DF:
La economía mundial está entrando en una nueva fase. La era de la acelerada expansión de China y la política monetaria más agresiva de la historia de los grandes bancos centrales está terminando, y los últimos datos sugieren que la transición se ha acelerado.
En su reunión de política monetaria del miércoles, la Reserva Federal fijó para fines de año el comienzo del retiro del estímulo. Pero la fecha no es lo que importa. Para los mercados, lo relevante es que el comunicado de la Fed confirmó que el ajuste va.
De hecho, un 44% de los economistas encuestados por Bloomberg cree que el banco central recortará en US$ 20 mil millones la compra de activos mensuales en la reunión de política monetaria de septiembre, para quedar en US$ 65 mil millones.
Con un nivel de liquidez récord dando vuelta en el mundo, los inversionistas tienen gigantescas carteras que ajustar y a medida que vayan abandonando posiciones inevitablemente van a arrastrar los precios. Por eso, nadie quiere ser el último en llegar.
Por otro lado, el menor dinamismo de China, hasta ahora ha sido destacado por la mayoría de los expertos como un paso positivo hacia un crecimiento más equilibrado. Pero las últimas señales aumentan el temor de que la caída sea más pronunciada de lo esperado, y que en vez de una desaceleración moderada, el gigante asiático experimente un “aterrizaje forzoso”.
En este marco, el anuncio ayer de que la actividad manufacturera cayó en junio a su menor nivel en nueve meses, generó nerviosismo. El indicador anota tres caídas consecutivas y cuatro desde enero.
En EEUU, en cambio, las positivas cifras de manufacturas y de ventas de viviendas usadas publicadas también ayer no hicieron más que reforzar las expectativas de que la Fed sacará estímulo.
Confirmando este cambio en el escenario, en un reporte publicado ayer el banco Goldman Sachs anunció que la década pasada, en la que los mercados emergentes superaron a los desarrollados, “probablemente ha terminado”.
Indicador manufacturero de China baja a mínimo en nueve meses en junio
La actividad del amplio sector manufacturero de China se debilitó aún más en junio a un mínimo de nueve meses debido a una caída de las nuevas órdenes, según un sondeo preliminar de gerentes de compra divulgado ayer, lo que hace temer que el crecimiento sea aún menor a la meta oficial de 7,5%.
El índice anticipado de gerentes de compra (PMI, su sigla en inglés) de HSBC y Markit cayó a 48,2 puntos en junio, respecto de la cifra definitiva de 49,2 puntos en mayo, alejándose aún más del umbral de 50 puntos que divide a la expansión de la contracción, y por debajo de los 49,1 puntos esperados por los economistas consultados por Bloomberg. Fue su nivel más bajo desde septiembre y el índice ya lleva tres meses consecutivos de descenso.
"Los sectores manufactureros son presionados por una peor demanda externa, una moderada demanda interna y crecientes presiones de utilización de existencias", dijo Qu Hongbin, economista jefe en China de HSBC, a Reuters.
"Beijing prefiere usar reformas en lugar de estímulo para mantener el crecimiento. Si bien las reformas pueden impulsar las posibilidades de crecimiento a largo plazo, tendrán un impacto limitado en el corto plazo. Por lo tanto, esperamos un crecimiento levemente más débil en el segundo trimestre".
El subíndice que mide las nuevas órdenes en general cayó a 47,1 puntos en junio, su menor nivel en diez meses, lo que sugiere que la demanda se está debilitando tanto en casa como en el exterior.
Un subíndice del empleo también cayó en junio, en línea con las señales de debilitamiento de la demanda de trabajadores inmigrantes en las ciudades chinas.
Tras un crecimiento anual de 7,7% en el primer trimestre del año, economistas consultados entre el 14 y 19 de junio por Reuters esperan un 7,6% para el período de abril-junio. En mayo aún esperaban un 7,8%.
