“Como Presidente de la República, tengo la convicción de que es preferible un acuerdo imperfecto que no tener acuerdo”.
Con esas palabras el Presidente Gabriel Boric confirmó esta mañana públicamente, desde La Moneda, la concesión que -en privado- ya ha hecho su alianza de gobierno en el marco de las negociaciones para un nuevo proceso constituyente y que implica un giro en la postura que había defendido el Mandatario en las últimas horas. Se trata de un organismo mixto con expertos designados, como ha insistido la oposición, y no uno 100% electo, fórmula que solo el viernes pasado tanto el Jefe de Estado como su sector habían definido como una línea roja.
El sábado, de hecho, el Mandatario defendió públicamente esa integración, mientras que el timonel de su partido -Convergencia Social (CS)-, Diego Ibáñez, insistió ayer en que la idea de un órgano con integrantes electos por la ciudadanía era lo que daría las garantías democráticas al proceso. Sin embargo, ya desde el viernes pasado se había comenzado a negociar un órgano híbrido, cuando la derecha planteó su última propuesta que consistía en 50 electos y 50 designados.
Así, el giro de Boric viene a hacerse cargo de un inminente acuerdo en torno a una convención mixta, a solo horas de que él y sus coaliciones asumieran como caballito de batalla la defensa de un órgano 100% electo. La señal se da luego de que la derecha acusara a la colectividad del Mandatario de una supuesta “intransigencia” en las conversaciones que se vieron frustradas anoche.
“Nosotros desde la alianza de gobierno hemos defendido con mucha fuerza el principio democrático, y entendemos que para la actual oposición es importante el tener una convención mixta, en donde existan expertos designados por el Congreso. No es lo que a nosotros como alianza de gobierno nos gustaría, y hemos defendido hasta el final la importancia de un órgano 100% electo”, agregó Boric.
En La Moneda explican que el giro del Mandatario responde a un “sentido de realidad” y a que su principal compromiso siempre ha estado en que se llegue a una nueva Constitución. Las mismas fuentes aseguran que el Jefe de Estado está consciente de que las negociaciones están encaminadas hacia allá y si bien sigue creyendo que un órgano 100% electo entrega mayor legitimidad al proceso, ante la insistencia de la oposición e imposibilidad de lograr un consenso distinto, se hacía necesaria la concesión de su sector para evitar que el país termine sin un acuerdo. Asimismo, como ha reiterado, considera que esto no se puede seguir dilatando.
Las palabras de Boric, además, era lo que tanto sectores oficialistas como opositores esperaban para destrabar las tratativas y, de hecho, algunos interpretan que podrían facilitar que el pacto constitucional se selle -en lo grueso- este miércoles. “Nuestro fórmula ya fracasó y, por tanto, debemos tratar de lograr el mejor acuerdo posible y si eso es un órgano mixto, tendrá que ser así”, dice un ministro del gabinete que ha conversado con el Presidente sobre cómo enfrentar la disyuntiva.
Los negociadores toman la señal del Mandatario con optimismo. Ayer se vieron obligados a suspender la mesa negociadora debido a la imposibilidad que tuvieron los bloques para ceder y firmar el acuerdo. La jornada estuvo marcada por una última propuesta que concitó el apoyo de Chile Vamos, la DC, Amarillos y Demócratas. Esta fue la historia sobre cómo se gestó la última idea que se puso sobre la mesa.
El triunvirato Ramírez, Insunza y Undurraga
Pasadas las 19.00, la mesa negociadora estaba totalmente entrampada y los ánimos cada vez estaban más agotados. De hecho, en ese momento los dirigentes de partido ni siquiera discutían la fórmula mixta, sino que seguían dando vuelta en las alternativas que ya habían sido desechadas porque Chile Vamos había comunicado que no tenían piso, por ejemplo, con la ratificación de los expertos en las urnas.
El escenario se veía totalmente desalentador. Fue en ese contexto que el presidente del Senado, Álvaro Elizalde, en su rol de moderador y articulador de posiciones, pidió la palabra y dijo que tomando en consideración que los diálogos estaban siendo infructuosos, proponía armar grupos de debate más chicos y cruzados, es decir, con representantes de las fuerzas del Apruebo y del Rechazo. La mesa aceptó.
