Admite que durante tres días durmió poco, dando vueltas a la propuesta que recibió del Presidente electo, Gabriel Boric, el viernes 14 de enero. Después de largas reuniones con él, se decidió, y una semana después, Mario Marcel fue presentado como el nuevo ministro de Hacienda, provocando reacciones encontradas: aplausos, por el lado de sus pares y del sector privado, y escepticismo e incomodidad por parte de Apruebo Dignidad (AD), especialmente del Partido Comunista. Sabía que no sería un aterrizaje suave. “Fue una decisión que no era fácil, pero creo que fue la correcta, y la verdad, estoy muy entusiasmado”. Fiel a su estilo reservado, solo hizo partícipe a su familia de sus disquisiciones. “Estas son decisiones que uno debe tomar en conciencia. Pocos días antes me habían hecho un homenaje, donde hablé de que los economistas salieran de la zona de confort, de atreverse a nuevas cosas y bueno, al final, terminé siendo puesto a prueba mucho antes de lo que me había imaginado”, reconoce. El acto organizado por Clapes UC —cuando aún ni sabía de las intenciones de Boric— terminó siendo premonitorio y una suerte de despedida de su valorada gestión como presidente del Banco Central (BC). Entremedio de la entrevista por Zoom, porque estaba con restricciones debido a su contagio por covid, debió hacer una pausa para firmar algunos documentos del Banco, “lo último que me queda”, añadía. No votó por Boric en la segunda vuelta, porque no participó de ese proceso ya que estaba con un compromiso familiar lejos de su lugar de votación, y prefiere mantener reserva de su voto en la primera vuelta. Con Boric se conocían en la interrelación legislativa en las comisiones de Trabajo y Constitución, en que el diputado era integrante. A inicios de 2020, además, la bancada del Frente Amplio (coalición del gobernante) le solicitó una exposición sobre el curso de la economía e impacto de la pandemia. “De ahí en adelante hemos ido conversando e intercambiando opiniones sobre temas de la agenda legislativa y la situación de la economía”, remarca el economista. Incluso le prestó el libro “Never Again”, de Peter Hennessy, cuando Boric le mencionó su interés por la protección social: “Tenía un libro sobre cómo se creó el Estado de bienestar en Reino Unido después de la Segunda Guerra Mundial, una experiencia muy interesante del gobierno laborista que le ganó las elecciones a Churchill, en un país que estaba en bancarrota”. —¿Qué sucedió cuando el Presidente le propone ser su ministro de Hacienda? “Estaba iniciando mi segundo período en el BC, pensando en el ejercicio de planificación estratégica, en lo que íbamos a hacer en los próximos meses o años. Cuando el Presidente me planteó su idea, le pregunté por qué quería que yo cumpliera ese papel. Me dijo que para él, la responsabilidad fiscal y que las políticas tuvieran financiamiento, fueran viables en su implementación, era muy importante, y él valoraba no solo mi experiencia en el BC, sino también mi experiencia anterior en el Estado trabajando en temas de presupuesto, gestión pública, política fiscal”. —¿Qué pasó por su mente, cómo lo evaluó, considerando que estaba en un cargo donde era muy valorado en el BC? “Me hice la siguiente pregunta: ¿Dónde podría agregar más valor en el futuro, para el país: siguiendo a la cabeza del BC o en el Ministerio de Hacienda? Hubo dos elementos que pesaron en ese momento. Uno, desde lo económico, hoy día los mayores desafíos están relacionados con elevar la capacidad de crecer de la economía de manera sostenible y equitativa, lo que depende mucho más de las políticas que se generan en el Ejecutivo, que de lo que haga el BC con un mandato acotado. En ese sentido, había más posibilidades de aportar en el Ministerio”. —¿Y el segundo elemento? “El otro tema que me pareció importante es la orientación del próximo gobierno. Él es un líder progresista, que quiere hacer cambios importantes en el país, en temas que si bien han estado en distintos momentos en la agenda, no han tenido ni la intensidad ni la urgencia