06 septiembre, 2023

Banco Central o los analistas privados: ¿Quién proyecta mejor las cifras de la economía?

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El Banco Central presenta este miércoles 6 de septiembre su Informe de Política Monetaria (IPoM), el tercero del año, en el que detalla las proyecciones económicas más relevantes para 2023 y los años posteriores: cuánto variará la inflación, el PIB, la demanda interna, los términos de intercambio, la inversión o el ahorro nacional, entre otros indicadores.

Para 2023, por ejemplo, el Banco Central previó en su IPoM de junio que la inflación irá moderando su crecimiento, para terminar el año con una subida de 4,2% en 12 meses, y que la economía tambaleará en la cornisa, pudiendo caer hasta 0,5% o crecer hasta 0,25%.

¿Qué tan precisas son las proyecciones anuales que hace el Banco Central en sus IPoM? ¿Son más certeras que las que hace el mercado?

Consideraciones metodológicas

Para responder esta pregunta, se consideraron varios elementos. El primero fue tomar los IPoM de marzo de cada año, debido a que estos ya incluyen el cierre final del año previo —que sirve como base para las proyecciones del año en curso—, pero a la vez casi no tienen información de la temporada, lo que abre un escenario limpio en términos de proyecciones anuales.

Asimismo, se incluyeron también los IPoM de junio, para conocer cuánto se ajustan las proyecciones de mitad de año —pero que solo incluyen información hasta abril o mayo— respecto de las de marzo, y si se acercan más a la cifra final del año.

La segunda consideración fue incluir tres categorías de proyecciones: 1) la inflación, debido a que es la variable más relevante para la tarea medular del Banco Central; 2) el crecimiento del PIB, y 3) la demanda interna.

Un tercer aspecto es que se consideraron los IPoM recién a partir de 2010, ya que antes no había proyecciones en marzo, sino en enero y mayo, lo que impedía una comparación idónea.

Instituto emisor

y los datos

Las cifras de estos 13 años (2010-2022) muestran que, en materia de proyecciones del PIB, el crecimiento (o contracción) de cada año ha estado ocho veces en el rango previsto por el Banco Central en marzo o junio (ver gráfico). Las excepciones fueron 2012, 2014, 2019, 2021 y 2022. En aquellos años, el Banco Central ha mostrado diferencias de entre 0,15 y 2,2 puntos porcentuales entre su proyección más cercana y más lejana, y la cifra efectiva que dejó ese año.

Esta es una ciencia que no es exacta. Es como intentar predecir el comportamiento de todos los chilenos. Uno esperaría que (la proyección) sea mucho más acertada en términos de PIB, pero en inflación y en demanda interna es más complicado, porque es más fácil predecir la capacidad de crecimiento que predecir el comportamiento de consumo, y por eso se dan esas diferencias”, comenta la economista Michèle Labbé.

A nivel de demanda interna, donde el Banco Central proyecta una cifra concreta de variación anual y no un rango, como en el caso del PIB, la brecha entre las estimaciones y la cifra final anual va desde 0,5 hasta 9,9 puntos porcentuales para las proyecciones de marzo, y desde 0,1 hasta 6,1 puntos porcentuales para las de junio.

En inflación, sin embargo, la diferencia es mucho más acotada. De los 13 años analizados, cuatro tienen diferencias de menos de medio punto porcentual frente a la inflación efectiva anual (2011, 2013, 2018 y 2019); otros cuatro tienen menos de un punto porcentual (2010, 2014, 2016 y 2017) y hay tres años en los que la diferencia es de un punto o más: 2012, 2021 y 2022.

No es tan simple

Acertarle a la cifra exacta es virtualmente imposible”, dice el economista y socio fundador de Pacífico Research, Igal Magendzo. El técnico enumera tres factores que dificultan los aciertos permanentes. El primero es que muchas de las mediciones no son exactas, porque se basan en encuestas o incluyen criterios que potencialmente pueden ser erróneos. El segundo es que se busca predecir el comportamiento humano y sus interacciones, lo que revierte un grado enorme de complejidad. “Y el tercero, y quizás lo más importante, es que con el transcurrir de los meses ocurren eventos inesperados que afectan el resultado final y que no eran conocidos al momento de hacer la proyección”, plantea Magendzo.

“Es normal que las estimaciones tengan diferencias respecto al resultado final, sobre todo cuando son a mayor plazo, debido fundamentalmente a que vivimos en constantes shocks locales y globales que modifican los escenarios. Esto es verdad tanto para el Banco Central como para el mercado y otros bancos centrales”, explican desde el Banco Central.

