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La sugerencia de mantener la tasa de interés en su actual nivel de 3% entregó ayer el Grupo de Política Monetaria (GPM) de cara a la reunión que sostendrá hoy el Banco Central.
El quinteto, conformado por los economistas Carlos Burdnevich (ESE Business School), Tomás Izquierdo (Gemines Consultores), Guillermo Le Fort (socio principal LE&F), Juan Pablo Medina (Escuela de Negocios U. Adolfo Ibáñez) y Verónica Mies (Instituto Economía UC) fundamentó su recomendación en la necesidad de esperar “nuevos antecedentes sobre la actividad económica interna, la dinámica de la inflación, las expectativas de inflación y la evolución del escenario económico mundial”.
Los expertos destacaron que la actividad en Estados Unidos y la eurozona “volvió a acelerarse respecto del trimestre anterior”, pero alertaron que ésta sigue apoyada en “mercados laborales estrechos, políticas monetarias todavía flexibles, y con estímulos en algunos países como China”, por lo que “se espera que el crecimiento económico mundial pierda fuerza este año, con una expansión probable de un 2,9%”.
Sobre el frente local, notaron que la desaceleración de la economía evidenció un crecimiento “más lento de lo esperado en los primeros meses del año”, lo que llevó al consenso a moverse hacia una estimación cerca al 3,3% para el cierre del año.
Ante esto, sostuvieron que “si bien se mantienen holguras de capacidad que mantendrán la inflación anual en la parte baja del rango meta en los próximos meses, es necesario monitorear estrechamente su dinámica futura”.
Es increíble como, después de 20 años de experimento monetario fallido en Japón que demuestra sin lugar a dudas que la política monetaria y de manipulación indirecta de tasas de interés no resulta, sigan con estas tonterías los banqueros centrales del mundo.
Tasas más bajas no incentivan la actividad económica. Si la economía crece al 2% no vas a tomar créditos con un interés del 2,5%. Si tienes la expectativa de generar 50% de ganancias no tienes problemas en pagar 10% de intereses.
Lo que tienes que hacer es incentivar la creación de empleos que generen más creación de dinero y por ende mayor inflación por demanda.
Mantener las tasas bajas hace que el costo del dinero para los bancos sea menor al de captación de depósitos, y por ende está dañando a los ahorrantes, entre ellos los pensionados ya que los depósitos a plazos deben ser uno de los instrumentos de referencia seguro para el cálculo de las tasas de remplazo para las jubilaciones.
De hecho, el banco central le paga a los bancos comerciales 2,75% de interés por los excedentes de caja que deposita en el banco. Sin moverse del escritorio y sin riesgo, los bancos recolectan flujo sin colocar préstamos que es su función principal.
Si quieren incentivar la economía, dejen en cero la facilidad de depósitos. O mejor aún, que cobren por ella. De esa manera los bancos tendrán que mover el trasero para hacer colocaciones.
Ahhh…
Y que quiten el aval del estado para los créditos estudiantiles. De esa manera los bancos vuelven a la función básica de evaluación de riesgo, que hoy para ellos es cero y por ende prestan dinero para que los niños estudien cualquier idiotez a 5 años y con deudas de 20 millones sin campo laboral.
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