Un 30%, a veces más, a veces menos. Es en ese piso en donde se ha mantenido constante la aprobación presidencial desde hace un tiempo, lo que ya se ha convertido en un fenómeno político que llama la atención de la opinión pública.
Pareciera que sin importar mucho la contingencia y lo que haga o no el Presidente, ese grupo de personas está ahí para respaldarlo, tal como muestran diversas encuestas.
Si se revisa la última versión de Cadem, la aprobación mensual en junio del Presidente fue de un 32%, mientras que en Criteria estuvo en 36% y en Tú Influyes en 35%. Es esa la barrera que parece inamovible.
Es un hecho a algunos sorprende, por un recuerdo que aún está fresco en la memoria. El expresidente Piñera durante su período sufrió un desplome en su apoyo que llegó a caer hasta un 9% en su peor momento, en medio del estallido, de acuerdo a Cadem.
En cambio, pese a que Boric ha hecho ajustes en torno a su programa presidencial original, ha moderado algunas propuestas, ha incluido y dado cargos de conducción clave en su gobierno a figuras de la ex-Concertación y ha sufrido duros reveses, sus seguidores se mantienen leales en las encuestas.
El origen de este grupo parece remontarse a 2011, en las protestas estudiantiles, cuando los dirigentes que hoy están en La Moneda empezaron un movimiento político y cultural que atrajo especialmente a jóvenes bajo la promesa de cambiar todo. Esas ideas se concretaron con el nacimiento del Frente Amplio y tuvieron su máximo apogeo durante el estallido y la Convención Constitucional.
Son ellos los que hoy estarían alineados con el Presidente bajo la idea de un horizonte común al que quieren llegar.
Aunque son un grupo grande, los datos muestran que tienen características similares que los unen a todos. ¿Quiénes son? ¿Qué piensan? ¿Qué aprecian de la figura del Presidente?
Un apoyo de larga data
Jóvenes de entre 18 y 30 años, más mujeres que hombres, principalmente radicados en la Región Metropolitana, pero también en Valparaíso y Coquimbo, de estratos medios altos e identificados con la izquierda.
Ese es grosso modo el principal perfil de aquellos que componen la aprobación presidencial según Cadem y Criteria.
“La aprobación del Presidente descansa en el electorado propio de Apruebo Dignidad, ahora algo ampliado al PS, pero tiene esa característica que es joven y con mayor educación. El 85% que lo aprueba es de izquierda”, explica el director de Cadem, Roberto Izikson.
Y hay otro elemento clave: son personas que han estado con el Presidente desde la primera vuelta de la elección presidencial, en la que obtuvo un 25,8% de los votos. Carmen Le Foulon, coordinadora del programa de Opinión Pública del Centro de Estudios Públicos (CEP), así lo explica a través de los datos de su última encuesta (noviembre-diciembre 2022).
“Si uno contrasta el nivel de aprobación del Presidente, uno ve un patrón que permite distinguir entre aquellos quienes votaron tanto en la primera como en la segunda vuelta, como aquellos que votaron solo en la segunda vuelta”, asegura.
Entre los que apoyaron a Boric en primera instancia, la aprobación es de un 62%, mientras que entre quienes se sumaron en el balotaje el apoyo es de un 39%, de acuerdo a las cifras del CEP. Mucha mayor es la distancia con quienes ni siquiera acudieron a las urnas ese día, en donde solo un 14% muestra una valoración positiva de la figura del mandatario.
La analista política y directora de Origen Consultores, Paula Walker, cree que esto tiene relación con la trayectoria que tienen como grupo. “Se trata de mujeres y hombres más bien jóvenes, que han participado, adherido o vivido las movilizaciones sociales, las causas feministas, los movimientos estudiantiles y, en general, la idea de que en el país existen abusos y desigualdades que se pueden corregir”, describe.
Es en esa línea que la académica de la UAI María José Naudon considera que este es un votante con “un compromiso ideológico” con el Presidente y que podría ubicarse como el grupo de personas que “se quedó en el eje más ideológico de la izquierda”.
“Es un 30% que se ha mantenido constante a lo largo del tiempo y que estuvo inflado por el estallido social, pero hoy vuelve a sus niveles históricos”, añade.
Sin embargo, algunos analistas miran con mayor distancia la idea de agrupar la base de apoyo en un solo segmento. Para el director de Tú Influyes, Axel Callís, “no existe un paquete de Boric y uno anti-Boric. Aquí existen personas que aprueban desde distintas partes, por lo que es difícil encontrar algo que atraviese a todo el segmento”.