que hoy se observa, sobre todo después del estallido social. El Presidente Boric obtuvo un gran apoyo electoral, especialmente en la segunda vuelta, lo que revela que los chilenos quieren avanzar en esta dirección, y si tengo la posibilidad de ayudar a sentar las bases económicas para que eso sea posible, me pareció que era un desafío que valía la pena tomar”. —¿No le da un poco de temor el arriesgar su prestigio al cargar con esa confianza que le ha concedido el mercado, las clasificadoras de riesgo? “Cuando uno ha juntado un capital profesional tiene que ser para usarlo en una buena causa, no para simplemente atesorarlo. Es cierto que se generó un clima bien favorable con la nominación, pero lo importante es empezar a ejercer el cargo y que empiece a funcionar el gobierno. Tengo claro que estas manifestaciones externas son un corolario de las funciones públicas que he cumplido, pero el test real estará al momento de ejercer el cargo”. —¿Cuántas veces ha leído el programa y cuál, el de la primera o segunda vuelta? “He leído con detención ambos documentos. Cuando nos aproximamos a los desafíos de la implementación no se pueden considerar separadamente, porque el programa original fue pensado para un período más largo que 4 años, mientras que en el acuerdo de implementación se precisaron algunas prioridades y los esfuerzos tributarios de una primera etapa. A partir de ahí habrá que hacer una priorización, un ordenamiento, una secuenciación de las distintas iniciativas que están en el programa más extenso”. —¿Está de acuerdo 100% con todo lo que se propone en el programa? “Cuando uno va a formar parte de un equipo de gobierno tiene que hacerse tres preguntas ante el programa: ¿Estoy de acuerdo con las orientaciones generales, con las ideas, prioridades?, ¿hay algo dentro de ese programa con lo que tenga un desacuerdo tal que me impediría ser parte del gobierno? y ¿uno puede aportar a que ese programa pueda hacerse realidad, implementarse con efectividad siendo sostenible en el tiempo?”. —Vamos respondiendo esas preguntas entonces: ¿Está de acuerdo con las orientaciones generales del programa? “Estoy de acuerdo en las orientaciones, objetivos del programa, ligadas a ampliar los derechos sociales, reducir la desigualdad, diversificar la matriz productiva, respeto por el medio ambiente, equidad de género. En todos esos temas coincido plenamente como prioridades para el país, y que tras el estallido social adquieren especial urgencia”. —Lo segundo, ¿hay algún tema de ese programa que le haga ruido? “No hay cosas en el programa con las que yo pudiera decir que tengo un desacuerdo fundamental. Hay cosas que uno lee y dice, hay que pensar bien cómo se podría implementar o qué se requeriría para que esto funcione, pero eso no quiere decir que esté en contra”. —Y ¿puede aportar para concretarlas? “Hay muchos temas en los que puedo ayudar a que puedan implementarse adecuadamente. Llevo 42 años trabajando como economista, la mayor parte en temas ligados a políticas públicas en Chile o en otros países. Quizás mucho del contenido de este programa en Chile aparece como más innovador o radical, pero muchas de estas ideas son bien comunes y se implementan en otros países, especialmente en aquellos que normalmente se miran como referentes”. —¿Cuáles serían esas medidas que menciona como más difíciles de implementar? “No haría una lista, pero diría que, en general, hay muchas iniciativas que requerirán legislar, y eso demandará ciertos acuerdos importantes en un Congreso con una composición bastante equilibrada, respecto de bloques de pensamiento, y con bastante dispersión partidaria. Entonces, habrá que hacer un esfuerzo legislativo importante. —En ese sentido, ¿va a mantener las reuniones de los lunes con los parlamentarios? “No estoy seguro si serán los lunes, pero mantener una rutina de conversación con los parlamentarios ha probado ser útil durante muchos años”. —En ese esfuerzo, ¿cómo anticipa la relación con los partidos de Apruebo Dignidad, que ya lo han criticado? “Diría