Hace medio siglo, en Chile se hizo una locura: confiar en el apetito cultural y el intelecto de su gente.
Un país pobre, con sólo 43% de cobertura en educación media y 11% de analfabetismo, emprendió el experimento quijotesco de masificar la venta de libros.
Y fue un éxito increíble.
Desde el 22 de agosto de 1972, cada martes, la editorial estatal Quimantú lanzó entre 30 mil y 100 mil ejemplares de sus “minilibros”, con cuentos de autores como Baldomero Lillo, Oscar Wilde y Arthur Conan Doyle. El proyecto no recibía subsidio estatal, pero se autofinanciaba gracias a su masividad. Los libros se vendían al mismo precio de una cajetilla de cigarros Hilton, y se repartían a través de quioscos y una flota de camiones-librerías que recorría los barrios populares.
“La gente andaba con sus libritos en la mano para leer en los buses. Era muy lindo el cariño que se despertó en los trabajadores por la cultura”, recordaba años más tarde el costarricense Joaquín Gutiérrez, arquitecto de un proyecto que murió tal como había nacido: un martes, un aciago martes de septiembre de 1973.
Pero su legado sigue vivo: muchas veces me ha tocado ver, en casas populares de distintos lugares de Chile, modestas bibliotecas en que sobresalen las llamativas portadas y el áspero papel en que se imprimían libros como El país de los ciegos, de H. G. Wells; las Rimas, de Gustavo Becquer, o mi favorito de niño, Las aventuras de El Salustio y El Trubico, de Alfonso Alcalde. Fueron más de tres millones 600 mil libros editados sólo en esa colección, atesorados por quienes se sintieron, por una vez en sus vidas, partícipes y no meros espectadores de eso que suele llamarse “cultura”.
Desde 1973, el libro volvería al lugar al que la cultura oficial lo ha relegado: un objeto suntuario para ser consumido en librerías de barrios selectos, por determinados grupos sociales. Hoy, según Fundación Vivienda, “no existen librerías ni bibliotecas en los lugares más vulnerables” de Santiago. Más del 95% de los habitantes de San Bernardo, Puente Alto y La Pintana no viven a distancia caminable de ningún punto de acceso a un libro, sea una biblioteca, una librería o incluso un supermercado que venda textos.
En 2007, el anuncio de un “Maletín literario”, para entregar libros a familias de escasos recursos, enfrentó feroz resistencia. Editoriales pelearon a cuchillazos por su tajada, escritores ventilaron sus egos heridos por la selección de los títulos e intelectuales levantaron las cejas. “Es un proyecto mediático y populista”, sentenció entonces Cristián Warnken.
Pero en 2022 de nuevo ocurrió lo inesperado. Se formaron largas filas, no para adquirir el último smartphone o las zapatillas de moda, sino para comprar un ejemplar del proyecto de nueva Constitución. LOM, que había publicado una tímida primera tirada de mil ejemplares, ya va por los 80 mil libros vendidos. El texto se compra en quioscos y calles, y cuando el gobierno comenzó a repartir ejemplares gratuitos, las filas para acceder a él se repitieron en todo el país.
De inmediato surgieron críticas políticas. Algunas son atendibles: que el Presidente Boric firme el libro está en una zona gris que la Contraloría haría bien en despejar. Otras son absurdas, como la queja de que imprimir libros es “poco ecológico” (¿los prohibimos, entonces?, ¿sacamos los diarios de circulación?), o el reclamo por el costo (módicos $ 642 por cada texto impreso y distribuido).
Pero el episodio relevó algo más profundo: la inquietud de cierta intelectualidad ante el fenómeno de una ciudadanía entusiasmada por leer.
La historiadora Lucía Santa Cruz hace ver que el texto es “incomprensible para la mayoría”, lo que les impediría descubrir el “sectarismo e intolerancia” que oculta. La cientista política Loreto Cox critica la idea de que “cual luteranos, cada cual se enfrente al texto sin mediación”, abundando en que “tampoco es claro que la ciudadanía esté ávida por inmiscuirse en un debate así de complejo”.
Cristián Warnken se pregunta si los chilenos contarán “con las herramientas de análisis y los conocimientos para descubrir las falencias y errores que este texto incluye”. Y se responde que por “lo paupérrimo de nuestra formación cívica y conocimiento histórico, y los bajos niveles de comprensión lectora, eso es poco probable”. Luego asimila la oposición a que se distribuyan textos con la “resistencia a la dictadura”, comparando una tiranía que quemaba libros con un gobierno democrático que los reparte.