A continuación Elizalde armó un subgrupo que, con el paso de los minutos, se transformó en el núcleo más relevante para darle oxígeno a los negociadores. A una sala más pequeña se trasladaron Ibáñez, el negociador del PPD Jorge Insunza y el timonel de la DC Alberto Undurraga. Por Chile Vamos se sumó el diputado UDI, Guillermo Ramírez, y el presidente de RN, Francisco Chahuán.
Ese minigrupo comenzó de inmediato dialogando sobre los puntos que impedían cerrar con éxito el acuerdo. Testigos del encuentro relatan que de los cinco hubo dos personeros que estaban especialmente rígidos. Por un lado el timonel de CS -quien seguía pegado en defender el órgano 100% electo- y Chahuán, quien mientras más pasaba el tiempo más extremo se volvía en sus posturas.
Como estos dos extremos estaban contaminando las tratativas, fue Ramírez quien propuso que ambos parlamentarios se fueran de la sala y pudieran conversar en el pasillo. El diputado, según fuentes conocedores de lo que pasó en este momento, les dijo que si en ese diálogo más personal lograban acercar sus posiciones, que volvieran a entrar para informar de esos avances.
Apenas salieron, Ramírez tomó su computador, junto con Insunza y Undurraga, y empezaron a sistematizar las posiciones de cada una de las partes. En cosa de minutos los tres negociadores llegaron a una fórmula numérica que pudiera, al menos a juicio de ellos tres, concitar apoyo. Ese fue el verdadero origen de la propuesta 70-36.
El número no fue al azar. La DC había dicho días atrás que se abría a aceptar un órgano mixto, solamente si respetaba una proporción 2/3 de electos y 1/3 de expertos designados. A esa composición habría que sumarle los escaños reservados indígenas. Estos cupos especiales se sumarán a los representantes electos y serán proporcionales a la votación obtenida por los pueblos originarios. Las simulaciones de Ramírez, Insunza y Undurraga concluyeron que estos escaños irían en un rango de entre dos y seis asientos. Si logran el mínimo, el órgano quedaría con 72 electos y 36 expertos designados, justo la proporción 2/3 y 1/3.
Llegado a ese momento el subgrupo consideró que estaban en condiciones de compartir este nuevo camino con el resto de las fuerzas políticas. Ramírez fue el encargado de exponer ante Chile Vamos, Demócratas y Amarillos y Undurraga lo hizo con la alianza de gobierno.
Cuando el diputado gremialista expuso ante la oposición, los partidos comentaron la idea y se hicieron los llamados a las bancadas respectivas. Luego de ese sondeo, la derecha concluyó que pese a las resistencias sí tenía piso político, podían comprometer los votos y, por lo tanto, se sumaron al barco.
Las trabas llegaron por parte del oficialismo. Pese a que la idea tuvo buena recepción en sectores de Socialismo Democrático como el PS y el PL, fue la voz de Apruebo Dignidad la que se impuso. La alianza de gobierno estuvo mucho rato reunida sin salir con una respuesta. Pasadas las horas, ambas partes se volvieron a juntar en la sala común.
Fue en ese momento cuando el oficialismo respondió la oferta, la rechazó y de vuelta dijo que ellos solo aceptarían una fórmula 75-32 más escaños reservados indígenas proporcionales a la votación. En la alianza de gobierno consideraron que la derecha no estaba “valorando lo suficiente” la apertura del sector al órgano y que por eso iban a dar una dura pelea para aumentar lo más posible la cantidad de escaños electos.
Ahí se abrió la palabra y el tono empezó a subir. Del oficialismo todos guardaban silencio excepto Ibáñez. El timonel de CS transmitió que no tenía piso para apoyar un 70-36 ya que sus bases no lo aceptarían jamás, por lo tanto, estaba amarrado de manos. Ante el silencio de los otros dirigentes oficialistas, fue la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, quien se sumó a respaldar las palabras del líder frenteamplista.