que lo más importante es conocernos y reconocer que estamos todos en el mismo buque. Somos todos parte de un mismo esfuerzo por impulsar en este país reformas que son necesarias, urgentes, y que se hacen cargo de muchos de los problemas, inquietudes y anhelos que los chilenos han venido expresando en este último tiempo. Me siento parte de ese buque y estoy seguro de que partiendo de ahí no será difícil encontrarse para trabajar en conjunto”. —¿No le preocupa que en menos de una semana de nombrado ya se abrió una polémica por un quinto retiro? “Esa polémica estaba desde antes de mi entrevista (del jueves). Los retiros han sido una medida muy compleja, han generado muchas tensiones políticas en el último año y medio, con una dinámica de relaciones entre parlamentarios y el Ejecutivo muy difícil de manejar, ha demandado mucho tiempo y energía. Entonces, uno debería tratar de no reproducir esa misma dinámica, sobre todo cuando tantas cosas van a cambiar: la conducción del gobierno, la composición del Congreso. Estamos en un tiempo muy distinto del que teníamos cuando partió la discusión de los retiros. Si tomamos en cuenta lo que está en el programa, es claro que no están considerados nuevos retiros y que, en cambio, es prioritaria una reforma previsional, para lo cual es necesario contar con los ahorros para las futuras pensiones. Esos son los elementos sobre los cuales uno debería trabajar y entenderse”. —¿Cómo fue su primer cara a cara con el PC este viernes, en la primera reunión de gabinete? “Guillermo Teillier fue una de las primeras personas que encontré al llegar. Me saludó muy amablemente y me dijo que se alegraba de conocerme”. —¿Se sentirá cómodo trabajando con el PC? “Cuando uno trabaja en un equipo de gobierno no anda preocupado del partido al que pertenecen sus contrapartes, sino de hacer las cosas lo mejor posible”. —¿Cuál es el sello que quiere imprimirle a este período como ministro de Hacienda? “En este período, la responsabilidad fiscal es más importante que nunca, porque partimos de una situación fiscal muchísimo más estrecha y porque en el programa del Presidente hay una cantidad importante de responsabilidades que se le asignan al Estado, y para poder asumirlas se debe tener la capacidad de financiarlas en corto, mediano y largo plazo”. —¿Cuáles son sus metas a cumplir: durar los cuatro años como ministro; dejar lista la reforma tributaria, o la de pensiones? “Hay cosas muy inmediatas, como generar el diálogo para la reforma tributaria, ejecutar el Presupuesto 2022 dentro de los marcos fijados, y preparar el presupuesto siguiente en la convergencia fiscal y generando espacios para las iniciativas que están dentro del programa. Pero también hay cuatro desafíos grandes en lo económico: salir de la crisis del covid-19; seguir reduciendo la incertidumbre en la economía generando reglas del juego lo más claras posible a futuro; apoyar reformas importantes, como la previsional y la de la salud; y cuarto, sentar las bases del crecimiento futuro”. —¿Cómo espera sentar las bases para el crecimiento? “Hoy, el crecimiento tendencial es menos de la mitad que hace 15 años. Para mejorar esa capacidad de crecimiento no se puede seguir haciendo exactamente lo mismo. Hay una parte del programa que no ha recibido mucha atención, pero es muy significativa, con muchos planteamientos para promover la capacidad productiva, mayor dinamismo de las pymes, producción limpia, incorporación de la mujer a actividades no tradicionales, hay muchas ideas que apuntan a no solo poder crecer más en el largo plazo, sino que a hacerlo mejor”. —¿Qué quieren decir concretamente cuando hablan de un crecimiento mejor? “Tenemos que empezar a pensar en una producción sustentable, que es más competitiva y que cada día se hace más evidente. El mundo entero valora la reducción de emisiones de carbono y la protección del medio ambiente. Hoy, vender productos verdes tiene mayor éxito que vender productos grises, por así decirlo. Si pensamos que el tema ambiental es enemigo del crecimiento, no