28 julio, 2023

¿Aprobar o rechazar?

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@emolblogs

Una de las incógnitas que se abrirán de aquí a fin de año es si acaso la ciudadanía aprobará o no el texto constitucional que se proponga.
¿De qué dependerá?
Desde luego, no parece depender de cuánto refleje el texto las ideas constitucionales de quienes fueron electos para redactarlo. Los elegidos para redactar el proyecto no plantearon ideas relativas a cómo imaginaban que este último debiera ser. La gente, cuando eligió a los consejeros constitucionales, no lo hizo porque adhiriera a las ideas que relativas a la Carta Fundamental ellos poseyeran, sino que lo hizo como resultado de la opinión que le merecía la conducta de la anterior Convención, la molestia o no que le causaba el quehacer gubernamental y el rechazo que produjo a la conciencia nacional lo que pudiéramos llamar el exceso identitario.
Incurriría, pues, en un gigantesco equívoco quien pensara que los votos que recibió fueron el fruto de una adhesión ideológica. Y se dispusiera entonces (en la confianza de que eso espera la ciudadanía) a verter sin más sus ideas morales o económicas en reglas. Y es que no es verdad que los votos de los republicanos sean indicativos de la popularidad de sus ideas constitucionales o relativas a los proyectos que han formulado o que piensan formular para la vida social. Tampoco los votos obtenidos por los socialistas o el Frente Amplio lo fueron por las ideas constitucionales que se les supuso poseían.
La elección de los consejeros constitucionales (y el resultado global que se alcanzó) no es indicativo de una especie de mapa ideológico que permita predecir el resultado. Siendo así, no es posible sostener que la mayoría que votó a los republicanos vaya luego a apoyar el proyecto debido a las ideas republicanas (sobre el aborto, la subsidiariedad, las FF.AA. u otro tema como ese) que este contenga. La inversa tampoco es verdad. No es cierto (o no hay razones para pensar que lo sea) que quienes apoyaron a los socialistas o a los miembros del Frente Amplio vayan a adherir al proyecto por las ideas (sobre los derechos reproductivos, la multiculturalidad, el medio ambiente o la propiedad) de estos últimos que él contenga.
En suma, hay una obvia desconexión causal y conceptual, por decirlo así, entre la adhesión a las fuerzas políticas, las ideas que poseen estas últimas (y que en la mayor parte de los casos guardan con celo como si temieran un plagio) y la decisión que se adoptará frente al texto constitucional.
Y eso es lo que hace incierto el resultado.

Con todo, en la medida que esa desconexión se mantenga y la política del día a día vaya por un lado y la cuestión constitucional por el otro (que es más o menos lo que hasta aquí ha ocurrido); si la cuestión constitucional se sigue manejando con sobriedad y con cierta distancia, sin descender al barro cotidiano (que por estos días amenaza ser un lodazal); si los consejeros no se dejan infectar por los matinales (que suelen confundir intercambio de ideas con intercambio de pullas y de ataques); si los partícipes del debate no emiten las cuñas que les solicitan o que tratan de sacarles a tirones (y son capaces de tolerar el silencio de las redes a su respecto), lo más probable es que la aprobación del texto se produzca como resultado de una cierta inercia institucional sin gran consideración al contenido el que —para desilusión de quienes anhelan discordia— lo más probable es que refleje puntos de vista compartidos o suficientemente vagos o ambiguos como para que todos abriguen la esperanza de que lo que piensan o anhelan está recogido en ellos.
¿Es malo algo así?
Por supuesto que no.

Una Constitución requiere cierta vaguedad, cierta línea de sombra, una textura abierta como suele decirse, sin que sus reglas decidan todo por anticipado (preverlo todo, se sabe desde antiguo, no es posible), de manera que, en muchos aspectos, ellas queden entregadas a la interpretación futura que es otra forma de continuar el debate, y la guerra cultural como se le llama hoy, que es propio de la vida democrática. Basta dar un vistazo a la experiencia comparada para advertirlo. Las reglas constitucionales en muchos aspectos guían la deliberación y el debate como una brújula que indica hacia donde ir; pero sin señalar exactamente el camino o el número de pasos que hay que dar para alcanzarlo.
Así entonces, si se mantiene la desconexión entre el debate contingente y sus partícipes, por un lado, y el diálogo constitucional por otro; si los consejeros recuerdan que no fueron sus ideas las que los llevaron a la función que ahora desempeñan, sino que ellos catalizaron un malestar con la anterior Convención; y si caen en la cuenta de que las reglas constitucionales deben definir la fisonomía del sistema político y las inmunidades de los ciudadanos, y en casi todo lo demás no clausurar el debate sino orientarlo, es probable que el futuro proyecto, en medio de bostezos y somnolencias y modorras, termine siendo aprobado.
Carlos Peña


Todos llegando a las mismas conclusiones obvias…hasta los intelectuales…

Al fin…

Efectivamente. NOBODY GIVES A SHIT. Mientras no sean los pasteles octubristas, se entiende, los que escriban la constitución.

