Llevar una dieta vegetariana o vegana es cada vez más común y transversal en nuestro país, ya sea por seguir un estilo de vida o por querer llevar una alimentación más saludable, lo cierto es que en Chile cada día más personas tomado la decisión de cambiar su alimentación y/o la de sus hijos, y eliminar en algunos casos por completo los alimentos de origen animal y en otros casos sólo las carnes de origen animal. Sin embargo, esta decisión debe ser asesorada por especialistas en nutrición, ya que podría ocasionar efectos adversos en las personas.
Verónica Cornejo, académica del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA), señala que en Europa es entre un 2 a 5% de la población adulta, y en Estados Unidos el 2% de los adolescentes adquiere este tipo de alimentación, de los cuales un 0.5% son veganos. Modelos que se están replicando en nuestro país.
“La Asociación Americana de Nutricionistas dice que “la alimentación vegana (sin alimentos de origen animal), lacto-vegetarianas (sólo lácteos y derivados) y ovo-lacto-vegetarianas (huevo, lácteos y derivados) bien planificadas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluyendo el embarazo y la lactancia. No obstante, la misma organización recomienda que en situaciones especiales, como en embarazadas, nodrizas, niños y adolescentes, debe recibir asesoría de un especialista en nutrición”, asegura la académica.
Pero ¿qué efectos beneficiosos o adversos podría tener sobre nuestra salud y la de nuestros hijos?
Muchos estudios en la literatura muestras que la alimentación vegetariana proporciona efectos beneficiosos, tales como la disminución del índice de masa corporal, del colesterol LDL y del nivel de glicemia, al ser comparados con la población omnívora. Los estudios de cohorte prospectivos han mostrado que existe un factor protector significativo de una dieta vegetariana en comparación con la incidencia o mortalidad de cardiopatía isquémica (nonos de 25%) y de cáncer total (menos de 8%) pero no con las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares totales.
Por otro lado, investigaciones realizadas en niños ovo-lácteo vegetarianos mostraron un crecimiento idéntico al de niños que recibían una alimentación omnívora. No obstante, no ocurrió lo mismo con los niños veganos, ya que éstos tenían una talla más baja y eran más delgados.
“Es importante enfatizar que se ha encontrado una asociación entre los trastornos de la alimentación y la adquisición de una dieta vegetariana, razón por lo cual se recomienda que un profesional clínico realice una anamnesis detallada de las razones del porqué se cambió de hábitos alimentarios, especialmente en los adolescentes”, señala Verónica Cornejo.
Y uno de los factores adversos y preocupantes que pueden ocurrir- sobre todo cuando no se realiza con supervisión de profesionales de la salud-, es la deficiencia de vitamina B12, puesto que hasta hace unos años se asumía que sólo los veganos hacían deficiencia de esta vitamina, sin embargo, un meta análisis con distintas dietas vegetarianas, encontraron que los vegetarianos, independientemente del tipo de dieta, características demográficas, lugar de residencia y edad, presentaban deficiencia de B12.
La deficiencia de vitamina B12 a largo plazo produce anemia megaloblástica, lo que conduce posteriormente a un aumento del nivel de homocisteína, sustancia que favorece el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerebro vasculares. Estudios han observado que hay deficiencia en mujeres embarazadas y con aumento del nivel de homocisteína y que entre el 25% al 86% de los niños vegetarianos hacen deficiencia de esta vitamina, siendo mayor en los veganos que en los vegetarianos.
Los recién nacidos de madres veganas, nacen con niveles de B12 marginales, los que podrían producir efectos metabólicos graves en el niño. Se recomienda que la mujer embarazada vegana o vegetariana se suplemente con esta Vitamina durante su embarazo y lactancia. De esa forma entregará la cantidad suficiente de esta vitamina evitando se generen estas manifestaciones neurológicas graves en el recién nacido. Si la madre no da lactancia materna al niño, se recomienda utilizar formulas infantiles de soya modificadas y asimiladas a la leche materna, ya que a estas fórmulas se les ha agregado esta vitamina y además metionina para mejorar la calidad de esta proteína vegetal
Otro tema que preocupa es la menor o muy baja ingesta de proteínas de buen valor biológico y cómo afecta tanto a niños como adultos. La calidad de la proteína está asociada al perfil de aminoácidos que esta contenga. Es así como la proteína de mejor calidad es la de origen animal (huevo, lácteos y carnes en general). La proteína de las leguminosas es deficiente en un aminoácido llamado metionina, pero si éste es aportado como mezcla, su calidad es comparable a las de origen animal. Es así que al agregar un cereal (arroz, fideos o semillas) se mejora su calidad. Por ello, el consumo de porotos con choclo, garbanzos con sésamo o lentejas con chía, son una excelente fuente de proteínas de buen valor biológico en las dietas vegetarianas.
