03 abril, 2023

Versión out of tocuh --- El Presidente (esta vez) tiene razón

Who gave me a pencil and why — You're out of touch, I'm out of time, (time)  But...

@emolblogs

El Presidente Boric se ha equivocado muchas veces, especialmente antes de ser Presidente; pero en ocasiones acierta.
Y acaba de ocurrir una de esas ocasiones.
Se trata de la discrepancia, más o menos soterrada, que ha mantenido con Lautaro Carmona, secretario general del Partido Comunista. Este último, con un fraseo más o menos confuso, acusó una especie de contradicción en la conducta presidencial de esta semana. La contradicción se habría configurado porque el Presidente fue a la escuela de Carabineros el día en que se conmemoraba el asesinato de varios dirigentes comunistas por parte de carabineros y, más tarde, al sitio de memoria donde este último se recordaba.
La contradicción, en efecto, parece flagrante: ¿cómo el Presidente, pareció pensar Carmona, asiste a la institución de Carabineros el mismo día en que algunos de sus miembros asesinaron a miembros del partido?
Pero no lo es. No hay contradicción alguna.
Porque el Presidente, cuando fue a la Escuela de Suboficiales de Carabineros en el momento previo a que estos últimos salieran a patrullar las calles, lo hizo para manifestar ante ellos que el control del orden público debía compatibilizarse con el respeto irrestricto a los derechos humanos. Y cuando asistió al memorial del asesinato de los dirigentes comunistas lo hizo para subrayar que ellos eran víctimas del abandono de ese deber que un grupo de carabineros, durante la dictadura, ejecutó.
Como se ve, salvo que se maneje una idea de contradicción totalmente idiosincrásica, puramente individual, una idea tonta o absurda o mañosa o confusa, entre ambos actos no existe contradicción alguna.
Por el contrario, lo que esos actos presidenciales hacen es simplemente recordar el deber y el desafío, que está en el centro del Estado de Derecho y en el que, es de esperar, Lautaro Carmona esté plenamente de acuerdo: para conferir seguridad se debe ejercer la fuerza contra los ciudadanos y, al mismo tiempo, respetar escrupulosamente los derechos de que estos últimos disponen y de los que son titulares. ¿Es un desafío complicado? Desde luego, pero en el compromiso explícito de estar a su altura radica toda la dignidad del Estado democrático: ejercer la fuerza y, a la vez, respetar en todos sus pormenores los derechos de los ciudadanos.
Y vale la pena recordar eso en estos días en que todos parecen anhelar reducir las garantías y subir las penas como remedio a la inseguridad que se padece. Y ahí radica el valor de lo que acaba de decir el Presidente (su único defecto es que lo dijo en un tuit).
Sí, es verdad: a veces los ciudadanos, agobiados por el incremento de los delitos, anhelan que los delincuentes no tengan derechos y desean que, simplemente, se les castigue sin más trámite. Pero quienes así piensan debieran reparar en el hecho de que la categoría de delincuente, o de infractor de la ley, no existe antes de que un tribunal lo establezca. Ser delincuente no es una categoría social que pueda identificarse con prescindencia de una deliberación judicial —como si ser delincuente fuera igual al color de la piel o a los marcadores de clase—, sino que es resultado del proceso judicial. Siendo así, ¿cómo pretender que se castigue a los delincuentes con prontitud y con prescindencia de la sentencia de un juez imparcial? No es posible. Antes de la sentencia el delincuente no existe. Él existe una vez que un tribunal lo declara. Por eso, bien mirado, pretender que los delincuentes sean castigados con premura y sin dilación equivale a renunciar anticipadamente a los derechos propios y los de nuestros hijos, puesto que nadie puede, ex ante, aseverar que no infringirá la ley o cometerá delito, o tendrá la apariencia de haberlo hecho, o será acusado de hacerlo.
Por eso puede afirmarse que, en el fondo, en el espíritu de Carmona, que ve en Carabineros a delincuentes que no merecen el reconocimiento, y en la ciudadanía agobiada, que cree que los delincuentes son una categoría social que no tiene derechos, hay una rara coincidencia: ambos, por distintas razones, abdican de los principios de un Estado liberal.
La única diferencia es el motivo de esa renuncia: en el caso de Lautaro Carmona es un recuerdo luctuoso, y en el caso de la ciudadanía agobiada, el miedo. Pero un Estado liberal de derecho no puede ceder —¡bien, Presidente Boric!— ni al recuerdo ni al miedo.


 

Que malos análisis está haciendo Peña últimamente…aunque ya con decir que Lagos era la presa de Boric se podía saber que está absolutamente out of touch of the times and reality…

Cuando alguien le dispara a un ciudadano y lo liquida, que es el temor visceral de la sociedad hoy en día, no existe la percepción de que requiera un juicio para ver si esa persona es o no culpable si es abatido por carabineros. Tampoco el que ese delincuente tenga derechos humanos a ser respetados en el tiempo o momento de ser abatido.

El derecho humano de un juicio justo y ser inocente hasta que se demuestre lo contrario más allá de toda duda razonable no corre con un gil que dispara y asesina a otros ciudadanos a vista y paciencia de todos, incluidos carabineros. Es culpable. Cuál sería la duda de eso?. Solo tiene agravantes o atenuantes.

Boric con su acto ahuevonado de ir a la conmemoración del joven delincuente como se conoce por la ENORME mayoría de la población, se está colocando al lado DE ESOS DELINCUENTES.

Como tan giles.

Nadie le va a disparar a manifestante pacíficos. Nadie la va a disparar a manifestantes violentos a menos que amenacen con armas de fuego o elementos letales a carabineros u otros ciudadanos. Ni siquiera en Francia.

Este fue simplemente un juego huevón de la izquierda extrema, y muy peligroso, para estigmatizar a carabineros y usar cada evento de arma de fuego o de uso de fuerza como una herramienta para justificar el refundar la institución a su conveniencia.

Ya fue. Ya pasó la oportunidad. Post 18O cualquier cosa que hiciera carabineros era amplificada por 1000. Hoy, post 4S, cualquier cosa que hagan contra carabineros es amplificada por 1000.

Es algo que me extraña de los analistas y cientistas políticos y periodistas varios, junto con todos los tontorrones de las RRSS.

Creen que todas las noticias y eventos hoy pesan lo mismo. Que pueden “empatar” las cosas.

No pueden. Por lo anterior.

En fin. A esta altura se podría llamar Peña y sus huevadas.

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5 comentarios:

  1. El otro día pasando por la calle condell cerca de provi, me encontré una sede de la PDI, en cuya fachada pusieron con letras grandes y fabricadas "derechos humanos"... Las connotaciones de tal manifestación es de total sumisión y rendición al relato octubrista, de tal forma de evitar nuevos piedrazos y ataques de molotovs

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    1. Y te fijaste que todo el comercio que le rodea ya no tiene cortinas blindadas y solo las normales?...

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    2. En el eje provi con Salvador hay aparente normalidad con abundante comercio callejero, lo que implica poca presencia policial

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    3. Yep. No es necesaria. Basta con los municipales. En todo el eje providencia básicamente.

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    4. Es muy clara o apreciable la diferencia del comercio que existe en las diferentes comunas y sobre todo en los limites entre estas.

      Un crecimiento explosivo en las "comunas del 20%" y un claro deterioro en las comunas populares. El obvio traslado de oficinas operacionales desde el centro de santiago que a afectado a todo el comercio circundante y el factor ambulantes a destruido el hermoso e interesante panorama de los santiaguinos, aislándolos y obligándolos a visitar locaciones en estas comunas del oriente de santiago a causa de la seguridad que entregan.

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