Con la mirada en el futuro
Con las banderas al aire. Cada vez que ha habido una movilización de la izquierda uno de los principales elementos que destacan es la gran cantidad de lienzos y pancartas que están presentes. Los seis colores de la bandera LGBT, el verde de los movimientos medioambientales, tono compartido con las defensoras del aborto que también enarbolan el morado por la causa feminista.
Son parte de las variopintas demandas que caracterizan al mundo del Presidente y cuyos principales adherentes son quienes hoy lo apoyan.
“Se sienten más de izquierda y creen que el país debe sufrir profundos cambios y se conecta una mirada más bien posmaterial centrada en los temas medioambientales, de género, en la superación de la desigualdad. Tienen su mirada más puesta en el futuro que en el ahora”, explica el director de Criteria, Cristián Valdivieso.
Es una agenda que ya se tomó el debate público en el país durante el trabajo de la Convención, en donde estos temas fueron ampliamente discutidos.
Para Callís, “la visión de transformaciones interpretada en el texto de la Convención pasada” sería el único elemento que atraviesa a todo este grupo.
En ese sentido, el 38% que obtuvo el Apruebo en el plebiscito de salida es visto por algunos como el piso donde debiera apuntar la aprobación presidencial.
Otro de los elementos característicos que observan los analistas, y que se ha hecho más notorio en el último tiempo, es la relación que hay entre estas demandas y grupos socioeconómicos más altos con mayor educación.
“Yo creo que el votante frenteamplista tradicional se está moviendo por convicciones conceptuales, no por la necesidad contingente del momento. Eso te indica bastante bien quiénes son, el votante de clase baja se mueve por sus necesidades primarias”, comenta Naudon.
Es algo con lo que Walker coincide, además de reconocer que la agenda progresista “no es prioritaria” para los sectores con menores ingresos, “con quienes la centroizquierda tiene una brecha programática profunda”.
En tanto, desde el CEP muestran otros elementos que permitirían describir mejor a este grupo. Un 53% de las personas que aprueban cree que hay que privilegiar el orden público por sobre la libertad versus un 67% a nivel nacional.
Además, tienden a creer menos en que se debe privilegiar el premio al esfuerzo (38%), cabe recordar la discusión en torno al acceso al sistema escolar, mientras que entre quienes desaprueban ese porcentaje llega a un 56% y a nivel nacional está en un 50%.
Leales y “electoralizados”
Para muchos ha sido llamativo que siendo un grupo tan dogmático con la izquierda, estén siendo aún tolerantes a la moderación de algunas propuestas programáticas que el Presidente ha tenido que hacer para intentar conseguir mayorías en el Congreso.
Pero más aún ha sido sorprendente para varios que siendo este un grupo que históricamente basó su discurso en críticas a la centroizquierda y a la Concertación, haya estado dispuesto a aceptar que sus figuras llegasen al centro del poder de La Moneda, sin que eso haya hecho merma en la aprobación del mandatario.
¿Por qué son tan leales? Hay distintas teorías, pero un elemento en el que coinciden todos los analistas es que su principal objetivo es ideológico: conseguir los cambios y transformaciones profundas que creen que necesita Chile, y es por ello que ven en este gobierno su mejor oportunidad.
Para Valdivieso, uno de los factores que explican este fenómeno es que la fuerza que ha tomado José Antonio Kast en la oposición la ven con preocupación. “No quieren hacer caer al Presidente porque dicen ‘si lo soltamos, en manos de quién estaríamos'”, explica.
Pero no todo descansa en su visión de país, ya que las encuestas muestran que el mandatario también tiene su cuota de mérito. Entre quienes lo apoyan, entre los elementos mejor valorados se cuentan sus atributos blandos, como su cercanía, empatía y estética.
Sería justo eso lo que también le estaría dando mayor crédito para cometer errores ya que algunos sentirían que le falta experiencia, pero va a aprender. “Es una figura menos desgastada en la política y hay algo emocional en la forma que se relaciona con la gente que lo sostiene”, dice el director de Criteria.
En esta línea, algunos veían en el caso Democracia Viva y otras fundaciones el mazazo final. Pero, hasta ahora, la barrera se ha mantenido sólida.
