Robert Mueller, no encontró la campaña de Donald Trump ni sus asociados conspiraron con Rusia, dijo este domingo el fiscal general William Barr.
Mueller tampoco tenía pruebas suficientes para procesar la obstrucción de la justicia, escribió Barr, pero no exoneró al presidente Donald Trump.
“La investigación del fiscal especial no encontró que la campaña de Trump o ninguna de las personas relacionadas con ella conspiraron o coordinaron con Rusia en sus esfuerzos por influir en la elección presidencial de EE.UU. en 2016”, señala la carta de cuatro páginas enviada al Congreso.
Barr y el subsecretario de Justicia Rod Rosenstein decidieron que la evidencia “no era suficiente” para respaldar el procesamiento del presidente por obstrucción de la justicia.
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“Si bien este informe no concluye que el presidente cometió un delito, tampoco lo exonera”, dijo Barr a Mueller.
Los demócratas han exigido que Barr haga público el informe completo de Mueller y proporcione al Congreso la evidencia subyacente del fiscal especial. Amenazan con citar y llevar a la administración de Trump a los tribunales si no están satisfechos con lo que proporciona el Departamento de Justicia.
“Trataremos de negociar. Intentaremos todo lo demás primero. Pero si tenemos que hacerlo, sí, ciertamente emitiremos citaciones para obtener esa información”, dijo este domingo el presidente de la Cámara de Representantes Judiciales, Jerry Nadler, al programa State of the Unión de CNN.
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Un portavoz de la Casa Blanca dijo este domingo que la Casa Blanca no recibió información sobre el informe Mueller.
Pero los aliados de Trump han señalado que no hay acusaciones adicionales provenientes de la investigación de Mueller hacia el presidente.
La investigación del fiscal especial terminó este viernes después de que Mueller presentara su informe confidencial a Barr para su revisión.
La investigación de 22 meses condujo a cargos contra 37 acusados, que incluían seis socios de Trump, 26 ciudadanos rusos y tres compañías rusas. Siete acusados se declararon culpables, y uno, el ex jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, fue declarado culpable en el juicio.
Mientras que la investigación de Mueller terminó, varias investigaciones criminales aún están en curso.
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Se relacionan con una supuesta conspiración rusa para destruir la propaganda política en las redes de medios sociales de los estadounidenses; el colega político de Manafort de Rusia, Konstantin Kilimnik; y lo que el diputado de Manafort y un jugador político central de Trump, Rick Gates, sabe, según los registros judiciales.
Otra es la búsqueda por parte de un gran jurado de documentos de una empresa propiedad de un gobierno extranjero. Esa citación para documentos comenzó con Mueller el año pasado.
La Oficina del Fiscal Federal recogerá muchos de los casos judiciales abiertos, incluidos los de Gates y el exasesor de Trump Roger Stone. Y la Oficina del Fiscal de EE.UU. en Manhattan continúa investigando la inauguración de Trump y las denuncias formuladas por el ex abogado y defensor de Trump, Michael Cohen.
Esta es la noticia más relevante de la última semana en el mundo.
Y es por esto que la popularidad de los medios masivos de “información” está en caída libre.
Después de dos años de persecución inmisericorde al presidente de USA por colusión con Rusia, aka, traición, y con todas las fichas puestas en este informe que declara que no existe nada por lo cual acusar ni a Trump ni a nadie de su círculo, Trump tiene el camino allanado para hacer sufrir como nunca antes lo había hecho un presidente a la prensa. Trump no es Obama ni un políticamente correcto yes man. Es un ave de presa que ya olió sangre, como todo multimillonario ególatra, que se va a tomar la revancha de su vida contra quienes le hicieron la suya miserable durante los últimos dos años.
Lamentablemente esto significa que se va a volver wild west en USA y lo más probable es que las próximas elecciones sean las más violentas de la historia moderna en el país del norte. Simplemente hay dos países, el liberal tipo California, y el conservador tipo Kansas, y no son reconciliables a esta altura.
CNN en Chile tiene la misma línea editorial de izquierda que en USA, solo que allá lo llaman “liberal”, que es un eufemismo para marxismo. Y al igual que allá, no tienen reparos en manipular las noticias y la percepción de acuerdo a su agenda.
Es por eso que Villegas era inviable en CNN. Y Matamala y Rincón son los calcos de los retardados americanos que ahora hacen pucheros cuando se dan cuenta de lo que se les viene encima, con toda la presidencia de USA sobre sus talones, y peor aún, del público que ya no cree sus tonterías ideológicas ni fake news.
Veremos cuales son los cambios editoriales de CNN y MSNBC, porque esto es una bomba nuclear mediática directo al corazón del cuarto poder liberal en USA. Imprimir artículo
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