“Oficina en arriendo ubicada estratégicamente en el corazón de Santiago Centro, en un lugar único, a pasos del Palacio de La Moneda, del Centro Cívico, entre San Ignacio y Lord Cochrane”. Así comienza el aviso inmobiliario que ofrece en arriendo el edificio de Alameda 1460. Hasta ahora, más conocido como la sede principal de la Democracia Cristiana.
Es una decisión —que se enmarca en un plan que también incluye la venta de otros inmuebles— que en la directiva desdramatizan: fue más bien un acto de pragmatismo, pues hay que ordenar las finanzas del partido, dicen.
La DC tendrá que encontrar un nuevo hogar, pero no es esta búsqueda la más apremiante que tienen por delante. Dentro y fuera del partido ronda otra pregunta: su dirección y su domicilio, pero en términos políticos.
Nuevas esperanzas… y un plan
Nadie intentaría siquiera discutir que la DC ha visto mejores días. Con una representación parlamentaria considerablemente disminuida —hoy tienen cinco diputados incluyendo a un independiente, lejos del tercio de la Cámara que tuvieron a inicios de los años 90— y nuevos referentes políticos como Amarillos y Demócratas disputando el centro, la colectividad vive momentos complejos.
De ahí que el arribo de Ricardo Cifuentes a la presidencia de la Cámara de Diputados fuera motivo de festejos tales que la pequeña bancada subiera, con bandera del partido y todo, a celebrar a la testera. En Whatsapp y conversaciones del partido, dicen, la esperanza también se sintió. “Qué bueno que esté ahí”, “ahora tenemos que mostrar nuestra propuesta”, era el tono de los comentarios.
Pero la pregunta, ahora, es qué propuesta es esa.
Hay una, o al menos, algunos esbozos. Los esfuerzos, explican en la falange, están puestos en cuatro focos. Los tres primeros tienen que ver con asuntos más bien internos: la preparación del próximo congreso ideológico del partido, sus próximas elecciones internas territoriales —que interesan especialmente para medir el músculo electoral, la “infantería” con la que cuentan— y el orden de los asuntos administrativos y financieros, arista en que se encuentra, por ejemplo, el asunto de las propiedades. El cuarto foco es probablemente el más difícil: volver a tener incidencia.
“Hemos estado reestructurando nuestro partido, para en un primer paso volver a tener incidencia, como la tenemos en la Cámara, en el Senado y en la Asociación de Municipios, para construir y lograr una temporada de acuerdos. Y, en un segundo paso, volver a soñar en grande y construir, junto con otros, un proyecto político, económico, social y cultural que vuelva a recuperar la confianza ciudadana y pueda ser alternativa de gobierno”, dice el timonel Alberto Undurraga.
La incidencia que busca el partido también pasa, según el diseño que tienen, por tener un rol y una voz en lo que identifican como los temas de mayor interés ciudadano, como las pensiones o la salud. No es casualidad, de hecho, que cuando el lunes la mesa de la Cámara le hizo una visita protocolar al Presidente Boric en La Moneda, luego Cifuentes le aprovechara de hacer una propuesta: usar recursos del litio para reforzar el trabajo en torno a las listas de espera.
En debates álgidos como el de la reforma previsional y el pacto fiscal, lo que quieren es ser un “factor de acuerdos”, un objetivo que los ha llevado a estar a veces en sintonía con el Gobierno —pidieron al ministro Marcel, por ejemplo, incluir transparencia y crecimiento como focos en el pacto fiscal— y otras en veredas opuestas, como pasó con el portazo a las cuentas nocionales en el debate previsional.
En otros momentos, interpretar si había o no match con el Ejecutivo ha sido más difícil… como cuando esta semana el diputado y presidente del partido, Alberto Undurraga, dijo sobre el 6% de cotización adicional que “nosotros hemos dicho 3 y 3, pero si las cifras son distintas, estamos dispuestos a un acuerdo. Si es 4 y 2 o 2 y 4, es parte de la conversación”. Aunque la frase ponía dos ejemplos distintos de distribución, la parte del “4-2” ya tenía a algunos oficialistas abriendo la champaña, pero a otros, incluso en la misma DC, extrañados.
