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SANTIAGO.- "El Gobierno lleva tres meses. Esta cuenta (pública) será solo una expresión de deseos, que veremos con el paso del tiempo si se cumplen o no (...) Lamentablemente, durante estos tres meses, más que gestión, hemos visto acciones de márketing y una compulsión por atribuirse como propias diversas medidas que son de gestiones anteriores y que deben ser miradas con una visión de Estado, no como logros individuales". Esto señala uno de los párrafos de un documento reservado del bacheletismo que se distribuyó en el día previo a la Cuenta Pública que rendirá el Presidente Sebastián Piñera durante esta mañana. El texto se distribuyó entre algunos de los asistentes que concurrieron a una cita el miércoles por la noche que fue convocada la ex Presidenta Michelle Bachelet en Las Condes a casi tres meses de haber dejado el poder. De hecho, los temas centrales de la cita fueron los ejes temáticos de la nueva entidad y la necesidad de defender en forma coordinada las reformas impulsadas durante su administración. Así, tras la reunión, se distribuyó entre algunos presentes y parlamentarios, vía WhatsApp, el borrador de una minuta que ha sido trabajada por el entorno de la ex Presidenta para ordenar el despliegue de los ex ministros tras el mensaje presidencial. La minuta establece, además, algunas ideas fuerza que apuntan a un supuesto conflicto de interés de la administración actual, acusándola de defender a las grandes empresas. La segunda idea fuerza, en tanto, apunta directamente a la relación que tendrían los ministros de Estado con las grandes empresas: "La endogamia piñerista es el verdadero partido que domina al gobierno de Piñera. Gran parte de sus ministros son un directorio de empresas, no un gabinete al servicio de los chilenos".
Difícil entender lo de Bachelet. Después de, por único y exclusivo mérito de su capital político, mantener una coalición que debió haber terminado el 2013 y liderar un gobierno que en su mayor parte fue de neutro a negativo en las implementaciones y gestión general, terminando con un desastre en la votación ante una coalición rival que proyecta al menos una re elección dada la falta de una figura política relevante competitiva por ahora, uno esperaría que pasara, como Obama, a los cuarteles de invierno a disfrutar de la vida y la familia y evitando los ataques a su gestión.
La única explicación que encuentro es que los ex ministros y colaboradores sienten que no van a tener la posibilidad de una elección cercana y creen que Bachelet eventualmente va a poder utilizar lo poco del capital político que le queda para ayudar.
Lo que no es para nada bueno. La alternancia política en esencia es lo que impide una corrupción masiva de los que apuntan a la re elección como único objetivo. Cuando existe alternancia, todos están claros que la forma más orgánica de mantenerse es hacer las cosas bien y sin demasiado abuso porque el que viene va a escarbar las cosas de seguro.
Ojalá la oposición actual encuentre una figura fuerte en el espectro medio, tipo DC.
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