La Convención Constitucional ya va camino a su recta final. Las discusiones avanzan y los temas que tienen relación con la economía comienzan a generar mayores debates. Para abordar esta contingencia es que el economista Óscar Landerretche lanzó el libro Siete nudos: Las tensiones económicas del proceso constituyente. La subsidiariedad del Estado, la propiedad privada, la descentralización son parte de las temáticas que aborda.
Según relata el también académico de la Universidad de Chile, este libro es parte de “Hoja de Ruta”, una serie de 10 textos que abordan distintas temáticas de la Convención Constitucional los cuáles serán publicados entre marzo y junio de 2022.
¿El proceso constituyente ha cumplido su expectativa?
Desde el primer día consideré que los plazos eran absolutamente fantásticos, imposibles. Nunca creí que fuera factible hacer una Constitución en esos plazos. Aunque estuvieran solamente constitucionalistas como Atria y Zapata, aun así, por la complejidad de los temas, era improbable. Si le sumas a eso el problema político y público de la constituyente, que la ciudadanía tiene que entender lo que se está haciendo para poder respaldarlo, me parece que los plazos nunca tuvieron ningún sentido.
¿Plantea como una opción el poder extender los plazos?
La verdad el aspecto participativo de este proceso ha sido una víctima de los plazos. Necesitamos que lo que salga no sólo sea de buena manufactura, sino que adicionalmente algo que la gente entienda y respalde. Eso no es por secretaria y ciertamente tampoco un acto de autoridad, que era un poco la apuesta de la directiva anterior de la Convención, que decían: “Cállense todos ustedes, nosotros vamos a escribir algo y ustedes tienen que aprobar”. Esa es una muy mala actitud, de una arrogancia increíble. Por suerte la segunda directiva tiene una actitud diferente, pero están muy presionados por los tiempos.
¿Y cómo sería esta extensión?
Mi sugerencia es la siguiente: la Convención puede terminar con un borrador en los plazos que están estipulados, que es el 4 de julio. Lo que propongo es que en vez que ese sea el texto que sea sometido inmediatamente a un plebiscito, se pueda hacer una reforma constitucional para extender el plazo por seis meses más. Sería bueno publicar un borrador, para que la gente lo lea, lo digiera, lo discuta durante algunos meses. Durante ese período, que pueden ser unos 2 a 3 meses, los mismos constituyentes deberían otorgársele los recursos para que puedan continuar y sesionar en distintas partes del país recogiendo puntos de vista de la ciudadanía y que ellos puedan explicar lo que se propone. Muchas veces es un tema de explicar y darle la oportunidad para que el proceso tenga esa conversación pública en los medios, en los territorios. En la segunda mitad de esos seis meses, la Convención vuelve a sesionar con una metodología que permita hacer enmiendas al texto.
¿Cómo ha visto en general la discusión de los temas?
Hay que darse el tiempo para poner la pelota en el piso, respirar, tranquilizarnos un poco. Francamente veo demasiados niveles de histeria respecto de esto. Dos tipos de histerias que me parecen completamente inconducentes: una, la histeria de la gente que anda con esta historia que cualquier cosa que salga de la Convención es el fin de mundo y la implantación de un soviet, que no es verdad. Y la histeria de la gente defensiva al interior de la Convención, que cualquier crítica que se haga sobre lo que se está haciendo es un sabotaje del rechazo. Ambas me parecen reacciones histéricas, infantiles y que no le hacen justicia al tipo de proceso que estamos construyendo.
Dado que están estas dos posturas, ¿se podrá llegar a un texto bueno para Chile?
No me quiero manifestar con respecto al texto hasta que exista este borrador que estamos hablando. Por los plazos y la velocidad que estamos siguiendo es imposible que haya un texto coherente. Lo vimos ayer ( jueves) en la presentación del informe de la Comisión de Economía y Medioambiente donde se rechazó más del 80% de lo que presentaron, y ahora tienen como dos a tres días para enmendarlo
En el libro que presenta aborda varios de los temas económicos que incluso ya han sido aprobados. Uno de ellos es el hecho de que Chile dejaría de ser un Estado unitario y pasaría a ser “un Estado regional, plurinacional e intercultural”, ¿qué le parece?