Amigos, sin pololeo
La frase generó ruido entre quienes se preguntaban qué razones podía tener el partido para facilitarle así la vida al Gobierno.
No ha sido la única ocasión, en el último tiempo, en que la pregunta ha surgido. También apareció a propósito de los casos de corrupción por convenios —algunos echaron de menos una condena mucho más dura— o cuando Undurraga adelantó que rechazaría la acusación constitucional contra el ministro de Educación.
Lo que subyace es una discusión que ya lleva meses: qué tipo de relación tiene que mantener el partido con el oficialismo y si deben o no acercarse más.
Oficialmente, la respuesta sigue siendo un no. En lo formal, la DC continúa fuera de la coalición… algo que siguen haciendo ver. El nuevo presidente de la Cámara, por ejemplo, a diferencia de su antecesor, no participa de las reuniones de comité político los lunes en La Moneda.
“No hemos variado en nuestra posición, que algunos le llaman colaboración con autonomía y otros le llaman oposición constructiva. Nuestro propósito es contribuir a que haya acuerdos en los temas fundamentales: seguridad, pensiones, salud, en los temas de pacto fiscal. Esos acuerdos significan decir que en algunas cosas estamos de acuerdo con el Gobierno y en otras estamos en desacuerdo”, asegura Undurraga.
El diputado Cifuentes sí ve una evolución y dice que lo que hoy existe es una relación de respeto. “Ya dejamos atrás esta cosa media insultante del Presidente al inicio, cuando nos excluyó sin nosotros haber querido estar adentro. Le hemos dicho de varias maneras que nos dolió eso, porque fue un insulto gratuito, y que permanecemos en nuestra tesis de que la DC va a estar fuera de este gobierno porque hay cosas que no comparte, pero sí hay otras que comparte y en las que quisiéramos impulsar reformas estructurales. En esas, le hemos señalado en todos los tonos al Gobierno que estamos disponibles para avanzar”.
Según los dirigentes del partido, a nada concreto llegaron, en todo caso, los acercamientos que oficialismo y DC tuvieron después de la elección del 7 de mayo, cuando personeros del Gobierno comenzaron a decir incluso públicamente que les gustaría ver al partido en sus filas.
El coqueteo no llegó a puerto, y entre los que querían ver una invitación más oficial y los que no querían sumarse, el partido habría acabado por transmitir al oficialismo que si querían estar en paz, lo mejor era dejar las cosas como estaban, pues la insistencia podía acabar por enredar más el escenario y complicar la interna de la DC.
¿Puerta cerrada por completo? Quizás sí, quizás no. El jefe de bancada y diputado Eric Aedo dice que “no se ha retomado esa conversación y yo creo que sería importante, por la época que estamos viviendo de polarización, retomar ese tipo de diálogo más político, más general”.
“Hasta acá, no ha habido desde La Moneda nunca una invitación directa a bailar este tango entre dos. Y mientras no te invitan a bailar tango, no hay respuesta que dar”, añade.
El senador Iván Flores (DC), el mismo que en mayo había reconocido que su partido había “estado pololeando” con el Gobierno, ve un panorama distinto al de hace algunos meses: “Tenemos una oposición que se endurece y un oficialismo que se rompe, con fuego amigo y desde dentro, y la DC claramente está al medio, dado que el Gobierno no nos quiere dentro y yo veo que hoy día ese cariño malo es recíproco”.
“No obstante, hasta el momento creo yo que desde fuera hemos sido más leales con el Gobierno que sus propios partidarios. Y la razón es súper simple: porque no estamos pidiendo nada. Estamos apoyando los proyectos que son buenos, y les estamos criticando duramente los que creemos que son malos”, añade.
