19 marzo, 2019

La carne se convierte por primera vez en una industria exportadora de más de US$ 1.000 millones


@pulso

Cuentas alegres para la industria nacional de la carne. Según datos de la Asociación de Exportadores de Carnes (ChileCarne), las exportaciones de este producto superaron por primera vez la barrera de los US$ 1.000 millones en 2018.

Concretamente, el gremio que representa al 88% del sector dijo que en el ejercicio finalizado el 31 de diciembre los envíos de carne anotaron un salto de 24% frente a 2017 hasta unos inéditos US$ 1.030 millones.

La mayor exportación se concentra en las denominadas carnes blancas con un 92% del mercado. Del monto global exportado, un 52% corresponde a carne de cerdo, seguido por pollo (30%), pavo (10%), bovinos (4%) y ovinos (3%).

El principal destino de la carne de cerdo fue Asia, entre Japón (27%) y Corea (23%). Mientras que la aves fueron destinadas principalmente a Estados Unidos (39%) y la Unión Europea (29%).

Chile está en el quinto lugar a nivel mundial de exportación de carne de cerdo después de Unión europea, Estados Unidos, Canadá y Brasil. Sólo un 37% de este tipo de carne se queda para consumo en Chile.

El presidente ejecutivo de ChileCarne, Juan Carlos Domínguez, explicó que gran parte de este crecimiento se explicó por los procesos sanitarios del país, además de las la presentación del producto frente a los clientes.

“Las exportaciones de cerdo partieron con Japón y Corea, fueron delegaciones que vinieron y conocieron las plantas, definieron el producto en conjunto, en el fondo fue muy a la medida (…) eso permitió posicionarse dentro de un producto premium”, explicó.

En ese sentido, Domínguez reconoció que, por ejemplo, una pechuga de pollo chilena puede ser hasta 30% más cara que una de Brasil, pero que esta diferencia se explica por la calidad del producto.

“El secreto fue hacer las cosas bien, de la mano del consumidor, no decirle ‘yo te vendo lo que produzco’, sino ‘te produzco lo que tu quieres comprar’. Esa filosofía fue la clave para posicionarse como producto de calidad”, dijo.


Escuchaba en la radio un debate de economía con el tópico de ser dependiente de la materias primas y como eso nos hacía débiles en términos de país. Porqué no hacemos baterías de litio??, o productos terminados de cobre?? o chips computacionales???…

Arabia Saudita se convirtió en un país multimillonario, igual que Venezuela y Noruega. Sólo la mala gestión de gobierno, que afectaría por igual a una nación industrial, hizo que estos países pasen por duros problemas, mucho más Venezuela por cierto, pero Arabia tiene una deuda gigantesca con la que lidiar. Noruega hasta ahora no tiene grandes problemas y tiene el estándar de vida más alto del planeta. Con Petróleo, Salmones y energías renovables.

De hecho, los países con mejores estándar de vida (que no sean principados) son casi todos productores de materias primas. Nueva Zelandia, Noruega, Australia, Suecia, Finlandia, Islandia, Canadá.

Y los países industrializados son casi todos del tercer mundo, por el costo de la mano de obra, como México, Tailandia, India, China (que está cambiando a algo más sustentable que es el consumo interno).

Hay excepciones como Alemania, Holanda y Japón, pero en general no tiene nada de malo ser productor de materias primas ni te coloca en desventaja con respecto a otros países si lo haces bien en términos de generación de riqueza. Chile es un país agrícola, minero y comerciante. Desde siempre. Ese es el ADN. No tenemos el gen industrial. No significa que no podamos hacer artículos de manufactura de manera competente, pero simplemente no tenemos la disciplina de procesos para competir en calidad como país con Alemania o Japón. Y tampoco podemos competir en costos con los países del sudeste asiático, que probablemente también tienen una cultura más adecuada a la manufactura por su disciplina y proyección en décadas de anticipación en lo que a desarrollo de productos se refiere.

Hay que ser honesto con uno mismo. Cuando la gente pregunta porqué no podemos tener una educación como Finlandia o una manufactura como Alemania, la respuesta obvia es que no somos ni fineses ni alemanes. No tenemos la estructura mental de disciplina o acervo cultural incluso con raíces religiosas protestantes que permitan ser iguales o mejores que ellos en eso a nivel país. A nivel individual, me gusta creer que una empresa chilena de manufactura puede ser tan competitiva como cualquiera del mundo dado que se tengan en esa empresa en particular los sistemas de gestión para ello. Pero sería la excepción, no la regla. Imprimir artículo

1 comentario:

  1. Pero si el futuro son los alimentos y el agua. La tecnologia cada vez es mas barata y cuesta mucho desarrollarla. Eso se lo podrian explicar a la tonta de beatriz sanchez y los politicos de izquierda.

    Todo un record el tema de la carne para un pais chico y sin mucha tierra fertil. Lo otro que se viene es el mercado de la leche donde chile puede crecer mas.

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