vamos a llegar demasiado lejos. —¿Qué mensaje les enviaría a los empresarios que tienen dudas sobre el gobierno de Boric? “Que escuchen, sin filtros, lo que el Presidente les ha venido diciendo desde hace ya un tiempo. Que vean la consistencia con sus actos y decisiones, y que tomen la invitación que les hace para construir un país mejor”. —Igualmente hay temas que les preocupan, como el alza de la cotización en seis puntos, aumento del sueldo mínimo y la reducción de la jornada laboral, que pueden afectar los costos laborales. ¿Cómo espera combinar todas esas medidas para que sea inocuo? “Lo importante de los costos laborales es cómo evolucionan en relación con la productividad. Si estos suben poco, pero la productividad cae, el empleo se verá afectado; pero si la productividad crece mucho, aun con aumentos de costos, el empleo se verá beneficiado. Acá hay un desafío. Es evidente que todos estos temas aumentan los costos laborales, pero hay dos elementos relevantes: la velocidad con la cual se van a ir aplicando esas medidas que tienen efecto sobre los costos, y qué cosas se hacen para que sean compensados con aumentos de la productividad”. “Un sistema en que las AFP son el corazón del sistema no está dentro de esta agenda” —¿Están pensando en una comisión Marcel 2.0 para las pensiones? “El programa habla de un proceso de consulta amplio donde se busca conocer la opinión de distintos actores sociales. Sobre ello diría que debemos ser claros. Ese proceso debe desarrollarse dentro de un plazo que refleje el sentido de urgencia que la reforma de pensiones tiene para la ciudadanía. La idea de incorporar la participación ciudadana, combinado con el trabajo técnico, son dos elementos que pueden ayudar a que esta vez los chilenos puedan decir que tenemos un sistema que nos permite mirar los años de vejez con mayor confianza que hasta ahora”. —¿En cuánto tiempo están pensando empezar a tramitar una reforma? “Esos plazos los va a definir el Presidente y el equipo de ministros que lo apoyen en esta tarea, especialmente la Ministra del Trabajo. Ya hay una pieza importante de la futura arquitectura en la PGU que aprobó el Congreso. Este tema no es algo específico del Ministerio de Hacienda. Ocuparemos el lugar que el Presidente nos indique”. —¿Qué le parecen los trazos delineados en el programa respecto de cómo configurar esta propuesta? “Acá hay tres pilares: la base PGU, sobre ella se encuentra el componente contributivo que a su vez se divide entre cuentas de capitalización individual, y otra que se redistribuye; más otro componente voluntario. Esa es la arquitectura. Dentro de lo institucional se plantea una institución pública que administre la PGU y el componente contributivo, más toda una transición para ver qué ocurre con los ahorros que las personas ya tienen para sus pensiones futuras. Ese es el diseño básico, pero hay otros temas a incorporar como el de los trabajadores independientes y cómo reducir las lagunas previsionales. Ha habido bastante discusión, y uno podría decir que se han ido generando acuerdos básicos, pero desgraciadamente los tiempos políticos han dificultado legislar”. —Uno de los grandes problemas para avanzar con ese acuerdo es la propiedad de los fondos actuales, ¿cuál es el camino que propone? “Creo que al menos se pueden ir descartando algunas cosas. Hoy no hay sectores que estén proponiendo sistema íntegramente de reparto, y por otro lado, todos se dan cuenta de que no es posible mantener el sistema tal como está hoy. Por tanto es necesario buscar una arquitectura que combine elementos de solidaridad con esfuerzo de ahorro individual”. —¿Concuerda con que la totalidad de fondos sean de las personas? “Dentro del sistema, qué es propiedad y qué no, es algo que hay que mirar cuidadosamente porque estamos ante un sistema que es obligatorio, establecido por Ley. Eso significa que posiblemente hay algunos elementos de esa arquitectura que se prestan más para lógica de propiedad y otra, que corresponde más a una lógica de seguro social, el