¿Qué hay detrás de esta enconada resistencia a que los chilenos lean por sí mismos? Una mezcla de roteo a la inteligencia de las personas, con el miedo ante un vulgo capaz de leer por sí mismo, y tal vez -¡horror!- llegar a sus propias conclusiones.
La alusión a los luteranos es significativa: cuando Lutero tradujo la Biblia del latín al alemán, y animó a las personas a leerla, atacó el corazón del poder de la Iglesia Católica, que dominaba a sus fieles gracias a su posición autoasignada de mediadora entre ellos y la palabra de Dios. Si el Papa intentó destruir la Sola scriptura de Lutero, así costara décadas de guerras y millones de vidas, no fue por una diferencia teológica: fue para defender su dominio sobre sus fieles.
Tanto en el siglo XVI como en el siglo XXI, un pueblo que lee es una amenaza al poder. Es una ciudadanía que reflexiona y desarrolla su espíritu crítico. Algunos leerán el texto completo, otros sólo hojearán fragmentos. Muchos se motivarán para saber más, conversar sobre lo leído y escuchar las explicaciones de expertos. Algunos se formarán la convicción de votar Rechazo. Otros se inclinarán por el Apruebo.
Lo importante es que al leer, al tomarse unos minutos para examinar su conciencia a través de la lectura, no sólo ejercitarán su mente: también darán un paso para tomar las riendas de su destino.
A través de la lectura estarán abriendo, como decía la contratapa de uno de esos “minilibros” de Quimantú, “una ancha ventana hacia la vida”.
Es una columna…
rara…
Comparar la reforma de la iglesia católica gracias, en parte, a la invención de la imprenta es algo…
raro…
Cierto que el acceso a la biblia permitió que más gente tuviera una plataforma para cuestionar a la muy corrupta iglesia católica de la época. De hecho el concilio de Constanza, que es un lago en Alemania, juntó por 4 años a toda la curia para abordar el tema, y para irse de orgías ida y vuelta y quemar vivo a Jan Hus después de que el emperador de la época a cargo del concilio le garantizara que iba a estar a salvo. Las prostitutas del evento tienen una estatua conmemorativa por su aporte a la religión de hecho…
Con ese sisma, se conformaron países protestantes y países católicos, dando lugar a la diferenciación que hoy día vemos entre países ricos y países pobres en occidente. No es casualidad que la interpretación de los protestantes es que la salvación depende de la acciones de cada uno, y la católica que básicamente tus pecados pueden ser expiados por un tercero, en una interpretación del sacrificio de Jesús MUY, MUY, MUY laxa, incluso pagando por ello al cardenal o papa de turno en tu lecho de muerte. Responsabilidad individual versus dependencia en otros.
Suena conocido?
Ven como la naturaleza humana es siempre la misma. Solo cambian los actores y el lugar.
I digres…Por eso me gustan las columnas de Matamala, siempre te lanzan hacia otros lugares con sus analogías muy liberales.
Hoy tenemos acceso a medios digitales, audio libros, imprimir el bodrio por un par de lucas en la librería de la esquina…
De ninguna manera tenemos el problema de acceso. Imprimir el libro hoy es una estrategia de marketing, bastante cara por lo demás, no más, no menos.
Y eso aplica a CUALQUIER libro o conocimiento de cualquier tipo. Diría que el gran problema que tenemos es que hay demasiado acceso a información y no toda es de buena calidad, de hecho la mayoría es de pésima calidad, pero es tratada en línea de la misma manera que la de buena calidad. En las universidades antes tenías acceso a literatura filtrada por su calidad siendo las custodias del conocimiento real. Ahora no.
En fin. La lectura, así como el ahorro y la inversión son valores familiares, no una construcción social como siempre tratan de verlos la gente de izquierda y los progres. Algunos con buenas intenciones para emparejar la cancha, y con esos se puede conversar y razonar, otros simplemente para generar plataformas al poder simulando virtud y victimismo y esos son tóxicos e intratables.
No hay falta de acceso a conocimiento. En Spotify hay audiolibros, en YouTube y otras aplicaciones igual. De hecho las librerías que menciona Daniel solo son posibles en lugares de altos ingresos porque básicamente son reliquias para efectos prácticos de la mayoría los libros. Igual que los vinilos o cassettes. Están comprando antigüedades de adorno por un fee nostálgico. Hasta los CD´s. O los Blue Ray´s. Los lees, ves o escuchas en línea.
