06 junio, 2022

Columna de Ignacio Briones: “Nueva Constitución y la trampa del ingreso medio”

@latercera

La “trampa del ingreso medio” refiere a países que, luego de una senda de crecimiento, se estancan y no logran cruzar al desarrollo. Formalmente, Chile salió de esa zona en 2011. Sin duda un logro notable. ¿Significa que zafamos de la trampa? Nada de eso. Desde entonces nuestra capacidad de crecer se ha resentido y la productividad está estancada. Nuestra dificultad para acordar reformas estructurales en lo económico y social y lograr un consenso sobre la importancia del crecimiento, nos ha pasado la cuenta. Ello, al alero de un sistema político disfuncional en su capacidad de forjar esos acuerdos de largo plazo. El proceso constituyente era una oportunidad para abordar esta falla y generar unidad y miradas compartidas. Sin embargo, en mi opinión, su propuesta no solo no corrige el problema central, sino que lo profundiza.

En un excelente libro, Alejandro Foxley (*) identifica cuatro elementos comunes a países que se quedan en la trampa: i) falta de consenso sobre el crecimiento e incapacidad de mejoras continuas en competitividad y productividad; ii) baja calidad de la educación y conocimientos; iii) inadecuada red de protección social y iv) un sistema político de baja calidad y una institucionalidad sin adecuadas certezas.

Soy de los que creen que, en buena parte, estos problemas se subsumen en el cuarto punto: la calidad del sistema político y la gobernabilidad subsecuente. ¿Por qué? Porque de aquí pende la posibilidad de buenas políticas públicas en las restantes áreas.

Aumentar la productividad, la inversión, la innovación y, en definitiva, el crecimiento de largo plazo, es contingente a la capacidad del sistema político de generar acuerdos en aras de buenas reformas para ello. Otro tanto ocurre en el plano social o en la necesidad de reformar el Estado. Reformas estructurales aquí solo son posibles con grandes acuerdos. Urge tenerlos: sin una red de seguridad social robusta, que ecualice realmente la cancha de las oportunidades, el salto al desarrollo será esquivo. Pero a su vez, sin desarrollo, sin crecimiento, no se puede financiar esa red de seguridad exigente. Ambas se necesitan y, a su vez, necesitan un sistema político pro acuerdos.

En educación escolar, bien sabemos cuán al debe estamos. Las competencias de un chileno promedio con educación superior son apenas mayores que las de un neozelandés con educación primaria. Nuestra educación terciaria apenas corrige lo que la escuela no hizo. ¿Saltar al desarrollo así? Imposible. Una reforma estructural a la educación pública -estatal y particular subvencionada- es fundamental. Una que ponga a los niños, la calidad y el pensamiento crítico al centro. Ello supone recursos y un acuerdo político amplio que hoy no se ve. Discutimos mucho de gratuidad universitaria y ahora de condonar el CAE, pero poco de una verdadera revolución en la educación escolar.

En estos y otros planos que requieren mirada de futuro, nuestro sistema político falla. Falla porque sus actuales reglas privilegian el cortoplacismo y no promueven la cooperación y coordinación entre actores políticos, condición necesaria para los acuerdos y única forma de construir reformas de fondo. La fragmentación política, producto de un sistema electoral excesivamente proporcional que dialoga mal con un régimen presidencial, es parte importante del problema. A ello se suma la ausencia de reglas que promuevan la disciplina intrapartidos, evitando así el caudillismo y el discolaje, males que asoman en todos los sectores.

Para la Convención Constitucional este nudo central parece haber sido anatema. El sistema político propuesto no corrige los problemas del actual. Por el contrario, aumenta la fragmentación política y debilita importantes pesos y contrapesos para esos necesarios acuerdos y para la gobernabilidad. La gobernabilidad también se dificulta con autonomías territoriales -administrativa y financiera- que harán más difícil la coordinación y colaboración con las políticas generales de los gobiernos, amén de levantar dudas sobre la disciplina fiscal.

En mi opinión, de aprobarse el texto constitucional, asistiremos a una mayor fragmentación política, problema clave que ya tenemos hoy. Ello hará aún más compleja la gobernabilidad y los necesarios acuerdos para las reformas que Chile necesita para consolidar un desarrollo inclusivo. El sistema político será más trabado y no más dócil. Y por lo mismo, el deambular en la mediocridad de la trampa del ingreso medio arriesga a ser la constante. ¿Estaremos obligados a hacer del conformismo la regla?

* El autor es académico es la Universidad Adolfo Ibáñez y presidente de Horizontal. Exministro de Hacienda

 

Interesante análisis de un progre disfrazado de derecha.

Hace algunos años tenía la esperanza de que pudiésemos llegar al desarrollo, o a la riqueza como país.

Pero no tenemos la cultura, especialmente de trabajo, para ello. Lamentablemente.

Podemos discutir lo que queramos sobre los sistemas políticos, o las redes de soporte, pero si la materia prima no da, no da.