trabajo es articular esos dos elementos. Estas definiciones genéricas de que todo debe ser propiedad individual o todo seguridad social, poco a poco han ido quedando descartadas”. —¿Se puede decir que en el mediano plazo no habrá más AFP? “El programa señala expresamente (lo busca y lo lee) ‘terminaremos con el sistema de las AFP, reemplazando el DL 3500 por un nuevo sistema de seguridad social'. Ahora, una cosa es que termine el sistema de AFP tal como lo conocemos, y otra cosa es si puede haber administradores privados de fondos que sigan cumpliendo alguna labor de carácter residual, administrando los ahorros acumulados, o dentro de un componente voluntario donde también podría participar el sector privado. Lo que está claro es que un sistema en que las AFP son el corazón del sistema de pensiones no es algo que esté dentro de esta agenda. En esta agenda se perfila un sistema más cercano a la tradición de seguridad social con un rol importante de una entidad pública con algún espacio para la participación privada”. —¿Tiene algún reparo a esa arquitectura que se plantea? “La ciudadanía ha señalado la necesidad de un cambio profundo, entonces en este como en otros temas, tenemos que preocuparnos de que esos cambios den paso a un sistema de pensiones sostenible y que responda a las expectativas. No podemos correr el riesgo, una vez más, de que tengamos una reforma que promete mucho y después no cumple. Nuestro rol es ayudar a encontrar las respuestas técnicas para que el sistema reúna las características que la población requiere”. —Pregunto porque usted, en la presidencia del Banco Central (BC), era la cara visible contra los retiros, y en algún momento se ligó como defensa de las AFP, ¿es correcta esa percepción? “La verdad, en lo que dijo e hizo el BC en relación a los retiros no hay ningún elemento de defensa o de apoyo a las AFP. Cuando señaló los riesgos de los retiros, no se refería al riesgo para la AFP, sino para la economía en su conjunto y para los afiliados en particular, por las liquidaciones masivas de activos en un mercado de tamaño limitado. Esas advertencias se mostraron en la práctica con el aumento de las tasas de interés de largo plazo y el encarecimiento de los créditos hipotecarios; pero eso no tiene nada que ver con defender a las AFP sino con advertir un riesgo de sentido común”. —No obstante, la percepción en redes sociales sobre todo, es que no estaban defendiendo a los afiliados. “El BC generó un mecanismo que permitió que el pago a las personas se distribuyera de manera más espaciada en el tiempo, y eso ayudó a los afiliados, no a las administradoras. Hicimos ejercicios que demostraron que si no hubiera sido por la actuación del BC, hay gente que habría perdido mucha más plata de la que retiró porque aparte de reducir su fondo, habría perdido una cantidad adicional por la desvalorización de los activos. Ninguna de esas cosas tiene que ver con defender, promover o ayudar a las AFP”. —¿Podría asegurar que el mercado de capitales puede seguir desarrollándose en condiciones óptimas si ya no existieran las AFP? “El mercado de capitales depende de la existencia de ahorros de largo plazo, y funciona mejor en la medida que haya una administración profesional de esos ahorros. Si esa administración profesional la entrega un privado o un ente público, entonces el mercado de capitales podrá seguir funcionando. Ese es un tema macroeconómico, si en el futuro podemos seguir incentivando, mejorando, incrementando ese ahorro para el largo plazo, por supuesto que vamos tener un mercado de capitales que podrá seguir funcionando y cumpliendo la labor importante de proporcionar financiamiento de largo plazo en moneda nacional para proyectos de inversión importante”. “La Reforma Tributaria tiene una altísima prioridad” —¿La Reforma Tributaria (RT) será su prioridad cuando llegue a Teatinos 120? “Claramente, la RT tiene una altísima prioridad por el hecho de que va a proveer parte importante de los recursos para el gobierno. El Presidente ha señalado que