Fue uno de los 300 invitados a la Cuenta Pública. Alfredo Joignant, en calidad de consejero del Servel, estuvo sentado en una de las butacas del pleno del Congreso Nacional y presenció, en directo, las casi cuatro horas de discurso del Presiente Gabriel Boric.
“Había una enorme expectación y mucha expectativa. Esta Cuenta Pública pilla al mandatario en una coyuntura con crisis grave entre sus dos coaliciones, con dos derrotas electorales consecutivas a cuestas y en un año extraño, muy sentido para las izquierdas, dado que es la conmemoración de los 50 años del Golpe. Eso sí, enmarcado con la irrupción de Republicano como primer partido de Chile”.
—¿Y cómo lo vio?
—Creo que lo hizo brillantemente.
Una postura muy distinta a la que tuvo hace una semana, cuando el sociólogo y cientista político de la UDP y del Centro de Estudios del Conflicto y la Cohesión Social señaló en Twitter: “Pucha que estoy cansado de tuitear cosas que dañan al gobierno del Presidente Boric que es mi gobierno, pero se originan en estupideces propias en las que la derecha no tiene nada que ver”.
—¿Cambió su percepción después del discurso?
—No tengo ninguna duda de que este fue el discurso más importante del mandato del Presidente Gabriel Boric. Estuvo perfecto. Fue un discurso en tono conciliador, con un tono muy autocrítico respecto de cómo las izquierdas —que son gobierno— enfrentaron el proceso constituyente, y reconoce hidalgamente que no pueden hacer lo mismo. De hecho, llega hasta a sugerir que deben hacer exactamente lo contrario.
—¿A qué se refiere?
—Dijo que hay que generar una Constitución inclusiva, con lo cual, lo que se está diciendo es que el texto propuesto el 4 de septiembre carecía de ambos atributos y el proceso también. Eso es muy valorable. Lamentablemente, la derecha no ha resaltado esto en las primeras declaraciones. Pero es importante, porque es un discurso al que ninguna izquierda partidaria le puede hacer el quite.
—¿Se refiere a que ninguna izquierda puede boicotear el proceso constitucional?
—Al generar un discurso tan convocante, el Presidente elevó el costo de un boicot de la izquierda al proceso constituyente. También lo eleva para la derecha. Pero claro, el primer problema que tiene el Presidente Boric es con su propia coalición.
—En la cuenta pasada, el Presidente también ocupó un tono conciliador, diciendo que no partían de cero, ¿cuál fue la diferencia esta vez?
—En la cuenta pasada no estaban presentes las dos derrotas electorales que después se observaron. El 4 de septiembre y el 7 de mayo pasado fueron dos shocks de realidad.
—¿Lo ve actuando con realismo?
—Sí, porque ahora el realismo entrega no solo la idea de generar algún tipo de continuidad con el pasado, concretamente con la Concertación, sino que ahora ya hay una necesidad de correlación de fuerzas, que hoy son muy hostiles.
“Fórmulas pacientes”
—¿Y a quién le habló Boric en su cuenta?
—Les habló a sus izquierdas, notificándolas de lo que es posible hacer y no hacer; les habló a las derechas con toda claridad, en tono conciliador, y le habló a Chile, en el contexto muy sentido de la conmemoración de los 50 años del Golpe. Y lo dijo de manera ecuánime. Fue conciliador en materia de derechos humanos, pero no por ello olvidadizo ni amnésico. Es más, el Presidente quedó muy molesto con la posibilidad del negacionismo.
—¿Apunta a los republicanos y a las palabras del consejero Luis Silva sobre Pinochet?
—Exacto, pero al mismo tiempo, veo que Rojo Edwards trata a Pinochet de dictador, y no es el único que lo ha hecho.
—¿Cuánto de su discurso va a permear en la ciudadanía? La oposición sacó a colación la poca credibilidad.
—No lo sé. Aquí el error está en esperar obtener premios de opinión pública rápidos. Dado el estado líquido y voluble de la opinión pública, aquí hay que ensayar fórmulas pacientes. El Presidente Boric lleva varios meses pegado en el 30% de su popularidad, y no es con golpes de efectos que se va a salir de esto, tampoco con este discurso, porque para salir de la trampa del 30% se hace con paciencia, lentamente.
