Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, fue claro a la hora de explicar porque el organismo decidió aplicar ayer un aumento de 25 puntos básicos a la tasa de interés, hasta el rango 1,75% y 2%. “El punto de partida es que la economía de Estados Unidos está muy bien. La mayoría de las personas que quieren encontrar un trabajo lo están haciendo, el desempleo y la inflación están bajas”, dijo el sucesor de Janet Yellen, quien también aprovechó de informar que a partir de 2019 las conferencias de prensa se realizarán luego de cada reunión del central, es decir, ocho en lugar de tres en el año.
“El crecimiento económico parece haber repuntado en el trimestre actual, reflejando en gran medida un rebote en el gasto de los hogares. La inversión empresarial continúa creciendo con fuerza y las perspectivas generales de crecimiento siguen siendo favorables”, agregó Powell en su optimista análisis, que también quedó reflejado en las proyecciones de política monetaria del ente rector, pasando de una estimación de tres alzas para 2018 a cuatro, con lo que la tasa cerraría el presente ejercicio en 2,25% y 2,5%.
Esa era justamente la gran incógnita a resolver tras este encuentro y aunque los mercados cerraron en rojo, los movimientos fueron acotados. El S&P 500 cayó 0,4%, mientras que el IPSA y el Bovespa cedieron 0,2% y 0,9%, respectivamente. En tanto, el Dollar Index bajó 0,29% y el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años se mantuvo plano en 2,96%.
Un comité dividido
La tibia reacción se explica porque los cambios en la previsión media de la Fed obedecieron al voto de uno solo de sus gobernadores, de un total de 15 (ver cuadro de puntos). En ese marco, analistas consultados por PULSO aseguran no queda absolutamente claro cómo lucirá la tasa a fin de año.
“En la reunión la proyección mediana aumentó, pero esto reflejó un cambio en la opinión de solo un participante, por lo que la señal que envía es extremadamente pequeña. El comité permanece estrechamente dividido”, señaló Joseph Gagnon, ex funcionario de Reserva Federal.
En la misma línea Chris Rupkey, jefe de economía financiera de MUFG Union Bank, sostiene que el cambio en la percepción de un gobernador “no es una mayoría lo suficientemente grande como para garantizar qué realmente sucederá”.
Lo que se interpone a una definición unánime son los precios. “El dilema político de la Fed es no ajustar tan rápido como para impedir el aumento de la inflación a la meta de 2%, pero no ajustar muy lento para prevenir que la inflación sobrepasa dramáticamente el 2%”, detalla Gagnon. “Hay una tensión dentro de las proyecciones que destaca este dilema”, agrega.
Bajo estas circunstancias, Sergio Lehmann, economista jefe de banco BCI, no cree que una Fed más activa este año complique las cosas para el país. “Este escenario no es muy distinto a lo que los analistas estaban previendo, por lo tanto, los efectos sobre el mercado chileno deberían ser bastante acotados”. Si bien reconoce que un alza de tasas adicional en EEUU este año “es un dato importante”, subraya que no se trata de un cambio radical.
De todas maneras, hay que estar atento a si la Fed se mueve más rápido de lo esperado, dada la vulnerabilidad de Chile consignada recientemente por la OCDE, más aun considerando que “las turbulencias en los mercados emergentes no serán suficientes para alterar el curso de la política de la Reserva Federal”, según señaló Rumpkey.
La FED es para todos los efectos el banco central del mundo, dado que controla, hasta cierto punto, el USD y las tasas de interés de la deuda del gobierno americano, y por lo tanto la divisa mundial.
Y como tal, probablemente se ha sentido bastante atrapada con el tema de las tasas durante los últimos años. La gente de la FED debe tener extremadamente claro (son banqueros) que las tasas a cero porciento están destruyendo el mercado de deuda y los ahorros, que por añadidura son los principales activos e instrumentos de los fondos de pensiones. Pero también tienen claro que Japón y Europa han destruido sus mercados de deuda y potencialmente a su banca comprando como banco central hasta el día de hoy todo los instrumentos emitidos por los países más alguna corporativa, sin descargar los activos “malos” desde la banca privada, como si lo hizo USA.
También tienen claro que la deuda a nivel global denominada en USD´s es terrorífica, pero eso no lo controlan, partiendo por el propio gobierno USA.
Y es por eso que desde 2015 ha sido extremadamente cauta en subir las tasas, anunciándolo con un lenguaje muy suave pero constante.
Pero finalmente lo va a hacer hasta que considere que las tasas de interés son suficientemente altas como para sostener a los fondos de pensiones americanos.
Y eso va a colocar en un mega embrollo a Europa y Japón. Con USA teniendo tasas en sus bonos de 3% y subiendo, y Europa de 0%, y con USD subiendo, es casi imposible que no exista una salida de capitales, o que si Draghi deja de comprar la deuda no exista un descalabro porque no existen hoy compradores de la deuda europea aparte del BCE.
Hoy hay una conferencia de prensa en Europa al estilo de la de la FED, donde se espera la decisión de las tasas y el destino de programa de compras de activos, o sea deuda.
Si el BCE no compra deuda, no existen hoy compradores adicionales, con las tasas actuales. Deben subir considerablemente para que sean atractivas, lo que provocará gran presión en los presupuestos y programas sociales dado el incremento en el costo de los intereses.
Se está configurando el escenario para una gran crisis de deuda y no parece que nadie esté preocupado. Curioso. Tal vez sea el espíritu mundialista. Imprimir artículo
De hecho Draghi anunció el fin del QE a partir de 2019....esta todo muy complicado
ResponderEliminarLa subida de tasas sera mas agresiva de lo esperado. El fondo E de las AFP se hundira.
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