espera generar un pacto tributario, y eso implica que habrá que empezar a trabajar muy desde el principio, probablemente desde antes que asuma el gobierno, para buscar la forma de generar ese diálogo, e identificar los acuerdos que puedan plasmarse en uno o varios proyectos”. —¿Entonces serán proyectos separados y no una sola iniciativa que englobe todo? “Esa es una decisión que habrá que tomar en el momento, ahora es un poco prematuro definirlo. Este tipo de disyuntiva es bastante común”. —De los lineamientos conocidos, ¿hay algunos que a usted le hagan más sentido que otros? “Para esta RT se han planteado varios criterios. Uno es lo cuantitativo sobre el volumen de recursos a obtener, y otro son los requisitos de equidad horizontal —quienes tienen ingresos similares debiesen pagar impuestos similares— y vertical —quienes tienen más aporten proporcionalmente más—. Ambos se pueden lograr con distintas combinaciones de instrumentos”. —Se estima una recaudación en cuatro años de 5 puntos del PIB, ¿es alcanzable esa meta? “En cuanto a las metas, hay una parte de reducción de exenciones que quedaría legislada ahora con el financiamiento de la PGU (Pensión Garantizada Universal), lo que equivaldría a 0,7% del PIB para el siguiente año fiscal. Es un primer paso para generar mayores ingresos”. —El royalty minero también está avanzado, ¿lo convence cómo está quedando en el Senado? “Desde que se planteó hace un par de años, ha habido un trabajo bien intensivo en el Senado de evaluar opciones y de cómo formular ese royalty, ya hay un trabajo previo. Al mismo tiempo, como se señala en el programa, este proyecto va siendo necesario, dado que se va acortando el horizonte de acuerdos de invariabilidad tributaria”. —¿Le convence el impuesto a los altos patrimonios considerando la experiencia frustrada en otros países? “La verdad, no he entrado al detalle de las propuestas. Hay un equipo que ha estado trabajando. Soy respetuoso y me interesa conocer ese informe, así que no es el momento para formular juicios respecto de los instrumentos”. —¿Qué impacto tendrá este debate, ya que durante la época de Bachelet se paralizaron los proyectos de inversión mientras se debatía la RT que aspiraba a una recaudación menor, de solo 3 puntos del PIB? “Una diferencia importante es que en este caso los temas están más concentrados en tributación de las personas que de las empresas, como era en 2014, lo cual llevó a una discusión bastante intensa respecto del impacto sobre el empleo, inversión y actividad. Me parece que este foco es adecuado porque las desigualdades distributivas se dan en los ingresos personales, no de las empresas. Ahí es donde tenemos una brecha respecto de los países de la OCDE, pues en Chile el peso relativo, en relación con el PIB, de los impuestos indirectos y de los corporativos es relativamente similar a este grupo, pero la recaudación por impuestos a la renta personal es alrededor de la cuarta parte”. —¿Entonces no cree que suceda lo mismo que en 2014 con la inversión? “En lo que es economía fiscal o teoría económica, en general los impuestos a las personas tienen menor impacto sobre la inversión que los impuestos a las empresas. Ahora, por supuesto, todo dependerá del diseño que se haga y por eso hablo tanto de ir a ver el detalle de las propuestas. He estado en los gobiernos cuando se han hecho otras RT, entonces sé que el desafío es hacer un trabajo técnico bien profundo”. —El programa también habla de desintegrar el sistema, ¿cree necesario avanzar en ello? “Hoy tenemos un sistema semiintegrado, y el programa plantea completar esa desintegración, lo cual formará parte de nuestro análisis. En esto uno tiene que entrar con cierta humildad, aprender lo que se ha estado haciendo, formar buenos equipos y seguir adelante con ese trabajo”. —¿Está pensando en un diálogo prelegislativo para esta RT? “Aún tenemos que conversarlo con el Presidente, aunque evidentemente este es un gobierno que tiene un sello de diálogo, está en el ADN del mandatario y de la coalición que lo