—¿En materia de seguridad, logró conectar?
—En la cuenta pasó algo que nunca había visto. Cuando el Presidente Boric empieza a describir el aumento exponencial del financiamiento de las fuerzas de orden y seguridad para enfrentar la crisis de delincuencia y le pregunta al general director de Carabineros: “¿Es así, general?”. Y el general director responde verbalmente: “Así es, señor Presidente”. Se hizo una interacción que nunca había visto. Fue un momento simpático, que refleja una cierta complicidad entre este gobierno y Carabineros.
—La derecha también acusó falta de anuncios económicos.
—Esa crítica era esperable y el Presidente la anticipa apoyándose en el buen manejo macroeconómico del ministro Mario Marcel, en el aumento de la inversión extranjera y apelando a la promesa del oro, que es el litio.
—¿A qué responden los guiños del Presidente a la expresidenta Michelle Bachelet?}
—Eso es sorprendente. Son guiños al socialismo democrático. Esto responde también a un estilo más horizontal, muy distinto al presidencialismo fuerte que era ejercido por el expresidente Lagos. Por el contrario, hay una similitud de la horizontalidad del cargo entre Boric y la expresidenta Bachelet. Ambos tienen un estilo horizontal que los lleva a entenderse muy bien.
—A pesar de las cuatro horas de discurso, ¿cree usted que faltó algo?
—Me llamó la atención que el Presidente no le haya sacado el jugo al incremento del sueldo mínimo ni al proyecto de las 40 horas.
“Reforma tributaria amarrada a misiones”
—¿Cómo analiza la condición de la reforma tributaria para aprobar los proyectos?
—Estamos muy cerca de entrar en una forma de discutir esta iniciativa que no es común en ninguna parte del mundo, sino que va a hacer una reforma tributaria amarrada a misiones concretas. Te lo digo de esta manera: “Ok, queremos reforma previsional, perfecto, ¿cuánto cuesta? Se vota una parte de la reforma tributaria”. Y así, sucesivamente.
—Pero con esa estrategia la oposición no va a aprobar la deuda histórica de los profesores, por ejemplo.
—La oposición va a condicionar la reforma tributaria. Habiendo un mundo preponderante de republicanos, lo que hizo el Presidente Boric fue hacer difícil la tarea de decir que no a la iniciativa. Elevó los costos, tanto para las derechas como para las izquierdas.
“Ahora bien, sabemos que la derecha le va a dar el marco más estrecho que hace dos meses atrás, incluso más estrecho que el propio gobierno de Piñera había ofrecido en su oportunidad. Es por esto que Boric no debiera tratar de pedir una reforma para resolver una tercera misión, como la condonación al CAE”.
—¿Y cómo va a lidiar con su sector más duro?
—Tiene dos alternativas: en aras del realismo, dejar fuera de la negociación todos aquellos temas que para las derechas son una línea roja y lograr conseguir recursos para ciertas misiones. Y aunque arriesgas un problema con la izquierda, lo aceptas. La otra es ir a perder ciertas batallas para satisfacer a la izquierda, pero pones en riesgo la negociación por misiones.
—Ante esta nueva hoja de ruta, ¿cree que la izquierda más dura lo va a seguir en lo que queda del Gobierno?
—Eso está por verse. De lo que no tengo ninguna duda es de que el PS va a morir con las botas puestas en esto. Una parte muy importante del Frente Amplio va a estar puesto, pero no te puedo garantizar que todo el mundo vaya a estar de acuerdo. Tengo una gran duda con el Partido Comunista. Aunque la historia algo enseña. El partido más fiel y leal al expresidente Salvador Allende durante el gobierno de la Unidad Popular fue el PC.
—¿Por qué la duda con el Partido Comunista?
—Porque ha tenido una conducta errática con este gobierno (declarando tener un pie en la calle y otra en La Moneda). Además, ha habido críticas desleales de Daniel Jadue hacia el Gobierno, sin llamado de atención de la colectividad.
