Los hombres más poderosos de la Democracia Cristiana se juntaron hace 50 años en puestos clave para manejar las llaves de la oposición al gobierno de la UP: Eduardo Frei Montalva y Patricio Aylwin.
Frei Montalva, que en las parlamentarias de marzo había sido elegido senador por Santiago con la primera mayoría, asumió la presidencia del Senado el 23 de mayo de 1973. Y Patricio Aylwin, reelecto senador, fue elegido presidente del Partido Demócrata Cristiano el 12 de mayo de ese año.
Por ese tiempo —–mayo y junio del 73—, la estatización de la banca ya abarcaba el 90%. Y el traspaso de empresas al área social, mediante el resquicio de una ley dictada en 1932 por la llamada república socialista de 90 días de Carlos Dávila, sumaba 318 industrias o firmas de distinto tamaño.
Reformar la Constitución
Mientras el PS y el MIR, y una fracción del Mapu, presionaban para seguir avanzando “sin transar” hacia el socialismo y conseguir el “poder total”, Allende intentaba empujar todo tipo de fórmulas para seguir con su “vía chilena al socialismo” evitando el quiebre. En esas circunstancias se produce el nudo de la reforma constitucional.
En su discurso del 21 de mayo de 1973 ante el Congreso, dijo: “Hoy reitero, una vez más, que no vemos el camino de la revolución chilena en la quiebra violenta del aparato estatal. Pero la legislación vigente constituye un confuso e inarmónico sistema de normas, que carece de las condiciones necesarias para adaptarse a las nuevas circunstancias (...)”. Y acotó que “el gobierno ha elaborado un anteproyecto de Carta Fundamental”.
Lo que causó escozor en la DC es que ya a fines del 1971 había presentado un proyecto de reforma constitucional para que el proceso de traspaso de empresas y actividades económicas a dominio del Estado se incorporara con normas claras, al que Allende le hizo una serie de vetos. En marzo de 1973 le ordenó a la Contraloría General, con un decreto de insistencia, que tomara razón de otras 43 requisiciones de empresas, que el ente consideraba ilegales.
Fue entonces que la poderosa Democracia Cristiana ordenó a sus parlamentarios que siguieran con la enmienda constitucional. El 25 de abril una mayoría absoluta del Congreso rechazaba los vetos de Allende, y el 7 de mayo el Congreso enviaba al Gobierno el texto de reforma. Allende recurrió al Tribunal Constitucional, que se declaró incompetente. En un último intento, mandó a Contraloría un decreto promulgando parcialmente la reforma constitucional.
El 2 de julio la Contraloría le respondió que “no concuerda con las normas de la Constitución Política del Estado” porque, de acuerdo a ellas, “si las observaciones del Presidente de la República son rechazadas por el Congreso, el primer mandatario debe resolver si convoca a plebiscito, lo que no ocurrió, o bien promulga el mismo proyecto aprobado por el Congreso Nacional y no solo la parte que no fue observada mediante el veto, como sucede en la especie”. Según Genaro Arriagada en su libro “De la vía chilena a la vía insurreccional”, en ese momento “Allende había saltado fuera de la Constitución”.
Eduardo Frei, que al asumir la presidencia del Senado había dicho que “defenderemos las funciones y derechos del Parlamento, símbolo de la democracia y garantía del ejercicio de la libertad”, una semana y media después afirmaba en el 12º congreso de la DC en Roma que “Chile marcha al totalitarismo”.
El sábado 16 de junio de 1973, un centenar de mineros de El Teniente en paro desde más de un mes se manifestó en la Alameda, frente a la sede de la DC, porque el gobierno no los recibió pese a haber un compromiso. Frei estaba indignado por el ataque a su sede y por la represión a los mineros, con disparos desde un edificio, y declaró: “La autoridad no puede por una parte amparar atropellos y por otra querer desconocer los derechos de los trabajadores y burlarse de un partido político, el mayoritario de Chile, mientras ampara a grupos violentos e ilegales. El país es el testigo de lo que ocurra y también el juez”.
El 11 de julio hubo una sesión especial del Senado para debatir las denuncias sobre grupos armados y el hallazgo de explosivos y elementos en manos de militantes de la UP. Patricio Aylwin pidió “el inmediato desarme de los grupos armados, devolución de las industrias tomadas en los últimos días y la promulgación de la reforma constitucional que define las áreas estatal, mixta y privada de la economía”. Ya no tenía confianza en lo que decía el Gobierno porque eran “muchas las promesas solemnes que no se han cumplido (...) La Democracia Cristiana planteó expresamente estas cuestiones al promover el Estatuto de Garantías Constitucionales”.