apoya. La experiencia indica que el trabajo prelegislativo ayuda a que los proyectos se tramiten con mayor facilidad”. Meta fiscal: “Vamos a trazar un camino a recorrer para cada año” —¿Ya tiene los cálculos para la meta de convergencia fiscal durante este período? “Efectivamente, dentro de los primeros 90 días de gobierno debe emitirse el decreto que define la política fiscal del período. Esta vez, en particular, será distinta a años anteriores, en los cuales el punto de partida era una situación de déficit, pero no de la magnitud del 2021, que fue de -11% del PIB”. —¿Cuál será la meta de balance al final del período? “Para llegar a estabilizar la deuda pública es importante definir un camino de convergencia para cada uno de los años de este período. Creo que no tendría credibilidad decir ‘no se preocupen, nosotros en el año 4 vamos a tener un déficit estructural de 1%', por ejemplo, sino que debemos definir año por año el cómo vamos a llegar. Tenemos que definir cuál es el nivel tolerable de deuda en relación al PIB. Y no me refiero solo tolerable a los mercados y las clasificaciones de riesgo, sino que también tolerable para las futuras generaciones que al final deberán solventar esa deuda. Hay que hacer ese ejercicio”. —¿Tiene algún número en mente? “Hay varias cosas que examinar, como las proyecciones de crecimiento tendencial, precio del cobre de largo plazo, estimación de actividad futura, etc.; es un ejercicio bien completo. Tengo claro cómo hay que hacerlo, pero tenemos que ir poniendo los números y llegar a la definición de esos parámetros. Siguiendo las recomendaciones del Consejo Fiscal Autónomo, uno debería identificar una relación sostenible deudaPIB para llegar, y cuál es el balance estructural que genera esa relación, y cuando tenga definido ese punto, ver cuál es el camino. Quiero enfatizar que a diferencia de anteriores gobiernos que han puesto foco en el punto final, esta vez vamos a trazar un camino a recorrer para cada año”. —¿Empeñará su palabra en ese camino anual? “Esa es la primera responsabilidad del ministro de Hacienda”. —¿Y cómo evalúa las presiones de gasto como terminar con la deuda del CAE? “Hay que hacer un ejercicio de priorización, de cuadratura de todo lo que está en el programa, bajo el liderazgo del Presidente. Si lo del CAE es un compromiso del programa que se quiere cumplir, hay que buscar fuentes de financiamiento para evitar que se termine financiando una condonación de deuda de un profesional, a costa de un beneficio a un poblador o una mujer campesina”. —¿Y la deuda histórica con los profesores, se incluirá? “También está en el programa. Entiendo que ha habido conversaciones con los profesores, pero no es un tema en el cual haya estado yo involucrado. Habrá que ver el timing y el financiamiento que se le quiere dar. Escrito por Miriam Leiva
El cura se sacó la sotana definitivamente…
Vienen por todo lo que dijeron iban a ir. Destruir el sistema privado de pensiones, y con ello el sistema de capitales, destruir el mercado de deuda, destruir a los privados con impuestos para pagar por todo lo que creen se puede hacer con el nivel actual de ingresos del país. Y crear un sistema de crecimiento más igualitario y sostenible, que es un oxímoron en si mismo. No puedes crecer parejo en todo, simplemente no existe capital para ello. El capital se concentra y eso arrastra a todo el resto. Si todo crece parejo, no hay oportunidades de generar mayores ganancias y por ende el capital busca donde estén esas oportunidades.
Son malas personas por ello?
No, no todos al menos. Habrá alguno que otro sicópata, pero en general supongo que piensan que para hacer creme brulé hay que romper huevos.
El problema es que estos giles no deben saber ni hacer huevos revueltos. Y el creme brulé económico y social jamás le ha salido a nadie. A esta altura es una receta mítica que ningún chef ha logrado conseguir, por más pergaminos que haya tenido.
Van a dejar la cagada. Se ve a leguas marinas de distancia.
No tiene sentido seguir quejándose por ello.