—La oposición salió a decir que, en la práctica, no hay una verdadera voluntad del Presidente de llegar a acuerdos. ¿En qué pie queda el Gobierno?
—Ese es el problema que va a tener que enfrentar y resolver el ministro Elizalde, para eso lo trajeron. El jefe de la cartera de la Segpres tiene gran capacidad negociadora y eso se llama negociación. Y resulta que rechazar una oferta de negociación, con el tono que se hizo la oferta, puede tener serios costos para quien lo rechace. Pero al mismo tiempo, no puedo no reconocer que el margen de maniobra del Presidente y su gobierno es estrecho, no va a poder hacer muchas cosas, tiene que seleccionar bien las misiones asociadas a la reforma tributaria.
—¿El Presidente se está jugando el todo por el todo con esta reforma tributaria?
—Sí, no veo manera de que podamos seguir como país sin una reforma tributaria que suponga efectos rápidos en el bolsillo de las personas comunes y corrientes. Habrá que sacrificar buena parte del ideario asociado al programa de origen.
—¿La declaración de la vocera, de hablar de legado, que luego rectificó, no da cuenta de cierta ansiedad por dejar una impronta en su gobierno?
—Hay que olvidarse de la idea de legado, a lo menos de ese legado que estaba presente en el imaginario de quienes redactaron el programa original. De haber legado, tendrá que ser un legado asociado a la promulgación de una nueva Constitución. Lograr resolver el proceso constitucional debiera ser uno de los pilares del legado del Presidente Boric. El segundo sería generar las bases para que estas dos almas que coexisten de manera tan difícil en su gobierno, lleguen al final del período con las diferencias resueltas, y quienes no están por resolverlas van a tener que irse de la coalición. Y sería un muy buen legado resolver el tema previsional, en la medida de lo posible.
De la deuda de los profesores creo que hay que olvidarse y de la condonación del CAE, no veo ninguna posibilidad que pueda llegar a buen puerto. Va a ser un legado más abstracto, pero no menos importante. No lo veo todo absolutamente perdido.
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Solía considerar a Joignant inteligente. En realidad a muchos analistas y del estilo, en todo ámbito. Este periodo de tiempo tan complejo ha desenmascarado a mucho con artist y capitanes obvios disfrazados de analistas o intelectuales y que no le apuntan ni al quinto bote. Ciertamente, era capaz de disparar como metralleta referencias rebuscadas de autores desconocidos.
Obviamente es un practicante del si no los puedes deslumbrar con tu brillantez confundelos con tus idioteces.
Cualquiera que vea inteligencia de estadista en Boric después de un discurso de 3,5 horas hablando puras huevadas y basureando a las FFAA´s claramente no es muy brillante.
Ergo, los análisis que pueda hacer son onanismos intelectuales solo útiles a la auto indulgencia narcisa del objeto de su admiración que es Boric.
Es como una carta de amorsh...
Porqué un adulto funcional se enamoraría políticamente de un pelmazo incompetente como Boric?...
Tienes que ser más pelmazo para eso sin duda alguna.
Por ende, no tienen mucho valor, ni como base de la realidad ni predictivo.
Por eso están siendo masacrados. No son capaces de establecer con objetividad la realidad y por ende no pueden proyectar absolutamente nada.
Nadie que diga que el discurso de Boric fue brillante es capaz de establecer la realidad.
Si esto es lo que piensan en el gobierno, y creen que es el modo de conducirse, van a seguir siendo masacrados políticamente y electoralmente.
Más aún cuando surja la nueva centro izquierda OPOSITORA al gobierno. Ahí se terminan sus huevadas. Quedan reducidos a la completa irrelevancia que siempre representó el PC.
Ese es el cataclismo político que van a tener que enfrentar. Hoy la gente no tiene alternativas en la izquierda dura o ideológica más allá de los narcisos octubristas.
Cuando haya una oferta diferente... y ojalá decente.
ALL HELL WILL BREAK LOOSE...
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