Debo agregar que la lectura te transforma casi con toda seguridad en un ermitaño. Lo que no es muy bueno para la interacción social.
Solo imaginen leer y estar en compañía de Tolstoi, Platón, Sócrates, Chejov, Dostoiesvki, Asimov, Bradbury, Clark, Tolkien, Rand, Heminghay, Jane, Blest Gana, Lillo, Coloane, Neruda, Mistral, Inostroza, Encina, Subercaseux y una enorme lista de esos genios literarios y después tener que escuchar a pelotudos que dicen que tienen que contener su elitismo…
Mi viejo tiene cientos de libros de todo tipo, novelas, historia, técnicos, y competíamos por quien los leía más rápido. Uno de los paseos de fin de semana que más me gustaba era ir a cazar tesoros escondidos literarios a San Diego o el persa del Bio Bio. Y no conozco a nadie más ahorrativo y consciente de los gastos e ingresos. Casi como un flujo de caja corporativo que ahora lo maneja casi de manera instintiva. Porque así era el abuelo. Para las pruebas de historia casi ni siquiera estudiaba. Y eso se expande por mil cuando aprendes inglés y tienes acceso básicamente a todo. Si hay algo en lo que habría que trabajar para expandir de manera real el acceso es en el que los niños sean bilingües o lo más cercano.
Mucho de eso, tal vez todo, se transfiere de padres a hijos vía valores familiares. No tiene que ver con la educación formal. Muchos PhD´s en Stanford o Harvard están endeudados hasta el cuello y a punto de embargo. Conozco a un par. Y muchos PhD´s en literatura dejaron de leer e investigar salvo papers académicos desde hace MUUUUCHO tiempo. Conozco a un par igualmente.
Lo único que puedes hacer como sociedad es dar el acceso. Y hoy en cuanto a conocimiento, es el mayor acceso a conocimiento en la historia de la galaxia, alguno imposible de obtener antes, y ahora gratis y a un click de distancia. Qué usa la gente y que no es algo MUY personal.
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El vicio recurrente en todas las columnas de Matamala es que se redactan con la letra chica del "ceteris paribus" o dicho en castellano, "todo lo demás permaneciendo igual". Hace un análisis puntual omitiendo las demás variables y puede haber dos causas: la primera sería un falta de honestidad intelectual, lo hace a propósito para darle fuerza a su argumento, y la segunda sería una falta de rigor en su formación intelectual, lo que también es posible.
ResponderEliminarQuizá el escollo mayor de la propuesta de Nueva Constitución es considerar un universo eterno y estático, donde los ricos fueron, son y serán eternamente ricos y en el cual sólo unos héroes pueden alterar el orden de las cosas para reestablecer el equilibrio en las galaxias. Eso es un enorme "ceteris paribus" que se traduce en una gigantesca colisión de hadrones con la realidad del universo cuántico. Los ricos y no tan ricos desaparecen y son ellos mismos quienes desde la máquina de robar del Estado se transforman en la nueva élite pudiente, ultraconservadora en su modelo y con los pobres que ya ni pueden salir de su condición.
Sea por omisión o por ignorancia del "ceteris paribus", las posturas de Matamala son simplemente inaceptables.
Me parece que la hipotesis de trabajo de Matamala y de los progres bien intencionados es que la gente es buena, virtuosa y generosa naturalmente, y solo el entorno social es el responsable de que se comporten egoístamente o pensando en el interés individual por sobre el grupal. Por eso suenan tan irreales o utópicas las propuestas casi siempre.
EliminarLa de los resentidos y envidiosos suena igual por cierto, pero para ellos es sobornar a los pobres con los recursos confiscados a los ricos. Difícil diferencia motivaciones reales.
EliminarUstedes critican montados en sus privilegios pasados y presentes, detràs de los hàbitos lectores que ustedes presumen, delatan que han tenido los tutores, los recursos, las oportunidades y el tiempo para el buen ocio de leer. Creen que basta la Internet para que los demás tengan esas mismas oportunidades. Estàn demasiado equivocados . Necesitas estar alimentado, estar desatento a los peligros que te rodean, estar con tu mente libre de atender angustias, sin mucho cansancio ni sueño, etc. etc. ; para poder concentrarte en alguna exigente lectura .
