Kathya Araujo lleva cerca de 20 años realizando investigaciones empíricas cualitativas para entender cómo se ha transformado la sociedad chilena en los últimos 40 años.
“Hoy estamos en un momento de coyuntura crítica con un problema grave en el tejido social, desde el estallido social se han perdido tres años, lo que cada día me preocupa más. Debemos avanzar en acuerdos e ir resolviendo los problemas desde la cooperación”, expresa.
Su diagnóstico es que tenemos una sociedad más individualizada, con menos confianza en las instituciones, que ha puesto en juicio las normas y modos de relacionarse entre los individuos y que está fuertemente irritada.
Explica que estos elementos se reflejan tanto en la vida cotidiana de las personas como en las organizaciones, instituciones y empresas. Empeoraron con la pandemia y se modificarán por el escenario económico actual a no ser que se trabaje en la adhesión y confianza de la población.
- Araujo recomienda el libro En vez del Optimismo, Crisis de Representación Política en el Chile Actual, de Juan Pablo Luna, un análisis que describe la crisis del sistema político chileno.
- Además, The Circuit of Detachment in Chile: Understanding the Fate of a Neoliberal Laboratory, sobre el proceso de desapego y desidentificación de los individuos de la sociedad.
- “No se pueden hacer diagnósticos sociales solo por encuestas (de percepción) porque se pueden leer de muchas maneras y no se puede explicar lo que está pasando con los resultados electorales, como lo hacen algunos columnistas”, dice.
- Para su investigación empírica va a terreno, hace entrevistas y observaciones. Igualmente revisa datos del INE, estudios longitudinales de la encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), investigaciones sobre el tema que esté tratando y cifras del Banco Central sobre endeudamiento.
- Comenta que la Encuesta de Autoridad levantada por universidades y Niumap refleja la dificultad que enfrentan las autoridades. “La familia ha tomado mayor protagonismo, el mundo privado ha ganado una importancia demasiado grande, no se reconoce a los políticos como autoridad, pero sí a los jefes de familia”.
- Este problema también se vincula con la educación, ya que los chilenos no consideran a los profesores como autoridades. Dice que es un problema porque las nuevas generaciones en ocasiones se quedan al margen del sistema educacional, dado al desapego y desidentificación con los principios sociales.
Yep.
Tenemos un problema grave. Pero es el de la división. El resto de problemas que menciona son generacionales y están sujetos a ciclos.
Pero la división social que experimentamos ahora no. Eso es enteramente un resultado político.
Tenemos problemas de confianza en las instituciones privadas y públicas sin ninguna duda. Provocada en parte por la corrupción en parte por campañas políticas de desprestigio por una pequeña ganancia política inmediata, en parte por ciclos económicos. Eso es la trayectoria de toda república representativa. Nada de lo que sorprenderse.
Pero en los últimos años se provocó algo que es mucho más grave para mi gusto en el entramado social.
Hay bandos irreconciliables hoy en el país.
Eso fue provocado por la extrema izquierda en esta iteración. En otras lo puede provocar una extrema derecha igualmente. No es un tema de ideología per se, es un tema de magnitud y fluctuaciones en el espectro político. Ahora le tocó a la izquierda extrema ser ese factor de división con la ideología ultra progre a la que adhirió muy radicalmente y bastante inmisericordemente con todo el resto.
Cancelar, perseguir, humillar, y para todos los efectos destruir reputacionalmente a tus rivales en un momento de superioridad social circunstancial provoca un resentimiento gigantesco.
Ahora estamos en ese punto. Una división ideológica gigantesca y rencorosa con una sensación de desquite latente y en progreso de desatarse cada vez más.
Como detienes esa escalada?…
Ni idea.
No creo que se pueda, lamentablemente. No es algo que puedan liderar los políticos. Esto se derramó y filtró hacia todas las bases de la sociedad. Lo puedes ver en las interacciones familiares. Las más razonables intentan evitarlo, pero más veces que no detonó peleas y separaciones o alejamientos que no se han reparado ni remotamente.
Como termina este proceso de división?…
Difícil saberlo. En una relación normal sería divorcio. En un país, no tengo idea. Especialmente uno unitario. Tal vez se comience a dividir zonalmente entre comunas y regiones progres y las que no. Quien sabe.
Tal vez con una crisis económica o un colapso que genere el que todos tengamos que colaborar de nuevo.
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"Difícil saberlo. En una relación normal sería divorcio. En un país, no tengo idea. Especialmente uno unitario. Tal vez se comience a dividir zonalmente entre comunas y regiones progres y las que no. Quien sabe."
ResponderEliminarComenzando algunos a identificarse más con su región o ciudad, como suele pasar en algunas zonas extremas o en pueblos indígenas.
"Tal vez con una crisis económica o un colapso que genere el que todos tengamos que colaborar de nuevo."
...O un terremoto
telly helped with teleton and earthquakes! we don't know how they would behave now! Why they didn't promote solidarity when covid? This was also a catastrophe! Thanks for the blog!
EliminarEl factor terremoto es un eje central en la cultura chilensis, nos sacude, nos maltrata pero a la vez nos cohesiona y permite una mejor coordinación social, podría incluso ayudar a lavar la incompetencia de los brócolis, podría ser el salvavidas a quien culpar de la decadencia.
ResponderEliminarAdyaner.
ResponderEliminarViste el grafico de las reservas internacionales de Chile? un desplome digno o peor del M1.
Esto es parte de la vida? o es una pesima señal?
No los líbranos de la política no en los matinales, por eso nos han dividido más. Mejor estar lejos de eso y ver a tu prójimo como un ser humano y no un adversario.
ResponderEliminarEstoy cada día más convencido de que el deterioro de nuestra civilización, en Chile y el mundo, proviene de un poder judicial deficiente, corrupto al menos en sus ideales de justicia, y a una relativización del estado de derecho, que es probablemente el pilar más importante de una democracia sana.
ResponderEliminarEscuchar a Gino hablar de sus tribulaciones con F&F o saber lo que he vivido yo también en el ámbito judicial, al igual que demasiada gente sólo ilustra una oxidación irremediable de ese pilar fundamental.
La justicia debe ser rápida, imparcial y por ende, ciegamente gratuita, fundamentada y refutable. La torre de márfil en la cual está instalada y la falta de recursos para operar de manera óptima (retraso, falta de competencia, abandono) hace que sea un poder debilitado para mantener el estado de derecho, convirtiendo a Chile en un Estado de Leyes, pero no de derecho.
Si queremos reconstruir confianzas y un tejido social, es fundamental a mi juicio que se vuelva a la esencia de la justicia, sin delitos inventados como el secuestro permanente ni impunidad otorgada por los grandes bufetes de la plaza. Para ser democrática, la justicia debe ser sencilla y coherente. Un femicidio es un homicidio, matar a un gay o a un trans también, si todos nacemos en igualdad de dignidad y derechos, no se debe inventar leyes para discriminar porque es donde la justicia se vuelve política y por ende, corrupta.