Muchos analistas han recortado sus estimaciones de crecimiento para 2013. HSBC las recortó de 8,2% a 7,4% y Barclays de 7,9% a 7,4%.
La economía de China creció a su menor ritmo en trece años en 2012.
Goldman: década dorada de mercados emergentes terminó
Las noticias sobre la recuperación de EEUU son positivas. Sin embargo, para miles de accionistas que en los últimos cinco años habían buscado riesgo en otras regiones, particularmente en las economías emergentes, está obligando a un abrupto ajuste en sus carteras, y eso es lo que está detrás de la fuerte turbulencia que sacude hoy a los mercados.
Desde el colapso de Lehman Brothers en 2008, US$ 3,9 billones (millones de millones) han fluido hacia los mercados emergentes. Pero la corriente se está revirtiendo. Según datos de EPFR Global, en las tres semanas al 12 de junio, los fondos que invierten en estos mercados han perdido US$ 1.900 millones.
En lo que va del mes, los inversionistas extranjeros han retirado US$ 5.600 millones de la bolsa de Brasil y US$ 3.200 millones de India. Para Stephen Jen, fundador del fondo de coberturas SLJ Macro Partners, "estos son sólo los temblores que preceden al terremoto".
Para Dominic Wilson, el economista de Goldman Sachs que en 2003 anticipó el auge de las economías en desarrollo, la década dorada "de supremacía estructural de los mercados emergentes probablemente terminó". Las cinco tendencias que impulsaron esta tendencia -el crecimiento de los BRIC, el alza de los commodities, la mejora en las finanzas fiscales, la menor inflación y la caída en los rendimientos de los bonos de EEUU- se están revirtiendo.
Aunque siguen bajos en términos históricos, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU a diez años alcanzaron ayer su nivel más alto en 22 meses. El rendimiento del bono a 30 años, en tanto, superó el nivel de 3,5% por primera vez desde septiembre de 2011.
Por su parte, Bank of America recomendó a sus clientes comprar coberturas para los bonos corporativos.
Pero no era el caso que la economía china iba a crecer 10% por los próximo decenios y que iba a quitar el primer lugar a USA en la economía impulsando el precio del cobre por también las próximas décadas?
Por eso es que se llaman ciclos económicos.
Esto no es algo que dependa de Chile, un ciclo recesivo tiene que suceder eventualmente. El problema de la economía chilena es que está cargada de deuda (afortunadamente privada y no pública) gracias al ciclo expansivo de crédito de los últimos 10 años. No es algo inesperado, pero como siempre ha sucedido, el momento de bonanza no fue aprovechado para desarrollar infraestructura, competencias y logística necesaria para sortear los años de baja en el cobre, que es al final de cuentas lo que importa a una economía monoexportadora como la chilena. Hoy no tenemos ninguna ventaja competitiva industrial en nada, somos un país caro, cada vez más complejo en términos legales y de flexibilidad laboral y con una generación joven altamente educada (no significa con gran calidad), pero en materias o áreas que no tienen ninguna relevancia en un periodo recesivo, lo que provoca frustración y alto desempleo juvenil.
Desperdiciamos 12 años de altos ingresos y crecimientos. Ahora solo queda prepararse para un ciclo económico recesivo, inevitable eventualmente, probablemente agravado por la clase política que va a tomar todas la peores decisiones posibles (como suele suceder), impulsados por cubrir las promesas realizadas para salir elegidos y mantener el poder (como por ejemplo emitir deuda para cubrir los déficits que se van a comenzar a experimentar por menor recaudación). No es algo que no haya sucedido antes. No es algo que no vaya a suceder de nuevo. Ojalá sea un ciclo recesivo corto. Eso si dependerá de la gestión interna. Dejamos que la economía siga su curso tratando de incentivar emprendimientos y creación de empleos independientes, utilizando el poder de fuego del presupuesto para promover esto junto con entregar recursos a la generación de energía, o se sigue utilizando para cubrir las promesas electorales. Me da la impresión que será lo último lamentablemente.
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