¿Como se encuentra la densidad mineral ósea, ingesta de calcio y vitamina D?
Se ha observado que la densidad mineral ósea y el riesgo de fracturas son similares entre los niños con ovo-lácteo vegetarianos que los omnívoros. Sin embargo, en niños y adolescentes veganos hay una menor densidad mineral ósea, por consiguiente un mayor riesgo de fractura asociado al bajo consumo de calcio.
Es importante señalar que hay diversas verduras, frutos secos o leguminosas que son ricas en calcio (brócolis, espinaca, almendra, porotos, etc.) pero por contener oxalatos la absorción de este mineral es deficiente.
La vitamina D, es esencial para la retención del calcio en los huesos y su fuente principal es la luz solar. Los estudios mencionan que una latitud mayor a 40º, incrementa el riesgo de deficiencia de esta vitamina. Chile por su ubicación geográfica, especialmente en la zona sur del país (Coyhaique 45º), se ha observado deficiencia esta vitamina. Es por ello que el Ministerio de Salud como medida de prevención, recomienda su suplementación en todos menores de un año del país.
¿Hay deficiencia de hierro y zinc?
A pesar de que los veganos y vegetarianos consumen principalmente hierro no hemínico (verduras de hoja verde), que es de menor biodisponibilidad que el hierro hemínico proveniente de las carnes rojas, no es frecuente encontrar deficiencia de hierro, ya que el consumo de alimentos ricos en vitamina C (frutas y verduras), favorece la absorción de este tipo de hierro contenido en los cereales, legumbres, frutos secos, semillas y contrarresta los efectos inhibidores de los fitatos sobre este mineral.
Se sabe que los fitatos afectan la biodisponibilidad del zinc lo cual podría producir deficiencias en los vegetarianos. Un meta-análisis realizado en embarazadas vegetarianas, encontró diferencias significativas en la ingesta de este mineral al compararlos con mujeres omnivoras, sin embargo no se detectaron diferencias en sus valores en plasma o suero.
La recomendación es que si se toma la decisión de este estilo de alimentación se debe solicitar asesoría a profesionales de la salud con experiencia en nutrición y alimentación, que ayude a implementar correctamente la nueva alimentación y prevenir los riesgos en la salud que podría ocasionar una alimentación desequilibrada.
He visto tantos amigos seguir esta tendencia, la light que sería la ovo-lacteo vegetariana, y la talibana que es vegana, que me preguntaba si sería adecuado para el organismo privarse de un tipo de alimento que probablemente está inserto en el código genético como parte integral de la dieta.
De lo que he tenido la oportunidad de leer al respecto, el organismo humano sin duda puede adaptarse a todo en términos de supervivencia. Y está preparado para absorber cualquier tipo de alimentos. Por lo tanto no va a tener problemas en sobrevivir en base a vegetales. Tampoco en base a carnes. O frutas.
Pero el punto es ese. Sobrevivir. Durante 1.000.000 años el organismo humano se ha adaptado para sobrevivir, y el principal factor de supervivencia es la disponibilidad de alimentos. Siempre había lo justo para la supervivencia casi en todo momento. Probablemente existen alimentos, dependiendo del desarrollo genético de una cierta área o raza, que generan una mejor performance del organismo cuando existen periodos de abundancia. Los nórdicos con el clima frío y poca disponibilidad de vegetales, lo más probable es que tengan un mejor desempeño en base a carnes. Los asiáticos en base a granos y legumbres. Los amazónicos en base a frutas. Los mediterráneos en base a una dieta amplia de carnes, granos y vegetales. Se me ocurre que la dieta que estuvo de moda hace algún tiempo de los tipos sanguíneos tenía algo que ver con esto.
Cuando llegas a un punto como el actual en el que no tienes lo justo para sobrevivir, sino que abundancia de todo tipo de alimentos, me resulta difícil pensar que desbalancear el exceso hacia un solo tipo de alimentos no vaya a provocar problemas.
Es interesante hacer la prueba. Con que clases de alimentos te sientes con mayor desempeño. En mi caso con carnes, lácteos y vegetales verdes. Pastas y masas en general me dejan cansado muy rápido (cuando hacía deportes en la universidad, hoy da casi lo mismo). Lo que no me importaba mucho al momento de tener que elegir comer o no una pizza en realidad. Supongo que cada cual tiene que encontrar los alimentos que mejor desempeño generan al organismo. Hoy tenemos la oportunidad única de contar con todos, durante todo el año para probar.
No por nada Hipócrates, el padre de la medicina occidental moderna, y por el cual lleva nombre el juramento famoso de los doctores dijo:
“Que el alimento sea tu medicina, y la medicina tu alimento. Tus fuerzas naturales, las que están dentro de ti, serán las que curarán tus enfermedades”
Parece que esa parte no la enseñan hoy en día en las escuelas de medicina. Imprimir artículo
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