Un diputado que habló del "Museo de la Mala Memoria" y de la "supuesta búsqueda" de diputados desaparecidos hizo estallar otra vez la discusión sobre el negacionismo en la Cámara de Diputados. Esta vez, un grupo de diputados de la izquierda y centroizquierda buscará que el reglamento de la Corporación sancione a quienes pronuncien ese tipo de dichos, aunque el argumento no convence a todo el sector. El debate se enmarca en la tensión que se ha vivido en el hemiciclo, con gritos, emplazamientos, interrupciones y sesiones suspendidas en solo una semana desde que asumió el diputado Vlado Mirosevic al mando de la testera. En uno de esos conflictos, el diputado republicano Cristián Araya profirió los dichos sobre el Museo de la Memoria y la búsqueda de los DD.DD, lo que fue incluso criticado por la ministra Segpres Ana Lya Uriarte en una declaración que difundió este miércoles. "Referirse a una ‘supuesta búsqueda’ de detenidos desaparecidos constituye el principio de una conducta gravísima socialmente como es el negacionismo, que debe ser fuertemente rechazada", aseguró. Asimismo, la diputada Daniela Serrano (PC) fue tajante sobre la postura de su partido: "seguir amparando un discurso negacionista, incitador al odio, creemos que no se debe admitir en el fuero y por eso vamos a proponer modificaciones muy drásticas al reglamento cuando se le está faltando hoy el respeto a la convivencia democrática de la Cámara y a la memoria histórica de nuestro país", dijo. La historia tuvo otro hito la semana pasada, cuando la diputada Carmen Hertz (PC) acusó a su par Cristián Labbé (UDI) de "negacionista" durante una intervención, lo que provocó a la bancada de la centroderecha, a quien Hertz intentó callar diciéndoles "cállense, jaurías". Por esos días, la diputada Mercedes Bulnes (Ind. FA) ingresó una propuesta de modificación de la normativa interna que consagra una multa de hasta un 30% de la dieta mensual para los diputados que expresen "declaraciones injuriosas o negacionistas respecto de los delitos de lesa humanidad fehacientemente acreditados por sentencias judiciales o informes de Derechos Humanos (Rettig y Valech)". No es solo su propuesta: entre las firmas están Hector Barría (DC), Helia Molina (PPD), Erika Olivera (RN), Catalina Pérez (RD), Marcela Riquelme (RD), Clara Sagardía (Ind. FA), Carolina Tello (PC), Nelson Venegas (PS) y Gonzalo Winter (CS). La mirada en las bancadas La discusión es sumamente compleja porque ya hay varios antecedentes al respecto, incluso un proyecto que quedó truncado. El debate sobre este tema en la Convención Constitucional, por ejemplo, fue extenso y no prosperó tras las decenas de críticas sobre estar disminuyendo la libertad de expresión. Además, en 2020, la Cámara tramitó una propuesta de ley que sancionaba penalmente el justificar, aprobar o negar las violaciones a los derechos humanos producidas entre el 11 de septiembre de 1993 y el 11 de marzo de 1990, pero fue llevado al Tribunal Constitucional por parte de un grupo de diputados de derecha y este organismo lo declaró inconstitucional. El jefe de bancada de los republicanos, José Meza, recordó que "durante la discusión de la Ley de Negacionismo, en representación de una organización, tuve la posibilidad de exponer en el Tribunal Constitucional en donde me opuse al establecimiento de este concepto, porque niega de entrada la posibilidad de disentir respecto a hechos históricos y posiciones políticas. Nos vamos a oponer al establecimiento de concepto, porque bajo el concepto de negacionismo lo que se hace es decir por secretaría qué se puede decir y qué no". El diputado Gustavo Benavente (UDI) también está en desacuerdo, argumentando que atentaría "gravemente" a la libertad de expresión. "Sería establecer una censura previa, lo que es inconstitucional y éticamente reprochable. En el PC y el FA no tienen cara para tratar de modificar el reglamento, toda vez que la última modificación del reglamento fue para que los diputados se hicieran un test de drogas, obligación que parte del FA y el PC se negaron a acatar", dice. Además, critica que "no pueden hablar de negacionismo los mismos que niegan sistemáticamente las violaciones de los derechos humanos en Cuba, Nicaragua y Venezuela". En eso hace foco el jefe de bancada de la DC, Eric Aedo, que comenta que está de acuerdo con sancionar el negacionismo, pero "todo negacionismo". "Todo negacionismo debe ser sancionado, no solo utilizarlo políticamente como que es una acción que solo la derecha puede producir. También la izquierda tiene acciones negacionistas cuando niega por ejemplo violaciones evidentes a los derechos humanos en otras sociedades, incluso Latinoamérica. Eso también debe ser