Simplemente hacemos las cosas a la chilena. Que significa a medias. No existe ese chip mental de hacer las cosas bien a la primera. Siempre está el chip de sacar la vuelta, lo hacemos después, para qué hacer caso, no es necesario tanta calidad, total, no se van a dar cuenta…

Increíblemente esa forma de pensar nos protege de tiranías mucho más que gente o sociedades muy estructuradas, pero no nos permite llegar al máximo desempeño.

Los progres son muy políticamente correctos para decirlo. Y Briones es un progre.

La raza es la mala.

Llegamos a nuestro máximo potencial el 2011. Demasiado cerca del sol y las alas progres se quemaron miserablemente.

Nuestra productividad es un cuarto o un tercio de los países más ricos. That´s it…

Nuestra única posibilidad es que las empresas de altísimo desempeño nos enseñen a trabajar en esos estándares. No va a venir del colegio o las universidades, es un insulto a la inteligencia de solo pensarlo, menos ahora.

Toma décadas.

Tal vez ese es el consenso que necesitamos.

Apestamos en altos desempeños. Nos tienen que enseñar. Y tenemos que promover que lleguen esas empresas de alto desempeño que nos enseñen como se se hace un trabajo de élite.

Un país rico se forma en la productividad de su gente. Y eso se aprende en la práctica. Y con la llegada de gente que realmente sea exigente y nos saque trote en todos los términos. Si llegan ejecutivos alemanes o suizos acá, van a elevar el nivel de atención y productos en todo lo que consuman. Así funciona. Si llegan ricos y altos ejecutivos, elevan el nivel de todo. Por eso debes promover eso a nivel de regiones, si no la descentralización es letra muerta. Lo vemos en el centro de Santiago. Se fueron los ejecutivos financieros y de los grandes holdings y ahora la demanda por servicios sofisticados no existe, solo carne con chips.

No entiendo en serio como o porqué no toman los ejemplos exitosos, como Irlanda, y siguen teorizando puras huevadas pendejas. Les enseñaron a trabajar a los más alcoholizados y divididos ideológicamente de Europa en su momento. Lo mismo los Vascos.

Tenemos que traer industrias que nos enseñen a trabajar en alto desempeño. Pensar que eso se puede enseñar en las escuelas o universidades es lo más ridículo que se pueda pensar, especialmente ahora.

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6 comentarios:

  1. Cómo hacérselo entender a gentuza que por una parte quiere hacer que los indígenas renieguen del país pero que los chilenos estemos obligados a sentir orgullo de ser latinos y de sus defectos y virtudes, cosa de ver que en un artículo del borrador de la NC nos obligan a priorizar relacionarnos con Latinoamérica por sobre el mundo.

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  2. Al menos ya se empiezan a escuchar a algunas voces que hablan de la productividad. Cuanto extrañé que se mencionara este elemento clave en las elecciones presidenciales. Lamentablemente si gana el apruebo veo cero chances de que lleguen esas empresas de altísimo desempeño...

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  3. Puchas que es cierto, el chileno es hijo del látigo. Lo he visto en mi experiencia laboral... entre a una auditora importante (big 4), luego pase al servicio público y fue como frenar de 320 kmh a 50 kmh. Luego trabajé dos años en Canadá y la productividad es groseramente superior a la chilena (y por mucho). Y finalmente volví a Chile y de nuevo fue como frenar de 320 kmh a 50 kmh.

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  4. Una pregunta que nos podemos hacer todos es ¿qué es el desarrollo y para qué lo queremos? De cierta forma, el concepto de desarrollo económico está calcado en la forma de vida que lograron ciertos países con ciertas mentalidades, quizá porque no eran capaces de pensar en algo diferente, como un desarrollo espiritual por ejemplo. Es conocida la historia del gringo que le explica al Mexicano como trabajando duro 11 meses al año podría estar un mes en la misma playa soleada y tranquila donde se encuentra ahora...y siempre.
    El ser humano debe ser motivado por algo que anhela y podría conseguir con sus esfuerzos, pero siendo feliz en el camino. Pienso que esa visión de país trabajador y próspero ya no es tan nítida como antes, sobre todo con el lavado mental que se ha hecho para hacer creer que unos pocos se robaron la riqueza de todos y que ahora toca la redistribución.
    Creo que los seres humanos necesitamos nuestras pirámides, como los egipcios que se levantaban cada día de su vida para construir una pirámide y la veían crecer pensando que el mundo estaría mejor una vez terminada, o sea hay un tema fundamental de propuesta que hace falta ahora y que nadie ha sabido reformular ni aquí ni tampoco en los países desarrollados que ya están en caída hace rato.

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    1. Si te juntas en sociedad es para tener mayores beneficios materiales de ello, que es la única forma objetiva de medir el progreso y bienestar. Si eres hermitaño y vas a buscar la iluminación, es otro camino, igual de válido, pero indivdual. Todos disfrutamos de un par de semanas de vacaciones, pero probablemente nos aburriríamos como ostras tirados todo el día en la playa sin nada que hacer, aunque debe haber gente que lo disfrutaría. Bien por ellos.

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  5. Documental recomendado:
    "Chile un pais serio" 7 capitulos

    https://aplaplac.cl/work/un-pais-serio/

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