Atisbos de pololeo hoy no ve… puede que “algo de agradecimiento a nuestra consecuencia, pero no hay atracción fatal posible”, dice Flores.
“Podremos ser buenos amigos, pero hasta ahí. Ni pololos, ni mucho menos amigos con ventaja”, resume.
Fuera del asunto de la coalición actual y las definiciones para las elecciones del próximo año —donde la DC podría jugarse la supervivencia y buscarán coordinarse con el oficialismo— en el partido tienen claro que hay una discusión de más largo plazo sobre quiénes son sus socios. La conversación está abierta y hay distintas opciones que se han sugerido, como buscar una alianza de centroizquierda, que básicamente depende del camino que elija el PS y los aires que tome el PPD con su nueva directiva, o ir en búsqueda de ex-DC que hoy no militan en nuevos partidos y están en cargos de mayor figuración, como es el caso del gobernador de la RM, Claudio Orrego.
Rumbo al congreso ideológico
Hace casi un año, al interior del partido comenzó un trabajo que ha pasado más bien desapercibido fuera de la DC: la preparación del VI congreso nacional, que debería realizarse en enero.
La instancia retoma el hilo en que había avanzado antes la exministra Laura Albornoz, quien en su minuto estuvo a cargo, pero más tarde renunciaría al partido. El último congreso se hizo en 2007 y, más de una década después, el proceso volverá a abrir la discusión doctrinaria, ideológica y también organizacional en la colectividad, que busca identificar cuáles son hoy sus banderas.
“Lamentablemente el partido muchas veces no ha tenido una sola visión respecto de cómo enfrentar los desafíos que el país nos demanda (...) la gente nos ve divididos, en conflicto y hemos tratado de trabajar en eso también, en poder buscar un diagnóstico común que nos permita tener una propuesta clara”, dice Diego Calderón, presidente del VI Congreso DC y exlíder de las juventudes del partido.
En el marco de los preparativos se han armado comisiones, se encuestó a los militantes en una primera etapa de consulta y por estos días está finalizando una fase de “encuentros comunitarios de base”, similares en su formato a los encuentros autoconvocados del proceso constituyente del gobierno de la expresidenta Bachelet. También se han generado insumos como el documento “La Democracia Cristiana y la sociedad chilena. Un relato para el congreso ideológico”, que emergió del trabajo de la subcomisión Doctrinaria Ideológica.
En sus 28 páginas, plantea varias ideas en torno a las definiciones que deberán abordar en el congreso. El texto dice, por ejemplo, que “cualquier proyección y revitalización organizacional y política de nuestro partido pasa necesariamente por tener la humildad de reconocer nuestras contradicciones y errores de la última década (a lo menos), los que no pueden ser soslayados por el sin duda exitoso rol que cumplimos en la transición democrática”. “Si reivindicamos nuestros fundamentos y razón de ser; si damos a conocer nuestras propuestas de manera nítida y las desplegamos entre la ciudadanía, muchos otros las van a percibir, valorar y hacer suyas. Solo cuando la DC se reconozca y actúe de acuerdo con lo que es, recuperaremos el respeto y reconocimiento ciudadano”, señala otro de los puntos.
Es un insumo “abierto al debate”, dicen los organizadores del congreso, y la idea es que los militantes puedan hacer observaciones, criticarlo, cuestionarlo incluso si quieren, de cara al encuentro de enero. Allí, estas discusiones y otras serán parte de la conversación en que la DC intentará nuevamente encontrar el rumbo perdido… ¿lo logrará?
Interesante lo de la DC.
Sería equivalente a una marca con muy buenos productos anteriores, o al menos con la memoria o percepción de ello, y que ahora saca productos podridos de malos y con mala imagen de los productos actuales que no los consume nadie.
Creo que el problema de la DC aún es solucionable. O sería.
Tiene una marca extraordinaria en una base de votantes aún sustantiva que es la gente que salió con edad de voto post dictadura. Que no es el caso del FA, por ejemplo. Su marca está podrida y sus productos aún peores en percepción. No hay como reparar eso.
