana al agua hirviendo de una vez y la rana reaccionó mientras que en Europa la subida de impuestos fue paulatina como echar la rana en agua tibia y calentarla de a poco para que no se diera cuenta.
ResponderEliminarLa longevidad permite quizá aprender de errores pasados...Antes se podía engañar a cada nueva generación con el mismo viejo truco, ahora es sin duda más difícil.