Ese fue el voto del 4S. Anti octubrismo. Y del 7M. Anti octubrismo.

Y será el de Diciembre. Anti octubrismo. Cuál es el problema?.

Ambas alternativas son anti octubristas en esencia. O serán vistas de esa manera al menos.

So…

Ni idea. Y como los chilenos somos unos pajeros, y no hay ningún involucramiento emocional con este proceso, tendería a pensar que va a ganar el rechazo, simplemente porque es mejor diablo conocido que diablo que no estoy ni ahí con conocer.

Eso marcaría definitivamente el fin del arbitraje Pinoshé para efectos electorales y de penetrar las duras cabezas políticas. Es lo único que podría sacarse en conclusión con un rechazo potente para mi gusto.

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14 comentarios:

  1. Sería maravilloso, para escuchar a la Gordy Bachelet dar alguna explicacion, ya que huevo con su CC por años, igual que el merluzo (ahora robalo), y terminar con este cuento de pajas y gastado de Lucas y energias

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  2. Seria un error histórico rechazar.

    La verdadera muerte del arbitraje Pinochet seria que se apruebe una constitución creada por tipos de derecha de manera democrática. No habría vuelta atrás posible por décadas.

    En cambio si la rechazan quedamos expuestos a una constitución hiper basureada, la que es frágil y muy susceptible a modificaciones de personajes de izquierda.

    Si se rechaza, no vamos a propiciar décadas de estabilidad, sino que décadas en que permanentemente se va torpedear la constitución que tenemos.

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    1. Discrepo. Pinoshé está agotado como palanca emocional. Kast, Pancho Malo, Nazis republicanos y demás no.

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    2. Dile eso a la gente que voto y votara por los pasteles de izquierda. No van a bajar del 38% que ya sacaron. Son un piso de votación muy elevado.

      Esto hay que aprobarlo mientras tengamos números suficientes para ganarle a la izquierda. Es un evento extraño en Chile que la derecha sea mayoría.

      Apenas pase la tendencia actual, tendremos a la izquierda arriba del piano nuevamente.

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    3. Entonces la van a modificar con más ganas cuando vuelvan a ser mayoría. Porqué piensas que una constitución es algo inamovible? Da lo mismo. Lo que importa son los que la gestionan e implementan y principalmente que sea un reflejo real de la sociedad. La constitución del 80 duró tanto tiempo porque los chilenos éramos de esa manera. Ahora somos al parecer de otra más pussy y dependiente.

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    4. By blackout .... concuerdo con adyaner, lo que diran es que "la deresha neoliberal pro empresarios del nazi kast " hizo una constitucional a favor de ellos mismos.

      lo mejor que le digan "NO" ..... el estallido flaite era una cosa y ellos cambiaron todo. Como se vio en un inicio que la gente exigía reformas pero no una nueva constitución. Ellos se infiltraron y pusieron el discurso de que lo que solucionaría todo seria una Nueva Constitución (quemando todo y destruyendo de paso) aplicando gasolina a todo.

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    5. Ojala tengan razón Chicos.

      Para mi seria como estar remontando un partido, conseguir el empate y después perder el penal del triunfo.

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    6. Ya terminó este partido. Finalmente metimos 5 goles en los últimos 5 minutos. Ya vendrá otro partido. Ahí veremos quienes son los jugadores y quien juega de local.

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    7. concuerdo.... ya vendra mas partidos.

      En esta pichanga la izquierda intento hacer los goles en el primer tiempo sin estrategia u orden y salieron con la legua afuera. Ya sin energía para el segundo tiempo .... donde los golearon.

      Ahora están todos peleados, sin DT y con los goleadores lesionados. para los siguientes partidos no tienen nada y les van a volar la raja.

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    8. en algunos post mencionabas que seria mejor aprobar una NC como dice ivan, que cambio?

      boric llamando a aprobar junto con kast, priceless :)

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    9. No recuerdo haber estado a favor de aprobar. Después del 4S siempre comenté que me daba básicamente lo mismo.

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  3. Si rechazan la constitución, la izquierda en algún momento del futuro le dará duro a las reformas constitucionales. That's why you always go for the head...

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