Me manifiesto abiertamente partidario del federalismo. Uno puede hacerlo mal como lo hicieron los pipiolos al principio de la República, o bien hecho como algunos de los países más desarrollados del mundo. El término filosófico va en la dirección que me gusta, pero faltan detalles importantes a nivel constitucional. Uno es delimitar y planificar cuáles serán las funciones que se van a colocar en cada nivel de gobierno. Un ejemplo: la mantención de los parques claramente funciona mejor si está colocado a nivel mas local, pero la defensa nacional probablemente no es una buena idea que esté a nivel local, sino que central.
Uno de los temas que se debe zanjar es cómo será el financiamiento que tendrán las regiones autónomas. ¿Hay alguna fórmula que pueda funcionar de manera adecuada?
Hay tres familias de federalismo presupuestario: una es la que tenemos hoy donde básicamente todo viene de la administración central, y se entrega un presupuesto al municipio. Otra posibilidad es que los gobiernos locales puedan subir impuestos especiales, pero no bajarlos ni tampoco endeudarse. No es tan peligroso fiscalmente. Y un tercer nivel, es uno donde los Estados o regiones se pueden endeudar y existe una manera de hacerlo bien.
¿Cuál es esa fórmula?
Desde el punto de vista de los mercados internacionales, de alguien que compra un bono estatal en Nueva York, en Londres, o donde sea le da exactamente igual si el bono lo emitió Puerto Montt, Valparaíso o Hacienda, porque quien es el que debe esos recursos es Chile, porque es el soberano a nivel mundial. Entonces lo que tiene que hacer el Estado es decirles a esas regiones, si usted quiere emitir deuda, lo puede hacer, pero si quiebra lo intervengo y pierde autonomía. Así que mejor no quiebre. Ese tipo de autonomía, que existe en Estados Unidos se pueden discutir, pero no sé si los chilenos estamos listos para ese nivel de federalismo ni estoy diciendo que ese sea mi preferido. Mi argumento es que algo así de radical se puede hacer bien o mal, y francamente no he visto nada de esto discutido en la Convención Constitucional.
¿De las tres fórmulas que menciona para el financiamiento, tiene alguna que le parezca mejor de implementar en Chile?
Como mínimo me parecería que las regiones pudieran tener las atribuciones de colocar impuestos locales adicionales a los del Estado Central. No sería partidario de otorgar la capacidad de endeudarse a menos que tengamos un mecanismo que garantice que esto no se convierta en una debacle financiera para el Estado. Soy partidario de otorgar un grado de descentralizado muy grande, pero bien hecho.
Otro de los temas que aborda y que avanzó en la Convención es la propiedad privada y la expropiación. En este último punto ha habido críticas porque la norma dice que quien determine el precio justo de ese terreno expropiado será materia de ley y no un criterio técnico. ¿Cómo analiza esta norma?
No me parece que lo que se aprobó en la Convención sea una buena idea. Además, dado el desempeño del Congreso actual, que puedan por mayoría simple aprobar leyes para expropiar propiedades no me parece. Lo que propongo en el libro es una institución independiente con una estructura similar a la del Banco Central, que le dé garantías a todas las personas que sea perjudicada o expropiada. Dicho eso, no tenemos un sistema que haya funcionado tan bien como se cree. En Chile si te quieren expropiar tus acciones o tu yate es muy difícil, pero si te quieren pasar por arriba de tu cabeza una autopista para que la gente llegue más rápido a Zapallar, ahí si que no hay problema.
Ante de que se iniciara la Convención usted planteaba que la autonomía del Banco Central (BC) y su funcionamiento no serían abordados en la Convención, ya que no era un tema prioritario para la ciudadanía. Sin embargo, eso sí está puesto sobre la mesa de discusiones, ¿cuál es su visión al respecto?
