SANTIAGO.- "No soy partidario en caso alguno que las FF.AA. participen en ninguna operación armada contra el narcotráfico. Eso ya se ha ensayado mucho en Colombia y México", dijo ayer el senador del PS, José Miguel Insulza, tras conocer la decisión del Gobierno de sumar a las instituciones castrenses nacionales en esas tareas. A juicio del parlamentario, la determinación del Presidente Sebastián Piñera, ratificada mediante la firma de un decreto que ordena la colaboración militar con las policías para mejorar el combate contra el crimen organizado se trata de "un error grave", apuntando a las consecuencias que ha generado esa medida en esos países. En el caso de México, la inclusión de fuerzas militares en esas tareas se dio en 2006, cuando el ex Presidente Felipe Calderón declaró la "guerra contra el narcotráfico". Sin embargo, al cabo de casi trece años de operaciones, esa determinación solo ha traído como consecuencia el aumento de la violencia y los asesinatos en ese país. Un tanto distinta es la experiencia colombiana, en donde la inclusión de las FF.AA. fue justificada por la presencia de grupos guerrilleros como las FARC. Sin embargo, luego del cese de hostilidades con esa organización y la disolución de los carteles de Medellín y Cali, las autoridades no han logrado sacar a los militares de esas funciones. De acuerdo a los expertos, la debilitada posición de las policías —corrompidas por el narcotráfico en el primer caso y con una evidente falta de recursos en el segundo— obligó a acudir a los militares. Sin embargo, advierten que esa no es la realidad chilena, donde Carabineros y la PDI gozan de prestigio regional en estas materias. Al respecto, la experta en temas de seguridad y académica de la Universidad de Santiago, Lucía Dammert, recordó que "esos países tratan de copiar a las policías chilenas, para justamente justificar la no inclusión de los militares. Una vez que los militares entran a la lucha contra el narcotráfico es muy difícil sacarlos". "Por dos motivos esenciales: el primero, es que en este tema hay mucho más dinero del que hay en otras áreas, dado que las hipótesis de guerra son por no decir inexistentes y dos, porque esto genera un poder político que no habían tenido hace mucho tiempo", señaló a Emol. Una visión similar planteó el director del Laboratorio de Seguridad y ex Jefe de la División de Seguridad Pública en el Ministerio del Interior, Eduardo Vergara, quien comentó que "incluir a las FF.AA. en labores de seguridad ciudadana es un tremendo error, lo ha demostrado toda la evidencia y particularmente en América Latina". "Países como Colombia se encuentran tremendamente aproblemados, porque una vez que dieron el paso hacia la militarización de las policías, hoy no tienen capacidad de volver a un sistema policial ciudadano y un sistema policial civil como el que miran -incluso con envidia- el que tenemos en Chile", agregó. Según Vergara, "el problema es que una vez que avanzaron hacia la militarización de la seguridad ciudadana hoy están preocupados porque no pueden retroceder, una vez que terminó el conflicto armado y que ya no existen estos grandes carteles, han vuelto a convivir con los delitos comunes y para eso se necesita una policía no militarizada". Asimismo, destacó que "el segundo ejemplo es México, que una vez que abrió la militarización de las policías se dio cuenta que no podía retroceder y que solo podía seguir compitiendo con el crimen organizado, porque esto se transformó particularmente en una guerra". "Ahí hemos visto consecuencias como medio millón de asesinatos, desapariciones en todo el país y una guerra descontrolada entre los carteles, el crimen organizado y la policía militarizada, donde el Estado lamentablemente ya no puede entrar y ha sido reemplazado por el mismo crimen", recalcó. ¿Por qué no incluir a las FF.AA.? Otro aspecto a mirar a juicio de Dammert, es que "cuando uno dice que va a involucrar a los militares no es que vaya a involucrar al alto mando, sino que a las tropas, que no están preparadas para vinculaciones con la ciudadanía y mucho menos para proceder en algo que no es una guerra, sino que a la prevención de ciertos tipos delictuales". "Entonces, hay que mirar si lo que se va a ofrecer es un proceso de reentrenamiento de las tropas o empezar a poner mecanismos de confianza como polígrafos o detectores de mentiras, porque la experiencia demuestra que el crimen organizado penetra justamente por esos espacios, que son bastante más débiles y precarios", dijo. De acuerdo a la experta, la tropa militar está formada "para enfrentar a un enemigo en combate, no se le pregunta cómo se llama, sino que se le dispara. Además que