ResponderEliminarEstás escribiendo desde Sudán o Pakistán supongo. Acá en Chile tenemos un 60% de obesidad, el mayor per capita de celulares por usuario y un promedio de 5 horas frente a una pantalla para los niños además de ser el país más seguro de la región incluso ahora.
Eliminaryo creo que es ukraniano en las zonas ocupadas por rusia, por eso no puede leer esta vistima.
EliminarMejor owned adyaner, que manera de reirme.
nn
yo creo que es solo resentimiento, no he tenido tutores ni tiempos ociosos, ni grandes ingresos privilegiados, me hago el tiempo, me organizo...
Eliminar"y la católica que básicamente tus pecados pueden ser expiados por un tercero"
ResponderEliminarAdyaner lo que enseña el magisterio:
ARTÍCULO 4
EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA Y DE LA RECONCILIACIÓN
1422 "Los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra El y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve a conversión con su amor, su ejemplo y sus oraciones" (LG 11).
I. El nombre de este sacramento
1423 Se le denomina sacramento de conversión porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión (cf Mc 1,15), la vuelta al Padre (cf Lc 15,18) del que el hombre se había alejado por el pecado.
Se denomina sacramento de la penitencia porque CONSAGRA UN PROCESO PERSONAL y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación POR PARTE DEL CRISTIANO PECADOR.
1424 Se le denomina sacramento de la confesión porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es también una "confesión", reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador.
Se le denomina sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente "el perdón [...] y la paz" (Ritual de la Penitencia, 46, 55).
Se le denomina sacramento de reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20). El que vive del amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: "Ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mt 5,24).
1460 La penitencia que el confesor impone debe tener en cuenta la situación personal del penitente y buscar su bien espiritual. Debe corresponder todo lo posible a la gravedad y a la naturaleza de los pecados cometidos. Puede consistir en la oración, en ofrendas, en obras de misericordia, servicios al prójimo, PRIVACIONES voluntarias, SACRIFICIOS, y sobre todo, la ACEPTACIÓN PACIENTE DE LA CRUZ que debemos llevar. Tales penitencias ayudan a configurarnos con Cristo que, el Único, expió nuestros pecados (Rm 3,25; 1 Jn 2,1-2) una vez por todas. Nos permiten llegar a ser coherederos de Cristo resucitado, "ya que sufrimos con él" (Rm 8,17; cf Concilio de Trento: DS 1690):
https://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s2c2a4_sp.html
¿Así como te he felicitado y reconocido, demostrarás humildad corrigiendo el error de dicha afirmación?
Uf...merece un trago, no te imaginas las discusiones que he tenido sobre esto hasta con pastores presbiterianos girngos. Si consideras que me equivoco y que el proceso de expiación es netamente personal y el sacerdote solo es un facilitador de ello, estás en lo correcto. Si no es así, y el ser humano está perdonado por defecto por la gracia de dios, también es así. Y si la interpretación y los actos en tu vida definen tu salvación, igualmente es así. A esta clase de interpretaciones se deben muchas guerras. Simplemente observo que el sisma de la iglesia católica se produjo entre otras cosas porque los ricos "compraban" su expiación cosa que los más puristas consideraban impropio y una corrupción de las escrituras, lo que llevo a la reforma. Muy interesante estos temas y por cierto no es mi intención ni ofender ni difamar las creencias religiosas de nadie.
EliminarYo me cambie de Catolico a Luterano por lo mismo, apenas fui lo suficientemente grande como para poder decidir informado. Y los peores son los Jesuitas, metiendo la cola ahora con los migrantes ilegales.
Eliminarnn
"El que perdona el pecado es el Sacerdote en la Persona de Cristo; es decir, Dios no perdona el pecado de forma directa, sino a través del Sacerdote, que obra en la Persona de Cristo, el Verbo Encarnado, que ha transformado el alma del sacerdote en un ser divino.
EliminarSi el Sacerdote no se ve como Persona de Cristo, como otro Cristo, como el mismo Cristo, entonces no sabe reconocer el pecado y la obra del pecado como ofensa grave a Dios.
La confesión no debe ser tratada como un acto social, sino como el tribunal de la Justicia de Dios sobre el alma y su pecado.
