31 marzo, 2017

Gobierno evalúa alza gradual en edad de jubilación a mujeres nacidas desde 1970

 

@latercera

 

En medio del debate por mejoras al sistema de pensiones, hoy centrado principalmente en el destino y administración del 5% adicional de cotización, el ajuste a la edad de retiro legal de las mujeres surge nuevamente con fuerza como una de las propuestas clave en un eventual proyecto de reforma.

Fuentes cercanas al proceso afirman que Hacienda estaría trabajando en una propuesta basada en la que presentó la Comisión Bravo en su informe de fines de 2015. Esta establecía aumentos de la edad legal de retiro de las mujeres -que hoy es de 60 años-, aplicados gradualmente en alzas de seis meses por año, a mujeres nacidas a partir de 1970 y hasta 1979.

De esta manera, si la reforma se aplicara hoy, las mujeres nacidas en 1970, es decir de más de 46 años, tendrían que jubilar a los 60 años y 6 meses. Mientras que las mujeres nacidas en 1971, ya se estarían jubilando a los 61. En tanto, las chilenas que hubieran nacido en 1979, verían incrementada su edad de retiro legal hasta los 65 años. Así, se equiparía paulatinamente la edad de retiro de hombres y mujeres, tema que forma parte de los cambios paramétricos al sistema que han sido planteados como urgentes desde la Comisión Marcel que dio paso a la Reforma Previsional de 2008.

Se trata de una idea que ha sido puesta en práctica en otros países como Canadá, con resultados positivos.

Negociación política

La idea que circula desde noviembre en la mesa técnica en que participan el equipo técnico de los Ministerios de Hacienda y Trabajo, con los representantes de partidos políticos, no forma parte de los tópicos que fueron presentados el último lunes.

Sin embargo, diversas fuentes consultadas relacionadas al debate técnico, afirman que se trata de un planteamiento en la que hay consenso sobre la necesidad de su aplicación, aunque todavía no logra el suficiente apoyo político debido a que se trata de una medida impopular. En ese contexto, toman relevancia las declaraciones hechas la semana pasada por el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, quien en medio del impasse con la ministra del Trabajo, Alejandra Krauss, fue enfatico al señalar que “también tenemos que hacer cambios paramétricos, por ejemplo, mover las edades de jubilación. Pero eso es políticamente, y socialmente, extremadamente difícil. Una cosa es decirlo y (…) y otra cosa es pasar una ley así por el Congreso”.

La misma presidenta Michelle Bachelet, abrió el debate al respecto en su propuesta para el diálogo nacional sobre pensiones en agosto de 2016. Aunque no fue explícita sobre edades de retiro, si reconoció la importancia de “realizar cambios de parámetros que se usan para estimar las pensiones y asegurar que el sistema no sólo sea justo, sino sustentable”. Asimismo habló de que la “solidaridad significa no sólo apoyar a los más débiles, si no que todos debemos, hombres y mujeres, hacer un mayor esfuerzo”.

Más adelante, eso sí, abrió un nuevo debate al afirmar que “si se llega a homologar (la edad de retiro de hombres y mujeres) hay que pensar en otras compensaciones que garanticen que las condiciones de la mujer sean buenas y no castigar a la mujer”, que además de ser madres y dueñas de casa, trabajan.

La falta de una acuerdo político que garantice el apoyo suficiente de todos los partidos, incluso dentro de la Nueva Mayoría, ha relegado esta medida hasta ahora a un segundo plano, pese a su relevancia. Esto dado el impacto que han tenido en las mujeres las mayores lagunas previsionales que muestran y las mayores expectativas de vida que tienen respecto de los hombres. De hecho se estima que las pensiones de las mujeres son al menos 30% inferiores que las de los hombres.

El año pasado, sólo por efecto de las mayores expectativas de vida y los consiguientes ajustes hechos a las tablas de mortalidad, las muejeres vieron mermado el monto de sus pensiones en 3,8%, respecto a los cálculos del año previo. Sin embargo, aunque la medida parece urgente, todavía no hay acuerdo para asumir el costo politico de anunciar a las mujeres la necesidad de trabajar más años para subir su pensión.

And here we go…

No hay modelos que se hayan probado anteriormente en los sistemas sociales implementados actualmente. Antiguamente los hijos mantenían a los padres, era su obligación y tarea y por ende no existía seguridad social per se. Ahora, los hijos, cuando existen, no se preocupan de ahorrar porque es tarea del gobierno el cuidar a los ancianos.

Y eso es un desastre en ciernes. Ya sabemos que los gobiernos no son capaces de administrar nada de manera competente. Menos las pensiones. Que es la crisis que se va a desatar dentro de poco en todo occidente.

En el proceso del desplome de las pensiones, van a tratar de prolongar el evento, y si eso significa enviar a ancianos a trabajar hasta los 70 años haciendo aseo y sirviendo hamburguesas, so be it…

Todo sea por prolongar esos cheques parlamentarios y ministeriales antes de que se vaya al carajo todo.

Puedes hacer millones de cosas para aliviar el gasto de los ancianos y que el poder de compra de las pensiones que reciben aumenten considerablemente, manteniendo la edad actual. Se les puede eximir de impuestos a la renta, a la propiedad y a ciertos ítems de sujetos a IVA. Se les puede entregar salud gratuita, que debe ser el mayor gasto. Se puede subvencionar el transporte público. Se puede manejar el capital de los jubilados en activos de mayor retorno, asumiendo el gobierno el riesgo de contraparte, como por ejemplo capital de respaldo para créditos de consumo o pymes.

Pero no. Subes la edad.

La falta de creatividad parece ser un rasgo distintivo de los gobierno mundiales.

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