el narcotráfico no necesariamente es una guerra en el mundo urbano; el patrullaje y todo el tema militar no está pensado en las ciudades". "La tropa prácticamente no tiene contacto con nadie, salvo con su jerarquía y eso es totalmente lo contrario de lo que se da en la lucha contra el narcotráfico, en la que uno tiene una constante relación con la ciudadanía. Acá hay que hacer desarrollo de inteligencia criminal, no inteligencia de seguridad nacional”, dijo. Asimismo, advirtió que "esta cercanía con el mundo criminal abre las puertas para procesos de corrupción, extorsión, y esto termina generando lo que ha pasado en México y otros países: una disminución en la confianza en las FF.AA. Es una solución que finalmente termina dañando la reputación misma de las FF.AA.". Los expertos aseguran que no hay ningún caso exitoso a nivel regional. "Lo que ha pasado en América Latina es que han formado policías de tipo militar, pero ahí donde se usa más violencia, los grupos criminales y el narcotráfico no va a terminar con una respuesta bélica, se va a terminar con más inteligencia", explica Dammert. "Si a los narcos les responden con armas cada vez más sofisticadas, ellos compran cada vez más armas más sofisticadas y aumentan los niveles de violencia en el enfrentamiento. Esto funcionó en Haiti, después del terremoto, porque no había nadie y estaban los cascos azules, o en los casos africanos donde no hay policías", aseveró. La misma opinión señaló Vergara, quien destacó que "no hay ningún ejemplo, nada similar al caso chileno y nada que haya funcionado y que podamos observar. Los buenos ejemplos están en las policías comunitarias y en la profesionalización de las policías".
Hasta en los análisis de este tipo estamos plagados de la correctitud política, a esta altura, tóxica.
En ningún país del mundo, bajo ninguna circunstancia, ha funcionado el combate contra el narcotráfico. Sean militares, policías, o una combinación de ambas.
Hay una razón para esto.
Es tan rentable el negocio, que pueden comprar los narcotraficantes a todo el mundo, especialmente a las clases y tropas. Es lo que sucede en patéticamente (y trágicamente para su población) en México. Y si no pueden comprar a las tropas, generales o directores, asesinan y aterrorizan a la población civil y militar contratando paramilitares y mercenarios.
No hay forma de ganar una lucha así. Gente que pelea con las reglas del juego de combate y guerra civilizada, y que está, sobre todo en estos tiempos, completamente controlada en términos de la extrema violencia, que debería ser ejercida en una campaña como esta para ganarla, por la sociedad civil y burocracia política, y hasta de sus mismo rivales que filman y suben la “brutalidad” del combate de los militares y policías, y otras que no y juegan con sus propias reglas.
Es como jugar un partido de fútbol en el que un equipo juega con las reglas que conocemos, y el otros puede jugar con las manos y cometer faltas criminales sin sanciones ni tarjetas.
Adicionalmente, los militares y policías juegan un juego finito, es decir con objetivos y tiempos determinados, mientras los narcotraficantes juegan uno indefinido. No hay forma de ganar una guerra así, aún cuando las reglas del juego fueran iguales. USA y Vietnam, o Rusia y Afganistán son ejemplos de esto.
Otra de las razones igualmente de evitar este involucramiento, es que la guerra contra el narcotráfico ha demostrado ser de los sectores más rentables para contratistas y los mismos militares, por lo que pueden sentirse tentados a prolongar indefinidamente y artificialmente esto sin querer ganarlo, solo seguir rentando, que es lo que pasa en todos los lugares que lo han intentado como USA y Colombia.
La única forma lógica de combatir el narcotráfico es legalizar las drogas y controlar los puntos de compra y ventas con todas las reglas que tiene cualquier negocio. Prohibido venta a menores, sanciones por conducir bajo la influencia de cualquier droga y un largo etc.
Bruce Wayne lo explica mejor…
Y la forma de combatir a los criminales en su campo de batalla, que crecen como mala hierba cada vez que arrancas una, es precisamente la receta de este Batman al margen (o paralelo) de la ley y al que no le aplican las reglas del juego, ni le interesan.
Como esto no es posible, la única forma de ganar una guerra con reglas desiguales para ambos bandos en no lucharla en el terreno de los narcotraficantes, que es la guerra de guerrillas y el terrorismo.
Hay que llevarlos a otro campo de batalla.
Hay que transformarlos en empresarios legales y controlados.
A Al Capone lo arrestaron por impuestos…
Just Saying…
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