Muchos Sacerdotes ven el pecado y su obra sin trascendencia, de una manera descuidada, porque no quieren que el penitente se sienta incómodo, y tienden a menospreciar la importancia de la confesión.
Francisco es claro ejemplo de un sacerdote que ve la confesión como un acto social, un acto comunitario, un acto cultural, pero no como una obra divina en el alma: “¡La confesión no es un tribunal de condena, sino una experiencia de perdón y misericordia!” (Francisco, 28 de marzo 2014). Estas palabras, heréticas, definen la confesión como una experiencia de misericordia, pero no como una experiencia de justicia.
Francisco anula la justicia porque condena, porque castiga al alma, porque no da la misericordia, el amor de ternura que él predica en su iglesia. Y, entonces, tiene que poner su humanismo por encima de la Verdad: “el sacerdote debe acoger a los penitentes no con la actitud de un juez y tampoco con la de un simple amigo, sino con la caridad de Dios… El corazón del sacerdote es un corazón que se conmueve…Si es verdad que la tradición indica el papel doble de médico y de juez de los confesores, no hay que olvidar que cómo médico está llamado a curar y como juez a absolver” (Ibidem).
Resulta paradójico que Francisco aluda a la tradición y ponga el papel de juez al confesor, para sólo indicar que, en ese papel, tiene que absolver los pecados; cuando es claro que la tradición de la Iglesia pone al confesor como juez que absuelve y condena, al mismo tiempo. Francisco anula la condena, porque eso no va con su sentimentalismo herético en su iglesia.
El sacerdote debe acoger al penitente con la actitud de juez. Ésta es la Verdad que niega Francisco, porque la confesión es el tribunal de la Justicia de Dios. Y hay que ser juez en ese Tribunal. Al negar esta parte, tan importante en la Penitencia, Francisco sólo se ocupa de que el sacerdote tenga un corazón que se conmueva ante el alma. Esta es otra herejía en su herejía. Porque el sacerdote, como Juez, tiene que discernir la Verdad del pecado y del pecador. Por tanto, tiene que dejarse de sentimentalismos, de falsas misericordias, de falsas ternuras con los hombres. Si el sacerdote no es capaz de hacer un juicio sobre el pecado de la persona, entonces no puede ni absolver ni condenar al penitente."
https://josephmaryam.wordpress.com/2014/03/28/francisco-quiere-una-confesion-que-no-condene-al-alma/
Si en la misma Iglesia que fundó NSJ había confusión para la mayoría, imagina para los que están fuera pero siempre hay luz en medio de la oscuridad.
Gustoso de compartir contigo alguna vez
Le puse un pantallazo y lo mande a mi estado de WhatsApp, la parte en que leer te vuelve un ermitaño.
ResponderEliminarMi señora es muy sociable y en general con cualquier persona puede rápidamente entablar una conversación, en mi caso no me gusta hablar mucho con el común de la gente, principalmente por que encuentro que los temas son redundantes y muy poco interesantes.
De la lista de grandes escritores que público Adyaner solo agregaría a Oscar Wilde, sus cuentos como el Ruiseñor y la Rosa y el pescador y su alma, son de una genialidad fuera de este mundo. Una lastima como termino viviendo este gran escritor.
A mí tb me gustó mucho Umberto Eco… Noam Chomsky (sobre semiotica) y el linguismo per sé…
Eliminar*linguistica…
EliminarQué wea te fumaste Adyaner?
ResponderEliminarIgual bonita tu reflexión. Aunque lo de Matamala es aún más bello.
Pero es importante hacer una precisión; Matamala con esto responde a Cristián Warnken quien en su columna "Resistir o Abdicar", trató al pueblo chileno de ignorantes incapaces de comprender el texto de la Propuesta.
Que se cree el weon?
O está preocupado?
Lo cierto es que el texto está disponible para todos ahora y nadie puede impedir su lectura y menos arrogarse una superioridad intelectual con una soberbia que irrita.
Pudo ser pero al final todo cae por su propio peso y Warnken se cayó fuerte en esta pasada.
Yep, la izquierda, y especialmente la extrema izquierda suele ser muy soberbia y hoyuda intelectualmente hablando, creen que se las saben todas, no crees?... No hay falta de acceso a la lectura. Ni hoy ni nunca en mi memoria. Si querías leer, lo hacías. Pero hoy el acceso es ridículamente fácil a todo. Si no lees y te instruyes, es porque estás ocupado jugando o viendo TikToks.
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