La idea de cambiar la independencia del Banco Central no voló. Me parece que tenemos un buen esquema de Banco Central, pero efectivamente podríamos establecer algunos mecanismos más explícitos de interacción del Banco Central con el parlamento, que permita que el BC no esté tan lejos de la política. El BC como opera en un plano técnico y después va e informa al Congreso, y les dice esto es lo que hicimos y punto. Me parece que sin pasar a llevar la independencia, es muy importante, poder establecer una interacción de las autoridades de BC con los representantes de la ciudadanía que son los parlamentarios.
Yisus…
De que manera se le explica a un economista que una federación de estados hace sentido solo cuando existen anteriormente como entes independientes y auto sustentables y se realiza la unión de esos estados para promover el comercio y el intercambio entre ellos basados idealmente en cultura y lenguajes comunes, o parecidos al menos, y aportar al gobierno central para los gastos comunes?…
Como parte de Europa y USA.
Eso ya lo tenemos. Para que diablos vas a desarmar algo que ya está y funciona como se supone quieren lograr las federaciones, y reconstruirlo para volver a tener lo que desarmaste??
Que manera de proponer huevadas.
Es como proponer que Noruega, Suecia o Dinamarca se hicieran federales. Para que cresta harías algo tan ridículo como eso?.
No puedes tener estados federales en Chile porque no tendrías la masa crítica en ninguno de ellos para sostener sus economías por si mismos. Tal como en los nórdicos. Ni tampoco tienen sentido teniendo la misma cultura, misma moneda, mismas normas comerciales y el mismo lenguaje en todas ellas. Tal como en los nórdicos.
Me llevan.
Y estos son los inteligentes. Ni me imagino lo que proponen los retardados.
Para descentralizar tienes que promover el empleo en regiones. Y particularmente que los ejecutivos se vayan a esas regiones. Y eso se hace con incentivos tributarios. NO EXISTE OTRA MANERA. Y por supuesto seguridad. No tienes para que desarmar toda la institucionalidad que se ha formado por siglos para ello. Simplemente colocas exenciones tributarias para las casas matrices y centros productivos en regiones.
Tienes que lograr que se formen centro urbanos relevantes en regiones. Esos son los que mueven toda la economía.
Que pasó en el centro de Santiago? Se fueron todos los ejecutivos de las casas matrices de ella y se vino abajo el comercio salvo el más básico y menos sofisticado. No tiene sentido tener comercio de alta gama si ya están los clientes que consumían.
Un estado federal es el resultado de un proceso de unión de estados con diferencias pero cosas culturales que los unen para facilitar el comercio y el movimiento de personas. Nosotros podríamos formar una federación con Argentina y Uruguay perfectamente. Somos muy parecidos culturalmente, pero no iguales.
No es al revés. No desarmas un estado centralizado que funciona precisamente como quiere lograrlo un federal en términos de la unión de normas para facilitar el comercio entre todos, especialmente con una moneda única, para transformarlo en federal. Es lo más retardado que se haya visto en política desde que tengo memoria. Bueno, también la convención lo es, so, tal para cual.
Me lleva esta gente por la cresta.
El central es un banco. No es un ente político. Ni debería serlo. Es un ente para asegurar o resguardar la cadena de pagos del país y la liquidez bancaria. Es precisamente esa separación entre lo fiscal y monetario que ha resultado en la estabilidad de precios y especialmente en la confianza en la moneda. Está perfecta la interacción que tiene con los políticos ahora. NINGUNA. Si pensáramos que los cabezas de chorlito de los políticos tuvieran las capacidades de entender las políticas monetarias y el efecto que tienen las políticas fiscales sobre la economía del país y de la moneda, tal vez podríamos hacer ese acercamiento. Pero con los cabezas huecas que tenemos, no tiene sentido. Todos los fenómenos inflacionarios tienen que ver finalmente con la política fiscal en los momentos actuales, que es donde se topan con el central. El central no tiene absolutamente ninguna incidencia en ello. Subir o bajar las tasas cortas o comprar o vender activos no altera el devenir de la economía en el mediano y largo plazo a pesar de todo lo que se pueda argumentar. Tal vez en el corto, sin duda. Eso lo hacen los gobiernos. Imprimir artículo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Mostrar EmotíconesEl objetivo de este Blog es compartir opiniones, así es que tus ideas y sugerencias son bienvenidas...