Pero todos estos datos de proyecciones de PIB, de demanda interna y de inflación, si bien son interesantes, no resultan del todo completos si no se comparan con las estimaciones que hacían otros actores sobre idénticas variables. “Es importante que cuando uno compara los errores de proyecciones del Banco Central se tenga alguna referencia”, plantea el economista de Clapes UC, Hermann González.

Versus EEE y Consensus Forecast

Para refinar esa medición, se compararon las proyecciones hechas por el Banco Central con las realizadas por el mercado, considerando dos de las muestras más relevantes: las que agrupa la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) y el Consensus Forecast. La EEE la recoge el mismo Banco Central entre unos 50 economistas; el Consensus Forecast lo elabora la firma Consensus Economics a partir de proyecciones de una veintena de bancos de inversión y entidades similares.

En la siguiente comparación, se utilizaron las proyecciones efectuadas en marzo y junio.

En estadísticas, existe una herramienta muy utilizada llamada error cuadrático medio. Esta métrica evalúa la precisión de un modelo en la predicción o estimación de determinados valores numéricos. El error cuadrático medio “penaliza” más los errores más grandes, por lo que una cifra menor implica un nivel de error más bajo o, en otras palabras, una cifra más cercana a cero indica una mayor precisión entre la proyección y la cifra final real.

A solicitud de “El Mercurio”, el Banco Central accedió a evaluar la precisión de sus proyecciones y las de la EEE y Consensus Forecast. Para ello, el Central calculó el error cuadrático medio (ECM).

Cuando se analizan las proyecciones de inflación de marzo de cada año desde 2010 hasta 2022, el que obtiene la mejor performance —al tener un ECM más bajo— es el Consensus Forecast, seguido de la Encuesta de Expectativas Económicas. Sin embargo, el Banco Central tiene la proyección más certera en junio respecto del cierre anual.

Datos prepandemia

Al analizar la serie de años prepandemia (2010-2019), las tres muestras prácticamente no se sacan ventaja en marzo ni junio, aunque en estos dos meses el más certero es el Banco Central.

“Uno esperaría que el Banco Central, dado que tiene mejores recursos, tenga menos errores de proyección que el mercado y el promedio de los analistas”, plantea Hermann González. “Yo sí le pediría al Banco Central que se equivoque menos que el resto”, agrega.

Si se analizan las proyecciones de PIB, la historia es algo diferente. Cuando se observan las estimaciones del período prepandemia, el Banco Central es el más preciso en marzo, pero el instituto emisor queda tercero cuando la revisión se hace en junio: el más fino en su cálculo es la Encuesta de Expectativas Económicas.

El economista Patricio Rojas dice que en cualquier año puede haber desviaciones por eventos exógenos y no necesariamente significa que el Banco Central no haya hecho su trabajo. “Evaluar a un Banco Central por los pronósticos que hace no sería justo; lo lógico es evaluarlo por su objetivo, que es mantener la inflación estable”, destaca.

Para el lapso más amplio (entre 2010 y 2022) de estimación del PIB, el primer lugar se lo lleva siempre el Banco Central, indistintamente de si la mirada se centra en marzo o en junio. Y en ambos casos las diferencias con el Consensus Forecast y la Encuesta de Expectativas Económicas son considerables (ver infografía).

“El Banco Central realiza evaluaciones constantes de sus mediciones. En este sentido, en nuestra evaluación de desempeño anual ponemos como métrica de ‘buen desempeño' que nuestras proyecciones sean más precisas —esto es, un menor error en promedio— que las de otros agentes del mercado. Esta métrica de desempeño se ha cumplido la amplia mayoría de los últimos 20 años”, aseguran desde el Banco Central.

—Los autores son estudiantes que integran el Laboratorio de Contenidos Periodísticos de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes.


DEATHMATCH…

PhDs vs PhD´s

Same shit…

Habría sido mejor un deathmacth entre PhD´s y traders en relación al posicionamiento de instrumentos que apuestan contra inflación, tipo de cambio, tasas, crecimiento y demás cifras económicas relevantes.

En general, nadie espera que le apunten exacto. Eso es ridículo. Aún recuerdo, cuando me interesaban las proyecciones piechdiescas, que lo proyectaban hasta con décimas. Pero si uno esperaría que le apuntaran a la tendencia general.

Especialmente cuando son los referentes para el sector privado.

Si el central o hacienda te dicen que vamos a crecer, y nos contraemos…o que las tasas llegaron a su máximo y siguen creciendo, o viceversa, o que el tipo de cambio se mantendrá estable y se dispara…

Las bodegas llenas le van a mandar saludos a la galaxia. O las bodegas vacías. Depende de la proyección.

En fin.

Interesante ejercicio.

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