La intervención de Piergentili fue leída por la derecha como un gesto de lealtad hacia Boric. Pese a que el PPD siempre estuvo a favor del órgano 100% electo, ha transmitido flexibilidad para aceptar el órgano mixto. Además si la propuesta 70-36 fue ideada por Insunza, no tenía sentido que Piergentili no la respaldara.
Como el asunto no avanzaba e Ibáñez lograba con éxito que su sector no cediera, Ramírez -hastiado de los nulos avances que se estaban consiguiendo- hizo una pregunta retórica emplazando a la oposición. Les preguntó indirectamente si creían que hoy podían avanzar o si sentían que todo esto tenían que trabajarlo con sus bases. Si el primer escenario era efectivo, valía la pena seguir con la mesa, pero si en realidad necesitaban bajar el asunto a sus partidos, entonces lo mejor era darse unos días, conversar con las colectividades y retomar los diálogos el lunes. Ante la desesperación el oficialismo hizo la última oferta: un órgano 70-30. Ya era tarde y la idea no flotó en la derecha.
Apenas Ramírez lanzó la opción de retomar el lunes, la alianza de gobierno se puso en estado de alerta. Lo mismo pasó en Chile Vamos. De hecho, dos negociadores de la derecha comentaron que la jugada podría ser un arma de doble filo ya que se instalaría la imagen de que era la oposición la que estaba quebrando la mesa y dilatando el acuerdo. Para evitar que se difundiera esa intervención, Ramírez se puso de pie y prendió su micrófono.
“¿Diego, hay posibilidad de llegar a acuerdo hoy?”, gritó Ramírez hacia el otro lado de la sala donde se encontraba Ibáñez. La respuesta llegó de inmediato. “No”, respondió el líder de CS, según tres fuentes presentes en ese momento.
La respuesta fue tan categórica, que Elizalde se activó para contener el ambiente. El líder del Senado tomó la decisión de suspender la mesa negociadora y propuso a los partidos retomar los diálogos este miércoles a las 14.00 horas.
Ya a esta altura parece una pendejaría. O un pissing contest.
Honestamente no entiendo la lógica de esta gente, salvo la de querer postergar a propósito las elecciones.
Es lo único que me hace sentido. Todos los cálculos huevones que puedan hacer los votantes se los pueden mandar a volar por los aires. Tal como pasó en el de entrada, y mucho peor aún en el de salida.
La derecha no va a aceptar escaños reservados ni menos 100% de organismo electo.
La izquierda daría la impresión que está dispuesta a aceptar un porcentaje del tipo 80% electos más escaños reservados.
No hay punto de encuentro en eso. Y aún faltan las discusiones sobre las jurisdicciones o divisiones electorales, y los requisitos de los candidatos.
No veo el punto, pero en serio.
Que los partidos de izquierda quieran un 100% electo o lo más cercano a ello indica una de dos cosas.
Que en serio creen que el 4S fue un accidente, y ahora si que si…
o…
Tienen claro lo que significa 4S y las consecuencias electorales y saben perfectamente que 100% o escaños reservados no es aceptable para la derecha y por ende van a victimizarse y postergar el acuerdo lo que crean necesario para que la gente olvide el voto o las razones por las que votaron el 4S.
A esta altura no puedo leer a los narcisos. Dan razones para creer cualquier de las dos.
Pero cualquiera de las dos garantiza una casi imposibilidad de acuerdo, particularmente porque los que están contra la pared ahora son los narcisos y la oposición.
Para llegar a un acuerdo la oposición tendría que ceder MUCHO, y honestamente no veo ninguna razón lógica para ello.
Puede ser por supuesto, la cantidad de mierda fluyendo bajo cuerda debe ser astronómica, pero en términos lógicos no se ve una salida.
Como siempre, veremos. No sabemos hasta que punto son las conexiones internas entre todas las fuerzas políticas en el pozo séptico que es el congreso.
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Nose, yo encuentro a la derechita cagona totalmente entreguista, sino recordar como fueron corriendo Chaguan y Macalla el 5 de septiembre a consolar al Merluzo
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