Valdivieso esboza la posibilidad de que esto se deba a la visión que tienen sobre el sistema. “Son críticos de la política en general, de los grupos que han gobernado antes. Por eso los casos de corrupción los tienden a soslayar, creen que es algo que pasa siempre y prefieren mantenerse fieles a un gobierno que defiende las banderas que ellos creen”, comenta.
Izikson, en tanto, considera que esto se ha asociado más a Revolución Democrática y no a la figura del Presidente, pero también se explica por el bajo conocimiento en la opinión pública sobre lo sucedido.
Naudon añade que este grupo “entiende los errores en un arco distinto que como lo entendería un votante circunstancial. Ahí está la clave. Tienen mayor tolerancia con los errores que puedan producirse, son como los personeros del FA, lo ven solo como una piedra en el camino”.
Entonces, ¿podría pasar algo para que ese grupo se desilusione con el Presidente? Una de las posibilidades que dicen los expertos es que el mandatario sea menos fiel a sus inicios y se vuelva “amarillo”. Pero esto se ve como poco probable, ya que Boric estaría haciendo gestos constantes a sus bases, como sucedió con los indultos o más recientemente con la salida de Patricio Fernández de su puesto de asesor para la conmemoración de los 50 años.
Es justamente sobre esa fecha que en la centroizquierda creen que se deben sacar lecciones. Para Walker, una “enseñanza indiscutible” de estos 50 años es que si el sector se desune y ataca entre sí, “puede ser la ruina para el Presidente”. “Ojala esa lección esté marcada profundamente”.
Izikson en tanto defiende la idea de que hoy la aprobación presidencial está “electoralizada” ante la gran cantidad de comicios que ha tenido que enfrentar este Gobierno y mientras este grupo siga teniendo que ir a votar, el porcentaje de apoyo no debería sufrir cambios significativos.
Callís por su parte señala que “es imposible poner una sola variable que afecte a todo el grupo para que la aprobación caiga. Y tal vez si los molesta a todos, a personas que lo rechazan hoy les empiece a gustar”.
Pero hoy este es el 30% que sostiene al Gobierno. ¿Se mantendrán ahí durante dos años y medio más? Quizás todavía es muy pronto para saberlo.
No es tan difícil.
En serio.
Hay un 25% a 30% de izquierda dura que NUNCA va a votar por la derecha bajo ninguna circunstancia. No importa que tengan a Nerón en sus filas quemándolo todo y a Thatcher al frente.
Porqué Piñera tenía un 9% en lo peor de la crisis? Porque no representaba a casi nadie en la derecha. Piñera fue centro izquierda en su actuación. No quiso quedar mal con nadie.
Eso es obvio ahora con los votos de republicanos. Si hubiese actuado duro contra las protestas, cercano en ese caso a la derecha más dura, habría tenido la aprobación de Macron, cercana igualmente al 30% ahora, post revueltas de pensiones y las últimas.
Probablemente los que apoyan a Boric son los que estudiaron puras huevadas en las universidades y ahora están abandonados a su suerte, o que están en la academia o relacionada a ella, que cada vez son más. Por eso son los más “educados”.
Ese es el voto de Boric, y de la izquierda progre en general.
No va a variar mucho, a menos que salga un liderazgo en izquierda que sea visto mejor.
No existe hoy. Nadie. Eso es completamente increíble. No existe un liderazgo que supere al cabeza de chorlito incompetente y narciso que tenemos a cargo del buque.
Ahora un candidato comunista sería una torpeza bíblica para la izquierda. Tampoco hay ninguno. Vallejo sería un chiste. Jadue uno horrendo. Pero no hay nadie en la centro izquierda tampoco. Todos se infectaron con la mierda electoral de Boric & Co.
Que increíble.
Que interesantes van a ser las próximas elecciones. Como van, tendrán que llevar a soa Bachelet de nuevo para tener alguna posibilidad.
Imprimir artículo
Los funcionarios publicos bien pagados y apernados son los votantes de burric en su mayoria. Idem gente estupida e imbecil que pulula por chile.
ResponderEliminarEdo,para nada bien pagados. Esta administracion tiene la pura kga, vinieron a arreglarse ellos y están tratando de dejar su sequito por todos lados. A algunos les han subido el grado hasta tres veces en un periodo de 6 meses. No estan ni ahi con los antiguos. Así que no va por ahí.
ResponderEliminarwarken si se presenta yo creo que sale electo. Fue el primero de la centro izq que mando a la punta del cerro al actual gobierno y apoyar el rechazo.
ResponderEliminarNo hay nadie mas.
nn