sancionado, porque si no, utilizas el reglamento como un arma política solo hacia un sector político". Por ese motivo, Aedo considera que una modificación de este tipo podría llegar a ser inviable si no se deja una definición amplia que no solo apunte a sancionar a la derecha. En el PS, en tanto, reconocen que a raíz del clima en la Cámara de Diputados, es necesario modificar el reglamento y aumentar las sanciones a quienes agredan. Pero si el negacionismo entrampa esa discusión, mejor dejarlo fuera y avanzar por otro lado. "El negacionismo hay que condenarlo, siempre es necesario, es una actitud reprochable, sobre todo cuando es temeraria, pero en esto siempre es difícil fijar el límite de qué es negacionismo, entonces si nos va a entrampar una discusión reglamentaria más amplia, creo que tenemos que llegar por otro lado a eso", explica el diputado Tomás de Rementería (PS). En este sentido, el diputado Mauro González (RN) afirma que "hay que tener mucho cuidado con aquellas medidas que buscan instalar una censura previa en la Cámara. Estoy de acuerdo en avanzar con sanciones más duras en el reglamento, cuando haya agresiones verbales o físicas entre colegas, pero analizaría con bastante detención aquellas modificaciones que buscan tipificar el “negacionismo” u otras expresiones. Debemos ser objetivos". La jefa de bancada del PDG, Yovana Ahumada, agrega que "hay que ser bastante cuidadosos al momento de determinar algo así", sin perjuicio de que "estoy de acuerdo en que se modifique el reglamento para elevar las sanciones a quienes agredan verbalmente o incurran en acciones violentas en contra de alguno de sus pares". A juicio de De Rementería, la alternativa podría ser "que la Comisión de Ética sancione cuando hay estos negacionismos temerarios, porque creo que hay fundamentos para hacerlo dentro del reglamento actual. Pero en el fondo, hacer una definición clara de negacionismo será bastante difícil que lleguemos a acuerdo todos los comité". "Negacionismo temerario", de acuerdo con el parlamentario, podría ser "cuando se habla de que en Chile no hubo una dictadura o no hubo violación de derechos humanos, o se niega la existencia de los detenidos desaparecidos".
Los ganadores escriben la historia…
Y el espíritu de revancha es insuperable.
El PC y todo el resto de los que profitaron políticamente de Pinoshé y los DDHH por décadas ahora se encuentran en una batalla existencial por la relevancia de ese discurso, que es el único que tienen para justificarse políticamente.
A nadie le importan los DDHH y Pinoshé salvo muy justificadamente a los afectados directamente y sus familias. Conozco un par y el resentimiento es obvio, y lógico. Pero para todo el resto es historia antigua y en su mayor parte resuelta. El resto que dice estar afectado solo lo hace por un postureo político para parecer buenos y virtuosos y justificar su existencia política. O sus sociopatías y comportamiento antisocial.
Y ahora que el cada vez más odiado octubrismo está más fresco en la mente y asociado al PC directamente, que son los que tienen el discurso, van a ser toreados una y otra vez.
Era imposible que estos debates se hubiesen dado hace un año. Nadie se habría atrevido ni siquiera a suspirar algo como esto.
Lo dicho desde hace rato. Los progres antes tenían carta blanca para decir barbaridades y cancelar a todos los que no estuvieran de acuerdo, y tenían a todos aterrados por ello.
Ese Zeitgeist cambió.
Con cada día que pase y con cada nuevo golpe de discurso contra los octubristas, todos se van a dar cuenta de que en realidad no pasa nada si los hacen bolsa, se burlan y hacen bullying finalmente.
Va a comenzar a ser cada vez más virulento ese ataque. Una vez que se huele debilidad, los tiburones mediáticos y las rémoras que los siguen van por todo.
What goes around, comes around.
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Hoy en día, no solo los ganadores reescriben la historia, sino que cualquier persona. Eso da pie a que historiadores y analistas escriban sobre los ultimos 30 años como el peor momento de la historia chilena, siendo que ante la cruda realidad, fueron los mejores. Todo pseudo escritor puede escribir hoy, como lo es el pseudo historiador baradit entre otros. Nos tomaron la cultura.
ResponderEliminarHoy en día, no solo los ganadores reescriben la historia, sino que cualquier persona. Eso da pie a que historiadores y analistas escriban sobre los ultimos 30 años como el peor momento de la historia chilena, siendo que ante la cruda realidad, fueron los mejores. Todo pseudo escritor puede escribir hoy, como lo es el pseudo historiador baradit entre otros. Nos tomaron la cultura.
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