La Encuesta Nacional Bicentenario UC 2022 mostró que las personas que creen que el bienestar es responsabilidad personal superan a aquellas que estiman que debe ser una preocupación del Estado. Con ello, se revierten los resultados observados después del estallido, cuando predominaban los que consideraban que correspondía al Estado hacerse cargo del bienestar de las personas.
La encuesta realizada por el Centro de Políticas Públicas UC entre octubre de 2022 y marzo de 2023 mostró que un 38% de las personas cree que cada individuo debe responsabilizarse por su propio bienestar. Por otro lado, un 34% estima que el bienestar es preocupación del Estado. En 2021, estas cifras eran de un 27% y un 42%, respectivamente.
En otra materia, disminuyeron las personas que están de acuerdo con que lo mejor para el país es que haya igualdad social y una distribución de los ingresos más equitativa, de 62% en 2021 a 51% en 2022. Al contrario, aumentaron quienes estiman que lo mejor para el país es que haya un crecimiento económico alto y sostenido, de 18% en 2021 a 26% en 2022.
El director del Centro de Políticas Públicas UC, Ignacio Irarrázaval, ve que en estos puntos “se vuelve a una percepción previa al estallido. Estos son ciclos, que pueden durar dos o tres años, no es que el país haya cambiado de manera significativa. Hay un cambio de un año para otro, donde la encuesta muestra claramente que hay una menor, o menor confianza, en la provisión estatal y una mayor valoración del esfuerzo individual. Ahí hay un cambio significativo que es importante”.
Agrega que, en el caso de crecimiento económico y equidad, “se acortan las brechas, pero el tema de la equidad o igualdad social sigue siendo la preferencia mayoritaria. Entonces, se valora más el crecimiento, y hay un salto estadísticamente significativo importante entre el año 2021 y 2022, pero la equidad social sigue siendo un imperativo muy deseable para el grueso de la ciudadanía”.
Cae la percepción de conflicto
La encuesta también da cuenta de que disminuyó la percepción de conflicto, tras haber alcanzado un punto máximo luego del estallido. En el caso del pueblo mapuche y el Estado chileno, la percepción de que existe un gran conflicto disminuyó de un 88% en 2021 a 78% en 2022. En la encuesta realizada en 2019, entre julio y septiembre, este se ubicaba en 81%.
En el caso de Gobierno y oposición, la percepción de un gran conflicto disminuyó de 79% a 75%. Sin embargo, esto sigue siendo mucho más alto que en la encuesta previa al estallido, en donde un 59% pensaba que existía un gran conflicto.
Similar es el conflicto percibido entre trabajadores y empresarios y entre ricos y pobres. En el caso de trabajadores y empresarios, la percepción de que existe un gran conflicto había aumentado de 55% en 2019 a 62% en 2021. Por otro lado, en la última versión de la encuesta disminuyó a 54%, es decir, prácticamente igual a como era previo a octubre de 2019.
En el caso de entre ricos y pobres, la percepción de un gran conflicto entre los dos grupos aumentó de 67% a 71% entre 2019 y 2021. En 2022, disminuyó a 62%.
Irarrázaval afirma que “es una buena noticia para el país el que haya una percepción de menor conflictividad. Yo creo que esto está bastante influido por el cambio de Gobierno, siempre se habla de una luna de miel del primer año. Efectivamente ha habido menos manifestación en las calles. A mí no me extraña que la percepción ciudadana sea de menor conflictividad social”.
Menor expectativa de alcanzar el desarrollo
En la encuesta se destaca la caída en la expectativa de ser un país desarrollado, que en la versión de 2022 alcanzó un nuevo mínimo. Frente a la pregunta de si en un plazo de 10 años se habrá avanzado o se habrá logrado ser un país desarrollado, solo un 37% respondió que esperaba esto. Esto es una disminución respecto a 2021, cuando un 40% esperaba ser un país desarrollado, y también en comparación a 2019, cuando 51% creía en esta expectativa.
El director del Centro de Políticas Públicas UC señala que en este punto “hay una frustración bien importante. Recordemos que el año 2009 es el año de las expectativas más altas. La Presidenta Bachelet termina su periodo con una aprobación bastante alta, después viene el Presidente Piñera en donde los anuncios eran también de mucho cambio, de mucho logro. Ahí suben las expectativas, pero después estas se empiezan a estancar y a caer”.
Irarrázaval explica que “sabemos que esto ha estado aparejado a un crecimiento económico mas bajo, por supuesto la pandemia también golpeó fuertemente”. Además, destaca el resultado obtenido en la encuesta Casen 2020, que luego de “muchos años de disminución de la pobreza en términos sistemáticos, la Casen muestra un crecimiento”.
En este último cuadro se refleja el ahuevonamiento que generó el octubrismo, y que ya se está despejando, afortunadamente. Por eso decía que la fiebre octubrista fue real.
En realidad nos volvimos progres histéricos y ahuevonados como país por un tiempo.
Pero ya pasó.
Lo comentado en innumerables oportunidades, la igualdad, o el combate de la desigualdad, es una agenda marxista. La responsabilidad individual no. Es lo opuesto.
Esto me da mucha esperanza de que volvamos a ser en términos de carácter lo que siempre hemos sido. O al menos acercarnos.
Un país de personas que no dependen del estado o de otros para su sustento y que tampoco aspiran o anhelan eso.
Ya dejó de funcionar la propaganda progre.
Ahora falta que la derecha tome note y que no sea tan acomodaticia en sus valores y principios.
Está bien adaptarse a los tiempos. Es parte de la evolución. Pero aceptar como propias agendas económicas del siglo XIX no es precisamente una evolución.
Imprimir artículo
Nunca Acepte esa mierda progre, vote que no quería nueva constitución y vote rechazo, es mas vote por la Tere Marinovich ya que había que elegir a alguien y no me equivoque.
ResponderEliminarAún hay patria!
ResponderEliminar