Estatuto que la UP no cumplió, ratifica hoy el entonces senador Andrés Zaldívar. “Éramos muy críticos del manejo de la economía y lo que estaba sucediendo en la política en Chile. Sobre todo porque había lo que hoy día llamamos las dos almas en Allende: La expresión de su formación democrática de toda una vida, frente a otra parte del gobierno que estaba en avanzar sin transar, que estaba por la violencia. Él estaba al medio. El Poder popular era mayor en capacidad de decisión que el propio Allende, a quien le doblaban la mano todo el tiempo”.
La tensión aumentaba día a día hasta que se hizo insostenible. “Tanto Frei como Aylwin parecían no creer que existiría una solución institucional al conflicto político, lo que hacía crecer la relevancia de la situación militar”, dice el historiador Alejandro San Francisco, académico de la USS.
El 29 de junio se produjo el llamado “tanquetazo”, con la sublevación del Regimiento Blindado N.º 2, que llegó con tanques y carros de combate a La Moneda. El levantamiento fue sofocado, pero causó una veintena de muertes. Ya parecía no haber salida.
El historiador Joaquín Fermandois, sobre el poder que tuvo la Democracia Cristiana en ese momento, dice: “Negociar con la UP era entregarse al lobo. Escogieron no negociar con la UP, sino tratar de que la UP se rindiera, y eso ayudó al Golpe. Creo que fue hecho conscientemente”.
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ALLOW ME...
https://adyaner.blogspot.com/2023/01/pinoshe-is-dead-long-live-octubrismo.html
30 enero, 2023
Una de las cosas fascinantes de este periodo social y político es ver el efecto del 4S en distintos ámbitos, especialmente en lo que se refiere a la historia y Pinochet.
No sé si es un sesgo mío, pero ya casi no veo nada en la discusión política que coloque como argumento el que alguien sea o no pinochetista o que justifique el golpe.
La historia la escriben los ganadores.
Y los narcisos que están en el gobierno HOY NO SON los ganadores.
Si van con una retórica “pinoshé”, creo que los van a reventar miserablemente, y lo peor para ellos y los que vivieron de la vaca lechera política de los DDHH es que van a reventar literalmente a Allende que es el ícono de referencia de la lusha.
No sé si quieren hacer eso.
No sé si quieren exponer a su súper héroe a datos y reportajes de la historia con lujo de detalle de lo podridamente malo que fue el gobierno de Allende y que es lo que detonó finalmente el golpe.
Pero es lo que van a hacer. No controlan a la prensa, y estoy seguro de que en El Mercurio, La tercera y demás van a salir todos los Sábados y Domingos en los 3 o 4 meses anteriores al 11S con completos reportajes del gobierno de Allende, con artículos de la época y con lujo de detalle disponible masivamente como nunca antes lo había estado. Para encontrar datos o incluso diarios de la época es un mega cacho al que hay que acceder vía biblioteca nacional. Uno a uno. Ahora los periódicos van a hacer resúmenes para los millenials…
ARE YOU SURE?…
Eso puede ser el golpe mortal a las glándulas mamarias de la vaca lechera pinoshé y Allende héroe del pueblo.
HERE WE ARE...
Vamos a ver en vivo y en directo la demolición controlada de la figura de Allende en estos meses por parte de toda la prensa mainstream, y con ello la demolición de la centro izquierda actual que está asociada a Allende por supuesto, y peor aún, al octubrismo que hace esa alianza completamente tóxica en términos electorales.
La próxima centro izquierda va a tener que tener completa disociación de Allende y el octubrismo. Una izquierda moderna si eslóganes sesenteros huevones, de manera que muera el arbitraje octubrista, tal como murió el arbitraje pinoshé. Es la única manera de retornar a la normalidad política de la que gozamos por tantas décadas.
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"Dos almas de Allende", "dos almas de Boric", me suena, es como un paralelismo.
ResponderEliminarAsí que si el merluz0 la embarra enormemente, posiblemente terminará de la misma forma que Allende, salvo que en vez de ser con un pronunciamiento solo sea con su destitución cómo le ocurrió a Castillo en Perú.
Esa izquierda que dices "moderna xD" no existe, quizás es una izquierda disfrazada esperando el momento de. .La única izquierda que hay es la que desea tomarse el poder tal como en Cuba.
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