Indulto a la violencia

Compartir

Twittear

@elmercurio

Para la mayoría de la Convención, autores de graves delitos serían los verdaderos padres de la nueva Constitución.

Es ya un hecho que la Convención Constitucional está desbordando los límites de la normativa que le dio origen. La primera de sus resoluciones consistió en “ampliar” los cargos de dirección previstos en el artículo 133 de la Constitución, que contempla únicamente la elección de un presidente y un vicepresidente. En su segunda sesión, arrogándose una representatividad y atribuciones de las que carece, la mayoría adoptó un complejo acuerdo en relación con la amnistía que la extrema izquierda pretende para las personas que están siendo procesadas penalmente o han sido condenadas por graves delitos cometidos a partir del 18 de octubre de 2019.
El acuerdo califica a los autores de estos delitos como víctimas —se trataría en su opinión, y contra la de organismos internacionales especializados como Human Rights Watch, de “presos políticos”— e imputa a las fuerzas policiales y a todos los actores del sistema penal la comisión de una serie de crímenes: “Miles de personas fueron detenidas y sometidas a condiciones ilegales, acusadas de manera injusta, arbitraria e inhumana, mientras que otro gran número nunca tuvo un debido proceso ni la aplicación de la presunción de inocencia”. A diferencia de lo que ocurre con las otras decenas de miles de personas procesadas penalmente en el país, los parientes, amigos y personas cercanas a los convencionales deberían recibir un tratamiento expedito que resuelva a la brevedad su situación. Que los poderes del Estado acojan estas peticiones sería crucial para que “el proceso histórico que atravesamos funcione adecuadamente y sea reconocido como legítimo por los pueblos y naciones de Chile”.
Entre otros puntos, el petitorio comprende que el proyecto de Ley de Indulto General que se encuentra en el Senado se tramite “con la máxima celeridad” y que el Poder Ejecutivo le dé suma urgencia. Además, se reclama el retiro de todas las querellas interpuestas que invocan la Ley de Seguridad del Estado. Yendo más lejos aún, se insta a la “inmediata desmilitarización” de las zonas del país que algunos movimientos radicalizados llaman “Wallmapu”. En el caso de las regiones del Biobío, La Araucanía, Los Lagos y Los Ríos, el indulto tendría que ser aplicable desde 2001, pero solo “para los presos políticos mapuche”, a quienes en cualquier caso debería aplicarse en forma “preferente y obligatoria” penas distintas de la cárcel, por contraste con las aplicables para el resto de la población.
Este petitorio habla por sí mismo. Constituye la expresión fiel de una agenda de extrema izquierda, que reclama para los autores de hechos graves de violencia y para una parte de la población identificada por su etnia una serie de privilegios incompatibles con un Estado de Derecho. Si apenas dos días antes figuras como el constitucionalista Patricio Zapata advertían el riesgo de que la futura Carta Fundamental “se construya sobre la base de la impunidad de la violencia”, para la mayoría de la Convención ello parece no ser negativo. De hecho, ha decidido proclamar a quienes según ella serían los verdaderos padres del texto a proponerse al pueblo soberano: quienes incendiaron iglesias, el metro, la propiedad pública y privada, y cometieron otros delitos tanto o más graves, pero por una causa que consideraban buena.

La cantidad de ajís zurdos extremos en el trasero de esto que es parte de la portada de El Mercurio…

LOL…

Pero lamentablemente para la izquierda extrema del país, y afortunadamente para todo el resto, no tienen como sacarse esto. Atria dijo lo que dijo e implicó lo que quiso implicar. No fue sutil ni elegante en ello. Y una enorme mayoría de la constituyente lo respaldó, incluidos aquellos que uno podría catalogar como menos extremos.

Y es parte del contra ataque de la parte conservadora del país, que por esencia no es reaccionaria, esto es, no opina en general de nada que saque muchas chispas, especialmente cuando las cosas están calmadas o no la afectan en demasía. Aún cuando los periódicos más de izquierda lo hagan continuamente. Obviamente la izquierda es más bananera. Vive de ello.

Si el periodismo y los medios conservadores en general comienzan a tomar cartas en el asunto, incluido el matinal muy de izquierda y progre que era bienvenidos, es una señal de que los conservadores ya están hartos, y que ven que las cosas ya superaron su límite de tolerancia de huevadas reaccionarias.

Eso es básicamente una guerra declarada que en realidad no tiene como ganar la izquierda extrema. La parte conservadora de la gente es muy superior a la reaccionaria.

Todos quieren vivir en paz. Se acepta generalmente cierto grado de violencia por un tiempo limitado en aras a un cambio por parte de la mayoría, o simplemente porque le da miedo reaccionar y no existe masa crítica suficiente para ello de manera coordinada. Pero solo puede ser momentáneo. No pueden seguir indefinidamente hueveando de manera violenta. Llega un punto en que los que reciben violencia no tienen nada que perder.

O te haces del poder, y eso incluye el control de las FFAA´s para re establecer la paz y orden, o se pasó tu cuarto de hora.

Unas de las mayores enseñanzas del arte de la guerra que tengo en memoria es que debes dar una salida a la vida a tu enemigo. Si no lo haces, va a pelear por ella, y un enemigo que pelea por su vida es mucho, mucho, mucho más peligroso. Especialmente si ese enemigo está siendo derrotado solo porque no quiere pelear de vuelta.

La segunda es que es mejor un ataque rápido y no tan coordinado o bien ejecutado que uno largo y excesivamente demandante de recursos.

La izquierda extrema vía los flaites vándalos ha apretado las clavijas con propaganda y cultura de la cancelación hasta extremos ridículos, no siendo ni remotamente mayoría, ni siquiera una minoría relevante. Han destruido comercio, empleos, capital, prestigio del país y nivel de vida general.

Veamos como salen las elecciones, pero se está acabando la posibilidad de la extrema izquierda de hacer sus huevadas con impunidad o con apoyo de los medios.

Lo apuraron. Demasiado. Era un ciclo natural de transición hacia la izquierda del país. Un par de elecciones más y lo tenían sin ninguna revolución o revuelta.

Imprimir artículo