¿Guerra comercial en el mundo? De qué se trata, qué implicaría y cuánto costaría

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@emol

SANTIAGO.- Desde hace un tiempo comenzó a sonar con fuerza la posibilidad de una guerra comercial en el mundo. Los anuncios realizados por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump respecto a imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio, avivaron la preocupación y nerviosismo de países y organismos internacionales, ante las implicancias que podrían generar este tipo de medidas. Para entender qué significa este conflicto se definió lo básico y sus posibles costos e impactos que tendría para las economías del mundo. NOTICIA RELACIONADA En otra medida polémica, Trump confirma aranceles del 25% al acero y 10% al aluminio 26 ¿Qué es una guerra comercial? "Es la adopción por parte de una o varias economías de un aumento de las barreras al comercio. Normalmente, se expresa en alzas de aranceles (impuestos a la importación), pero podría darse también con el levantamiento de barreras no arancelarias, como cuotas de importación u obstáculos técnicos al comercio", define el profesor de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, Javier Irarrázaval. US$470.000 millones podría costar a la economía mundial una guerra comercial, según un análisis de Bloomberg Economics, en un escenario extremo de gravámenes En este caso, el Mandatario estadounidense firmó la semana pasada una polémica medida: Una imposición de aranceles a las importaciones de acero del 25% y del 10% para las de aluminio. Por ahora, solo están exentos Canadá y México. ¿La razón? "En teoría, para proteger a los productores nacionales de acero y aluminio de las 'baratas' importaciones chinas. Sin embargo, la realidad es que solo alrededor del 2% de las importaciones de acero en EE.UU. provienen de China", sostuvo el profesor y añadió que con esta medida el Presidente Y agregó que esta medida muestra "evidencia de que Trump es pro-empresa, pero no pro-mercado (...) defiende a empresas particulares, pero no promueve la competencia". ¿Cuáles son sus implicancias? El académico, explica que "una guerra comercial normalmente comienza con el alza unilateral de una barrera comercial, ante lo cual los socios comerciales de aquella economía responden con nuevas alzas. Esto redunda en un alza de los precios de importación, por lo que las guerras comerciales atentan contra el libre comercio". La incógnita Una posible guerra comercial llegaría justo cuando se elevan las previsiones de crecimiento para las principales economía del mundo. Ayer, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se mostró convencida de que la economía mundial crecerá este año y el próximo al 3,9%, lo que significa unas expectativas mejores que las que presentó en noviembre y unos niveles precrisis, pero el proteccionismo del Mandatario de EE.UU., amenaza esta evolución positiva. "Los que toman decisiones son por un lado Trump y por otro lado China y la Unión Europea. Trump ya anunció su jugada (25% de arancel para el acero, 10% para el aluminio), así que pierde interés como análisis. China, sin embargo, es una incógnita, porque responder con alzas de aranceles es aceptar la invitación de guerra comercial. La UE, por su parte, condenará el acto, pero es poco probable que suba sus aranceles a EE.UU. en el corto plazo", sostuvo el académico. ¿Tendría impacto en Chile? Respecto a si una posible guerra comercial tendría impacto en Chile, Irarrázaval sostuvo que "no de manera directa, al menos en una primera etapa, puesto que la producción chilena de aluminio y metal es muy baja, y la mayoría ni se exporta". Sin embargo, reparó en que "si el conflicto escala y China y EE.UU. empiezan a subir aranceles (u otras barreras no arancelarias) indiscriminadamente, sin hacer la excepción con Chile, sin duda podríamos vernos afectados, ya que son nuestros dos principales socios comerciales".

En serio se tienen estas discusiones??.

Desde que el mundo es mundo hemos estado en una guerra comercial continua. Se llama economía, for kraist seik…

Entran competidores nuevos, bajas los precios, agregas nuevas cosas, haces campaña de marketing, formas carteles, promueves leyes como barreras de entrada, etc, etc, etc.

Guerra en todos sus términos.

Como consumidores nos gusta que exista mucha competencia, eso nos beneficia. Mejores productos y servicios a precios más competitivos. Como empresarios o emprendedores ODIAMOS la competencia. Nos bajan los precios, nos obligan a invertir en nuevas tecnologías y hasta nos hacen tener que ser más amables. Igualmente como país. Y esa es la dinámica del comercio desde que el mundo es mundo. Los que controlan el mercado tratando de que los nuevos no entren, y los nuevos asediando hasta que finalmente entran a los mercados y pasan a ser los nuevos dominantes. Copy, paste…forever.

Lo más probable es que hoy en día, dado que se tienen sistemas de flotación libre de monedas, las guerras se traten de pelear con las divisas más que con barreras de entrada que no son prácticas aunque con mucho efecto político. Que lo digan los argentinos que creen que por tener industrias protegidas absolutamente no competitivas están mejor…

Pero, como diría Fiora Ui, si algo nos ha enseñado la historia es que la evolución siempre, siempre gana.

El que es mejor haciendo negocios termina ganando. Siempre. Como empresa y como país.

Japón barrió el piso con USA en la industria automotriz, a pesar de todas las medidas adoptadas. Y Detroit hoy en día es un shithole en las inmortales palabras de Trump. Así terminan las guerras comerciales. El mejor gana. Porque el público lo prefiere. Salvo que tengas economías centralizadas que impidan el comercio, esto va a pasar siempre. El retail argentino lo puede atestiguar. Está siendo masacrado por los impuestos y la gente obviamente prefiere productos más baratos y de igual o mejor calidad, por lo tanto inunda Chile en su búsqueda.

En general los únicos perjudicados por las barreras comerciales son los que las colocan en primer lugar. Gastan dinero en empresas no competitivas que terminan siendo una carga muy pesada para todos los ciudadanos que finalmente quitan soporte a organizaciones que se tornan operadores políticos para tratar de mantener los mercados.

Así es que el camino de Chile es el correcto. Abierto al mundo. Haces y vendes en lo que eres bueno y competitivo, compras en lo que no.

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