Hay que estar preparado.
Para la incompetencia de la derecha del juego que se está jugando, y de la enorme presión que van a colocar los pendejos progres en culpar a todos menos a ellos, incluido Boric.
Se está viendo en USA. Los progres más extremos están culpando a Brandon y los demócratas más moderados del desastre en las encuestas, por el hecho, según ellos, de que no se han implementado las medidas más socialistas progres que prometió Biden.
Va a pasar lo mismo acá.
No hay ninguna probabilidad de que el gobierno salga bien. O incluso que entregue al menos algo mejor de lo que está recibiendo.
NOT GONNA HAPPEN.
El nivel de competencias de los que están asumiendo, en combinación con el mix tóxico de problemas al que se enfrentarán, sumado a las expectativas…
No hay que ser un genio deslumbrante para llegar a esa conclusión.
Que se hace?
Colocar los planes en marcha que se tengan para el inminente ataque a los capitales privados y con ello a la formación de capital y por ende de trabajos, que va a detonar un malestar ENORME que ya se está viendo con los inmigrantes, que simplemente es el malestar de recibir una cultura diferente, que va a explotar por las nubes con mayor desempleo.
Vienen tiempos violentos. En todo orden de cosas.
Se va a comer el gobierno de Boric una conjunción astral de cagadazos todos a puntos de estallar. Y una administración a todas luces incompetente para lidiar con ello lo va a empeorar astronómicamente. Boric no fue elegido por competencias. Fue elegido por look e identificación con una masa de votantes que podría generar la diferencias.
That´s it.
Hay que sobrevivir, económicamente se entiende.
Tenemos todas las posibilidades para ello, dado que no van a continuar con los retiros, al menos de parte del gobierno, y con ello nos da el respiro de que no van a terminar de aniquilar el sistema de capitales hasta el piso dejándonos para todos los efectos en ese caso clavados en ciudad gótica con el guasón a cargo.
El fin de semana tuve conversaciones interesantes al respecto.
Que hacer?
Supongo que lo más lógico es construir carteras con coberturas que intenten mantener el poder de compra del capital en relación a la inflación.
Algo importante de estimar para esas carteras es si los activos privados chilenos se considerarán refugios para el socialismos redistributivo que viene en camino o no. La renta fija de gobierno está obviamente fuera de discusión a esta altura.
Una de las demostraciones de la incompetencia…La jefa política del segundo piso…
“Iglesias serían fuentes de violencia” “estuvimos meses preparando el 18 de octubre” @LuciaDammert
Dejo esto y me retiro lentamente. pic.twitter.com/sY9g277aHz— Ricky 44% (@El_FachoCola) January 30, 2022
La versión de gobierno es que fue completamente inesperado. Tenía que serlo para provocar el daño que produjo…
So…
Esta declaración es la más imbécil en la historia de la política reciente. Este es el nivel de lo que está llegando a comandar al país. Supongo que quiso decir que dada la crispación creciente, ellos habían estimado que los blancos obvios podrían ser las iglesias.
Si los que hueveaban porque Larraín había comentado que debían levantarse más temprano para pagar menos, y eso había caldeado los ánimos, se imaginan las cagadas que estos tarados se van a mandar?
Esto va a hervir mucho, y con la inmediatez de todo hoy en día…
Oh boy…
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Yo creo que Marcel entendió que es mejor una Eutanasia a la vena que una muerte lenta y agónica... Será el verdugo de los Soy Boys FA. Pero bueno, es solo un pensamiento positivo
ResponderEliminarAdyaner, y que hacer pal común de los mortales? digo gente con ahorros <30m ? ... UF ? USD?
ResponderEliminarQue patudez, y no quieres un maní también...disclaimer
Eliminarraro lo de Marcel, parece que solo quiere su minuto de fama cueste lo que cueste
ResponderEliminarAdynaer y porque la Interbancaria sigue subiendo? está cerca de 6% ya
ResponderEliminarSaludos master