Lo que tienen que hacer en la DC es cambiar los productos promocionados. Que en este ámbito serían los políticos que los representan.
No puedes tener a Flores, Aedo, Huenchumilla y Provoste como cabezas políticas. Es como tener a Mercedes siendo promocionados con productos Ladas o Ponys.
El problema es que ellos son los directivos ahora, y por supuesto no van a cambiar.
Da lo mismo el congreso ideológico. La DC tiene una marca demasiado poderosa como para necesitarlo.
Simplemente se tiene que convertir en oposición a los narcisos y sacar a los flaites de la DC que son estos giles que están al mando.
Me recuerda a Apple y Steve Jobs.
Cuando sacaron a Steve Jobs, produjeron pura mierda y casi quiebran. Cuando volvió Steve Jobs, se transformaron en la mayor marca tecnológica del mundo, por mucho. Porque los consumidores de Apple tenían la memoria de los productos originales de altísima calidad e innovación. Solo bastó que volviera la vieja administración de Jobs con los estándares de calidad antiguos para que volvieran a consumir tanto o más que antes.
Lo mismo en la DC. Tienen que traer de vuelta a Frei, Boeninger y el resto de la banda de élite y sacar a estos flaites de la dirección. Todos los votantes de la DC aún están ahí. Solo están esperando a Steve Jobs de vuelta.
Como eso no va a suceder…
They are fucked…
Van a tirar por el tacho de la basura una marca extraordinaria.
Veremos quien es el Microsoft de la DC…
Demócratas?…Amarillos?…RN?…Evópoli?…una alianza entre todos ellos?…
Que hizo Microsoft para quitarle a Apple todos sus consumidores de PC?
Copiarle todo mientras se estancó sacando otras huevadas. O intentarlo. Y dejando abierto a terceros opciones de SW.
Que hizo Apple para recuperar el cetro?…
Abarcar otro mercado que el de los PC´s. Los Ipods. Y después los celulares.
Jobs entendió que ya no podía competir ahí, al menos para ganar.
La DC tiene que entender que ya no puede competir con PC´s en el mercado en el que está. Esos los van a vender amarillos y demócratas. Tiene que sacar Ipods y Iphones para su consumidor original.
Que significa, para mi, que tiene que colocar gente joven de centro izquierda sofisticada a la cabeza. No reggaetoneros flaites.
Tienen que hacer scouting de talento político joven y atractivo a la gente de clase media aspiracional. Pero con una nueva directiva.
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Tendrían buenas posibilidades con Frei y un grupo de buenos profesionales cómo los tenía su gobierno: cortázar, Alvear, etc.
ResponderEliminar"Que hizo Apple para recuperar el cetro?…
ResponderEliminarAbarcar otro mercado que el de los PC´s. Los Ipods. Y después los celulares."
Pero ojo, que primero Jobs ordenó la casa mandando a eliminar todo lo que en ese momento no era el core de Apple y enfocándose en hacer que Mac volviera a ser bacán, consiguiéndolo.
Sin eso no hubiéramos tenido después iPods ni iPhones y Microsoft se hubiera tomado el mercado de smartphones que recién estaba naciendo, sino pregúntale a todos los ejecutivos que antes de usar iPhone tuvieron teléfonos con Windows Mobile.
Como detalle, si revisas statcounter u otro sitio de estadísticas de su tipo, te mostrará que casi el 10% de los que usan equipos de escritorio y notebooks en el país usa Mac (casi el doble que en el resto de Latam pero la mitad que en los Estados Juntos) y el 20% usa equipos con iOS (iPhones, ipads y algún que otro iPod touch)
Adyaner ¿Viste la noticia en emol sobre que el dólar subió un 22% y los bonos cayeron? Mano negra o simplemente mercado?
ResponderEliminarAdyaner ¿Viste la noticia en emol sobre que el dólar subió un 22% y los bonos cayeron en Argentina por el triunfo de Milei? Mano negra o simplemente mercado?
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