En los últimos 16 años, la deuda de Chile, como porcentaje del PIB, se ha multiplicado por más de 10. Y el Ministerio de Hacienda espera que siga creciendo: alcanzaría 38,1% del PIB en 2023 y 41,2% en 2024, según lo contemplado en el marco de la discusión de la Ley de Presupuestos.
Pero este incremento de la deuda podría tornarse un problema para la calificación de deuda de Chile, a juicio de algunos economistas. En particular, si la proyección de crecimiento para el próximo año (2,5%) termina siendo demasiado optimista, como ha criticado parte del mercado y la oposición.
“La deuda pública bruta superará el 40% del PIB a fines de 2024, un umbral impensado hace solo un par de años, lo cual, sumado a débiles perspectivas de crecimiento tendencial, acentuará la presión a la baja en nuestra clasificación de riesgo”, dice Andrés Pérez, economista jefe de Itaú.
“No veo muy factible un crecimiento de 2,5% el próximo año”, agrega Felipe Alarcón, economista asesor de EuroAmerica. “Nosotros proyectamos una deuda acercándose al 43%, por lo tanto, estamos en una posición riesgosa de cara a una posible rebaja de calificación”.
Temor del mercado
Aunque varios descartan un recorte inminente, el mercado está viendo un mayor riesgo de aquello, o de recibir una perspectiva negativa por parte de algunas agencias (el paso previo a un downgrade) tras las proyecciones de La Moneda.
Arturo Claro, economista de Econsult, proyecta un crecimiento de 1,8% en 2024. De ocurrir, “los ingresos proyectados serán menores y, por lo tanto, el déficit podría pasar de -1,9% a 2,3% y la deuda como porcentaje del PIB, al 42,1%”, sostiene.
Claro reconoce que esto, por sí solo, podría no llevar a un cambio de clasificación, pero suma dos elementos: el crecimiento a largo plazo (2025-2028), que Hacienda espera en 2,4%, y que “es bastante más grande al del proyectado por el Comité de Expertos (2,1%) y el Banco Central (2,2%)”. Y costos de financiamiento que han subido decididamente: “Antes pagaba en torno a 4,5% de interés por un préstamo a 10 años, mientras que en los últimos seis meses el promedio ha sido de 5,5%”.
Joaquín Rhodius, director comercial de Betterplan, dice que las agencias están particularmente atentas a “la escalada en los últimos 10 años de la relación deuda/PIB”.Y la tendencia más amplia viene de más atrás: la deuda ha pasado desde el 3,9% en 2007 hasta casi 40% este año.
“Dada esta trayectoria y si se crece poco, es posible que haya o una rebaja o que haya una observación negativa de las clasificadoras”, señala Igal Magendzo, fundador de Pacifico Research. Cree, con todo, que el aumento de la deuda pública ha sido “bastante gradual a diferencia de otros países” y que mientras se mantenga el investment grade, no habría un efecto relevante en el mercado.
Paños fríos
Ahora, no todos ven un nuevo recorte como un riesgo inminente. “Es cierto que (en las proyecciones de Hacienda) se acelera un tanto el crecimiento de la deuda pública respecto al PIB, pero se mantiene a firme la convergencia a un número coherente con la nota crediticia de Chile, coherente con el objetivo de ir tendiendo a un equilibrio fiscal hacia los próximos años”, dice Sergio Lehmann, economista jefe de Bci. Asegura que “por ahora” no ve riesgos de rebaja en la calificación.
Pero reconoce que “el riesgo está más bien en que la economía no repunte, por escenario externo o tensiones internas, lo que llevaría a menores ingresos fiscales y, consecuentemente, un panorama en materia de balance más negativo”.
Joaquín Pérez García, socio de Deals de PwC Chile, recuerda que en los últimos downgrades, en octubre de 2020 de Fitch (A a A-), marzo de 2021 de S&P (A+ a A-) y septiembre de 2022 de Moody's (A1 a A2), “en todos los casos el incremento de la deuda pública y la ralentización del crecimiento fueron aspectos clave”.
Para Alarcón, “US$ 21.000 millones en nueva deuda es muchísimo”. Esto, considerando que US$ 3.900 millones de deuda vencen en 2024 (en BTP y BTU) y “no hay vencimientos de soberanos en dólares, por tanto, es un importante aumento en el endeudamiento neto”. Y recuerda que una menor clasificación o un outlook negativo implica mayores costos de financiamiento “y un deterioro generalizado de activos locales, incluyendo al peso chileno”.
Laura Ponce, analista de Humphreys Clasificadora de Riesgo, dice que “se puede decir que, ceteris paribus, un mayor endeudamiento, ligado con una economía con bajo crecimiento no son factores que favorezcan la calificación del riesgo soberano”. Pero, en su opinión, “podría ser presuroso asumir que un nivel de 41% pudiese llevar a una baja, en particular, cuando como política fiscal ya se ha fijado un techo de 45%”.
Lo que costó colocar la deuda chilena en grado de inversión para que estos cabezas huecas nos saquen de él…
Lo bueno es que la mayoría de la deuda es en peso. Y que está en las AFP´s.
Si no hubiesen existidos retiros, o no con la mecánica absolutamente estúpida con los que se hicieron, que fue liquidarlos en el mercado a sangre, no creo tendríamos ningún riesgo de nada en términos de clasificación.
Si salimos de grado de inversión tendrían que cambiar las reglas de las AFP´s supongo.
Pero eso está descontado.
Lo dicho siempre.
No se van a apropiar de los fondos. Los van a llenar de mierda, que en este caso será deuda chilena.
Por eso…
Get the fuck out…
Hay que hacer la pérdida en algún momento. Yo me comí la pérdida con la renta fija chilena en el tercer retiro cuando el TC dio el visto bueno.
Eso fue hace 2,5 años.
Mientras no exista un movimiento igual de monumental tanto en control de la deuda como en la legislación, incluyendo el que no existan NUNCA MÁS liquidaciones masivas de ella, no hay forma de que la renta fija chilena sea considerada bajo ninguna circunstancia refugio. O no uno de buena calidad al menos.
Si queremos volver al desarrollo y profundidad del mercado de capitales que teníamos en algún momento, tenemos que arreglar esto.
En términos de default o del estilo, estamos MUY lejos de ello, aunque si siguen aumentando las tasas de interés, y se siguen endeudando a dos manos, estaremos cada vez más endeudados, y las tasas NO van a bajar significativamente por mucho tiempo como para rolear por deuda más barata.
Llegamos al final del camino de la deuda soberana como instrumento para prometer huevadas y salirse con ello.
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